ESCENAUDIM: Escena, audio, imagen

Por Amadeo Lukas, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Esta nueva columna para Diario de Cultura no se maneja necesariamente por la coyuntura ni la actualidad sino por lo que su autor considera oportuno compartir y dar a conocer, ya sean notas, reseñas o comentarios, aunque no reflejen un momento presente o inminente en el campo del espectáculo y las artes.

· CINE

Estuvimos en la presentación de prensa de la película Lejos de Pekín (imagen de portada), en el estupendo espacio cinematográfico de la DAC, (Directores Argentinos Cinematográficos), que cuenta con una hermosa sala de proyecciones. Un film que por sus características estéticas y expresivas y por los artistas que incluye en su elenco ofrece una propuesta particular dentro de la cartelera de cine actual.

Se trata del último largometraje de Maximiliano González, estrenado en el cine Gaumont y otras salas, con la actuación de dos grandes figuras femeninas, Elena Roger y Cecilia Rossetto. Junto a ellas intervienen muy buenos intérpretes como Javier Drolas y José María Marcos como parte del. González es un cineasta misionero que concibió una trilogía junto a otros dos títulos suyos, La soledad y La guayaba. En esos tres films se puede encontrar un hilo narrativo centrado en la problemática social por la que atraviesan las mujeres en esa provincia mesopotámica de la cual es originario el director, Misiones.

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La trama nos presenta a una joven pareja que lleva ocho años de casados y aún no han podido cumplir su sueño de ser padres. Con ese fin realizan los trámites necesarios para acceder a la adopción, y viajan a una ciudad del norte argentino para continuar con el proceso. Al llegar, las cosas no suceden como lo soñaban en esa instancia y deben esperar en un hotel hasta el día siguiente. Durante esa noche ambos atraviesan por una serie de sensaciones mientras que una lluvia incesante en la zona amenaza con que sean evacuados.

Charlamos brevemente con Maximiliano González acerca de su trabajo: “Esta película en particular es parte de un momento de mi vida –señala él-. Hay un hilo temático, por eso yo lo englobo en una denominada Trilogía misionera, que tiene que ver la problemática de la mujer en la zona. En este tercer film me sentí muy a gusto con los elementos que se ponen en juego aquí, narrando una historia en la que aparecen símbolos y metáforas dentro de una narración más despojada”.

La dupla femenina es muy potente, más aún teniendo en cuenta que Elena es una figura internacional.

-Sí, sin dudas, pero también el personaje de Javier Drolas es relevante, muy buen actor, ideal para los códigos que yo quería transmitir. Además hubo un buen vínculo en general, una química, entre los actores del elenco. Y en cuanto a Elena, es una actriz maravillosa, llena de matices y dotada de una enorme interioridad, con una comprensión cabal de cada escena que debía interpretar.

¿A qué hace referencia el título?

-Tiene que ver con el socio del rol de Javier que está en China, Pekín, cerrando negocios y buscando productos, un tanto berretas, para vender en Buenos Aires. Y llama a la pareja desde allá produciendo disrupciones en el funcionamiento del vínculo.

-¿Tu próximo film quizás se desarrolle en otro ámbito?

-Sí, claro, yo ya estoy viviendo en la ciudad, en CABA, y cerré un ciclo. Y sin dudas empezaré a contar otras cosas en otros escenarios, seguramente más urbanos.

Por su parte Cecilia Rossetto expresó a Diario de Cultura:

“Estoy muy satisfecha de haber trabajado con una actriz preciosa, con una gran intensidad dramática y con un director con tanta carga poética. Como bien dijo Maximiliano en la conferencia, responde a la “resistencia poético-política”, como bien sostenía Fernando Birri”.

-¿Cómo estás en relación a esta película y frente a tu carrera en general?

-Es una muy linda participación la que tengo en, me encantó mi personaje y creo que la película tiene magia y contenido. Me gusta mucho hacer cine pero en los últimos tiempos actué en muy buenas series de TV, como Un gallo para Esculapio y en estos momentos estoy en Atrapa a un ladrón muy contenta de trabajar junto a Pablo Echarri. Y por otra parte estoy muy entusiasmada con mi unipersonal que estoy presentando en Bargoglio, en el barrio de Flores.

