Crucigrama: Miguel Peralta

El Abuelo de la Nada – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Después de los idus de marzo de 1988 (26 de marzo), estos días más o menos, moría, al igual que su nacimiento (21 de marzo) durante el signo de Aries, el músico, cantante, autor, poeta y comediante Miguel Ángel Peralta.

El Miguel Abuelo del Rock Nacional, hacedor de Los Abuelos de la Nada.

Se “fue”, cinco días después de cumplir 42 años, en una clínica de Munro, en el Gran Buenos Aires.

Debo señalar que este no va ser un relato de su vida sino de hechos, tal vez simples y/o cotidianos, del Miguel que conocí y esos momentos. Absolutamente todos al margen de presenciar sus conciertos.

Estos son, algunos y solo algunos, de los encuentros que se iniciaron, allá por comienzos de los ’80, una nochecita en la radio (FMR, la entonces Frecuencia Modulada de Radio Rivadavia). Llegó alguien, una figura pequeña, delgada, piel cetrina y pelo enrulado. El productor me lo presentó para grabar una entrevista.

Me cuenta, entonces, que acaba de regresar de Europa, hacia donde partió en la época del “Onganiato” (la dictadura militar de la autodenominada –siempre se han puesto nombre- “Revolución Argentina”) que tenía como presidente a Juan Carlos Onganía, para “poder respirar”, así como sus “saltos” y estadas en uno y otro país.

En la española Ibiza conoció a la mujer con la que, en Londres (Inglaterra), tuvo a su único hijo Gato Azul. Además de detalles del antes, el más tarde y lo que venía: el retorno de Los Abuelos.

Tras la conversación “profesional” tomamos un café después, charlamos y se hizo una presencia frecuente, no solo para hablar de sus realizaciones artísticas, sino para llegar cuando sabía que estábamos (con Liliana Daunes, la co-conductora con quien firma, del programa de trasnoche de la radio mencionada: “Ovni Bus”).

En muchas ocasiones preguntaba si había un operador que pudiera grabarlo o preparar para poder hacerlo él solo. Llenó cintas (Grabadores de cinta abierta) de poemas, canciones (Mayormente inéditas en ese momento o una “vuelta de tuerca” a las ya conocidas) acompañadas por la percusión de sus manos o el Scat de su voz, reflexiones, cuentos, tantísimas e infinitas cosas.

Una noche se sumergió en el estudio casi desesperado porque se había quedado sin lugar para vivir, buscaba con urgencia un refugio para hacerlo, y creyó, con acierto, que el micrófono iba a ayudarlo en su necesidad.

Otras tantas veces solo era el compartir el mate durante la transmisión, en ocasiones acompañado por, un todavía local, Andrés Calamaro, que de alguna manera se había integrado a las “reuniones”.

Luego por un tiempo con un cambio de emisora de mi parte, la cercanía de vernos se espació y quedó el teléfono de vez en cuando (no había celulares y, mucho menos, smartphones).

La mañana del domingo el 27 de marzo del 88, llego a Radio Continental para hacer mi semanal “Un domingo de primera”, y los matutinos me “refriegan” por la vista la mala noticia: el día anterior nos había dejado Miguel, El Abuelo de la Nada…

Un melancólico, un soñador, un creador, un artista con una impronta absolutamente irrepetible. ¿Un ilusionista?

Miguel, donde estés, otro día, tal vez, cuente tu historia artística.

Hoy como siempre te tengo en el corazón, como antes, cada instante, en que tu “genialidad” golpea mi mente y ya lleva mucho tiempo que es así y ocurre irremediable, quizás, porque “debe ser” de esa manera.

Nunca te fuiste. Siempre estás aquí.

A un clic de distancia, grabada en vivo en los conciertos del 14, 15 y 16 de junio de 1985, en el Teatro Ópera de la ciudad de Buenos Aires, la canción “No te enamores nunca de aquel marinero bengalí”, autoría de Miguel junto a Andrés Calamaro, “Cachorro” López y Gustavo Bazterrica.  Publicada en su canal de YouTube por http://vevo.ly.

Disculpen el enfoque personal pero algo, vaya a saber qué, guió los dedos en el teclado.

Cuídense.

Norberto Tallón