Un símbolo del horror bélico – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Poco más de ocho décadas atrás, el lunes 26 de abril de 1937, durante la Guerra Civil Española, la “Legión Cóndor” de la aviación alemana asistida por la Aviación Legionaria de Italia, al servicio de las tropas “nacionales” de Francisco Franco, con la ejecución de la “Operación Rügen”, con un bombardeo aéreo ocasionó el incendio y destrucción del pueblo de Guernica (Gernika), habitado por 7.000 personas (5.000 habitantes y unos 2.000 militares) y representante del espíritu y símbolo de los fueros del pueblo vasco, en su lucha a favor de los republicanos (gobierno de la Segunda República Española).

Los estudios más recientes indica, que fue de 126 la cifra de muertos en un golpe desigual a la población gernikarra sin defensas antiaéreas, sí, con tres fábricas de armas, frente a la agresión de 31 bombarderos y 26 cazas al comando del mariscal barón Wolfram von Richthofen, que ordenó, al parecer, el ataque y en su diario personal admitió que allí se comportó “muy maleducadamente”

En el fin de la tarde se produjo la ofensiva más intensa, los aviones descargaron, por igual, proyectiles explosivos como incendiarios. Las últimas acciones ocurrieron unos 45 minutos después, efectuando fuego de metralla contra el interior de la población como en los alrededores. Las alarmas sonaban desde antes de las cuatro de la tarde y dejaron de hacerlo hacia las siete y media.

Los estragos fueron muy grandes y con intenso humo, de manera que los últimos atacantes, al no avistar los objetivos, descargaron explosivos a ciegas.

No fue el primer bombardeo contra una población civil, ni tampoco el que habían llevado a cabo las fuerzas aliadas del bando sublevado contra la república. Un mes antes los italianos lo hicieron en Durango en tres oleadas a lo largo de todo el día, con unos 294 muertos. El inicial de esa forma fue en noviembre de 1936, en Madrid: el general Francisco Franco ordenó a la aviación alemana e italiana una incursión contra la población civil para desmoralizarla y obtener la rendición de la ciudad. En febrero del 37, la “Cóndor” ametralló una columna de refugiados civiles en la ruta entre Málaga y Almería y causó cientos de víctimas. Tampoco fue el último, en 1938, la ciudad de Barcelona, sufrió la embestida en marzo y Alicante en mayo, también con civiles como blancos. La aviación republicana también bombardeó poblaciones en control de los sublevados como Oviedo, Zaragoza o Córdoba.

Se discute que Guernica fuera un objetivo militar vital como alegaron los agresores, para cortar la retirada y aprovisionamiento a las tropas populares en la campaña de Vizcaya. Otros sostienen que no fue continuado, sino que “se deseaba destruir la villa, de manera selectiva”, ya que algunas zonas resultaron sin daños como la Casa de Juntas o la zona industrial.

El 28 de abril, dos días después del bombardeo, tropas franquistas entraron en la villa foral, tomaron su control y quemaron archivos que hallaron en la iglesia de Santa María. Esto imposibilitó el recuento final de fallecidos. También se dirigieron a la Casa de Juntas, donde se rindió honores al árbol de Guernica e instaló una guardia de honor como símbolo de los fueros. Por su parte, el lendakari (gobernador) vasco José Antonio Aguirre denunció que los autores fueron aviadores alemanes al servicio de los facciosos españoles.

Este hecho bélico se convirtió en emblema del horror de la guerra para todo el mundo. Inspiró a Pablo Picasso su más famoso cuadro, el “Guernica”, expuesto por primera vez en la Exposición Internacional de París de 1937.

La repercusión internacional alcanzada, unida a su difusión, hizo que sea una masacre mundialmente conocida y considerada como un icono antibélico. En 1997, el presidente de Alemania, Roman Herzog, en carta a los supervivientes, pidió públicamente perdón por la manifiesta autoría teutona.

Muchos historiadores consideran la actuación germana como una prueba para la que sería, la Segunda Guerra Mundial. A un clic de distancia algunas imágenes (Mix de ficción y documental) del acontecimiento. Cuídense.

Norberto Tallón

Twitter: @betotallon