(Próxima crítica de Lejos de Pekín para Diario de Cultura)

. CRÍTICAS

Contra lo imposible. Dirección: James Mangold, Con Matt Damon, Christian Bale y elenco.

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No sólo se trata es una de las mejores películas de todos los tiempos que abordan la temática automovilística, sino que está en la pole position de los films estrenados en este 2019. Hablamos de Ford vs. Ferrari, tal el título original de este largometraje recientemente dado a conocer en nuestras carteleras -frente a la poco entendible “traducción” que recibió para su arribo en la Argentina-. En verdad no hay muchos exponentes de este subgénero, apenas se pueden recordar tres o cuatro, pero en todos los casos se trata de extraordinarias producciones: la mítica Grand Prix de John Frankenheimer, Las 24 horas de Le Mans de Lee H. Katzin y la reciente Rush, de Ron Howard. A estos títulos se podría sumar Días de trueno de Tony Scott, pero en un escalón más abajo que las anteriores.

Contra lo imposible tiene un par de puntos de contacto con la mencionada Rush, ya que en ambos casos hay 2 corredores, pero más que nada un gran enfrentamiento entre dos legendarias empresas automovilísticas que compiten por una supremacía que parecía ser irremediablemente patrimonio de una sola. En el caso de la otra película, la rivalidad estaba centrada en los memorables conductores Niki Lauda y James Hunt, y aquí se ocupa de un duelo a brazo partido entre las escuderías Ford y Ferrari, que alcanza su punto más álgido y enardecido cuando se desarrollaban las 24 horas de Le Mans de 1966.

Desde que arranca el film la experiencia es fascinante, por la ambientación, la presentación de los símbolos relacionados con los autos de competición y sus artífices, y fundamentalmente por el lazo humano -en el que se combinan la amistad, la camaradería, la rivalidad y la furia- entre los corredores Carroll Shelby (interpretado magníficamente por Matt Damon) y Ken Miles (ídem, por Christian Bale). Ambos al principio son conocidos y rivales en las pistas, y además expertos en mecánica de autos y luego uno se convertirá en el mánager del otro (Shelby de Miles), cuando los contrata la empresa Ford para intentar competir con la imbatible Ferrari. El motor de la película, valga la alusión, pasa más por el vínculo entre estos dos deportistas del manejo que por la competición, pero todo está perfectamente balanceado en el film, que durante todo su transcurso, extendido en minutos, atrapa y no suelta al espectador hasta que llega la última imagen. Y más allá de la trepidante acción en las pistas, boxes y las atrayentes vicisitudes de la ingeniería y construcción de los vehículos, la parte humana le otorga corazón y emotividad a la trama.

Para que este factor sea clave en un film resulta esencial el reparto, que aquí ha sido impecablemente elegido y conducido por el director James Mangold, que lleva adelante una tarea notable en todos los rubros. Sin dudas que la dupla protagónica está a la cabeza, Christian Bale y Matt Damon descollan, pero sin embargo no eclipsan al resto del elenco, en el que los aportes de Josh Lucas, Caitriona Balfe o Jon Bernthal resultan potentes, y ni hablar de las formidables composiciones de Remo Girone como Enzo Ferrari y Tracy Letts como Henry Ford II.

En suma, un relato apasionante y sólido, diseñado con el espíritu de un film clásico que atraviesa con soltura y convicción las modas y tendencias del cine actual.

Un día lluvioso en Nueva York. De Woody Allen. Con Timothée Chalamet, Elle Fanning y elenco.

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Una pieza fantástica del genial cineasta, siempre reinventándose a sí mismo. Por más que dé la sensación que toca temas similares y que en algunos puntos recurra a temáticas ya abordadas, Woody Allen siempre hace películas distintas, todas tienen su propia personalidad e identidad, y dicen y cuentan cosas diferentes. Y es el caso de Un día lluvioso en Nueva York, una de las mejores suyas de los últimos tiempos, con algunos apuntes que recuerdan producciones que plasmó en sus primeras épocas, pero también con toques abordados en obras más recientes. Un reconfortante mix.

