Crucigrama: Palabras

Ejercicio libre sobre buenas, malas y feas – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

El subtítulo de la columna lleva, casi literalmente, a aquella película de los ‘60 de Sergio Leone, pionera del Western Spaghetti, protagonizada por Clint Eastwood, por aquí conocida como “El bueno, el malo y el feo“ (Il buono, il brutto, il cattivo). Pero el asunto son las palabras.

“Unidad lingüística, dotada generalmente de significado, que se separa de las demás mediante pausas potenciales en la pronunciación y blancos en la escritura. Se agrega sobre la facultad de hablar, la aptitud oratoria”. Definición de la Real Academia Española para la voz “Palabra”.

Allí el origen, sin embargo, esta habitual y antigua idea de separar distintas cosas traslada, en este caso, primero a las “buenas” palabras. También la RAE señala que las son “expresiones o promesas corteses, dichas con intención de agradar y convencer”.

¿Y las malas? Algún especialista dictamina que se trata de las empleadas “para lastimar a alguna persona, utilización de algún vocablo hiriente. La Academia suma su descripción: ”Son directas, y en determinados casos se encuentran en frases que podrían comunicarse de otro modo”. ¿Un ejemplo de la RAE? “Caerse de culo” reemplazable por la oración “quedarse atónito y desconcertado por algo”.

No sería injusto ni equivocado, entonces, decidir que ninguna es “buena” o “mala” y que podría etiquetárselas de acuerdo con el contexto, las formas y el fin con que se emiten.

Existe una gran cantidad de lingüistas, filólogos, estudiosos en la materia, desde el plano académico hasta lo más popular, que coinciden, en líneas generales, en sostener que en lo que remite al lenguaje: no hay buenas ni malas palabras, ni prohibidas, ni aprobadas, ni listas negras. Todas pueden
usarse, pronunciarse, enriquecer y multiplicar.

A priori, la más “buena” puede ser sumamente agraviante o descalificatoria, al tiempo que una “mala” es capaz de convertirse en un gran elogio o reconocimiento valorable.

Al decidir por una u otra, con el “rótulo” que tenga y la intención que se le otorgue, podrá ser catalogada por aquellos que piensen, no es mi caso, que existen realmente las “buenas y malas” palabras.

En cambio, sí estoy convencido de que hay palabras “feas” y, sobre todo, cuando no han ganado ni el derecho de inclusión y estudio, por su inexistencia, siquiera en el argot, caló, slang, lunfardo del lugar en que se manifiestan.

Para “poner” la idea en el “mundo real”, me quedo con una (muy difundida, básicamente, por los medios en los últimos tiempos): “Luchona”. “Saltó” a nuestros oídos a raíz de una pelea de dos hombres en el conurbano bonaerense pues en un grupo de WhatsApp escolar una señora
dijo a otra “yo no hablo con mamás luchonas”. ¿De qué trata el vocablo”?. Según quienes manejan términos vinculados con razones de género, es “un concepto discriminatorio desde todo punto de vista” y refiere a la forma de aludir a la maternidad de mujeres muy jóvenes, menores de 20 años, que se ocupan de la crianza de sus hijos, para su avance, sin ayuda de
otras personas, ni recursos económicos.

En síntesis la considero “fea”, porque debiera ser “linda” para destacar a las protagonistas, por caso, “Luchadora”, igual de acertada y totalmente más clara que el “hallazgo whatsapero” y pegando otra vuelta al diccionario, a la fecha no existe en el nuestro idioma.

Finalmente, se trata de una expresión aplicada en México, como forma de degradar a la destinataria con una “traducción” e implicancia clasista, que no se merece se parte del habla de una sociedad.

Lo que no es bueno, sí es malo y feo es la deformación, por gran cantidad de motivos, de la Lengua, nuestra lengua, con el respeto a los matices de cada país, y que alguna vez, malamente, se la generalizó como “Castellana” (De Castilla) y no Española.

A un clic de distancia, el traslado es al 20 de noviembre de 2004, III Congreso de la Lengua Española en Rosario (República Argentina), el video del humorista, dibujante y escritor Roberto Fontanarrosa y su charla “Sobre las malas palabras”, una sonrisa o una carcajada que nos dejó el querido “Negro” en la memoria.

Sigan cuidándose. Es por todos.

Norberto Tallón
Twitter: @betotallon