Luego de la etapa europea de Allen, aquí las calles, veredas, fachadas y rincones de Manhattan vuelven a hacerse presentes para plantar allí personajes entrañables y queribles, por más que pue-dan pecar de soberbios y odiosos. Uno de ellos será Gatsby Welles, rol con un nombre y apellido que homenajean a la vez a la literatura y al cine estadounidenses, a cargo del ascendente Timothée Chalamet y que, como suele suceder en gran parte de su filmografía, resulta ser un alter ego del realizador. Un joven atribulado, talentoso, locuaz, melancólico y ocurrente que refleja sin dudas la personalidad de Woody cuando, como en este caso, no está en pantalla. Junto a él, estu-pendo, un delicioso personaje femenino que es en realidad la verdadera protagonista del film, a cargo de la fenomenal Elle Fanning. Ashleigh se llama la chica (nombre complicado de escribir que en realidad se emparentará con otro que suena igual y que surgirá en algún momento del film), entusiasta periodista amateur que llevará adelante un indomable recorrido neoyorkino cuando se quede sola en la ciudad sin su novio Gatsby. Aventura que, a través de los distintos personajes que se irá topando, abarcará varios rubros cinéfilos que ella ama: un conflictuado cineasta (impecable Liev Schreiber), un sufrido guionista (irreconocible y exacto Jude Law) y finalmente un vanidoso actor hispano (formidable Diego Luna).

Otras criaturas a cargo de Selena Gomez, Cherry Jones (la madre de Gatsby haciéndole una sor-prendente y memorable revelación), Rebeca Hall o Will Rogers, entre otros, harán sus oportunos aportes actorales. Y la gran urbe, retratada poéticamente por Vittorio Storaro, como bello marco de una comedia romántica lúcida, divertida (no faltarán un par de gags imperdibles) y siempre en-cantadora.

· TEATRO

La casa de las palomas de Victoria Hladilo. Con Victoria Hladilo, José María Marcos, Roxana Randón y elenco. El Camarín de las Musas.

Por su título puede recordar tanto a un a un film europeo de los años 70 o a un hotel turístico mejicano, pero es en realidad una magnífica obra nacional que representa una de las mejores puestas teatrales del año. La casa de las palomas parte de un texto dramático jubiloso de la autora, directora y también actriz Victoria Hladilo, referente del teatro actual a través de obras muy elogiadas y con gran repercusión de público, especialmente La sala roja , y también se puede mencionar La culpa de nada.

La trama instala al espectador en un modesto salón de fiestas en el que se empieza a festejar el cumpleaños de un niño. Distintos integrantes de una familia irán apareciendo, a los que se sumarán otros aparentemente ajenos pero que interactúan e interactuarán en la intimidad de ella. Conflictos añejos y recientes se desatarán en esa parentela en medio de las urgencias propias del evento que se está desarrollando, y habrá que lidiar con ellos para que el cumple no se desbarranque por completo. Aflorarán sorpresas y revelaciones que originarán riñas, angustias, risas, lágrimas, desencuentros y reencuentros. Y un plantel de actores formidable sostendrá en todo momento las intensas y delicadas circunstancias por donde los conducen ciertas situaciones, a veces tragicómicas y disparatadas, pero nunca despojadas de verosimilitud, convicción y fundamentalmente sentimiento.

Un espectáculo que divierte y entretiene de punta a punta a través de diálogos ágiles y una esté-tica trepidante que nunca llega a ser frenética. Porque La casa de las palomas está dotado de pau-sas de genuina emotividad en las que el silencio o la tenue sonoridad de una escena mantienen en vilo al espectador. La totalidad del elenco genera una empatía inmediata, desde José María Marcos, pasando por Roxana Randón, Mercedes Quinteros, Emiliano Díaz, Darío Miño, hasta llegar a la propia Victoria Hladilo, ponen en juego en todo momento una convincente humanidad. Esta brillante propuesta teatral culminó hace poco su temporada pero se repondrá a principios del in-minente nuevo año, el 12 de enero en el mismo espacio.

En Pie de Esperanza de Leonel Dolara. Intérpretes: Lorena Szekely, Gabriela del Mar, Stella Minardi y Rosella Bosco. Dirección: Leonel Dolara.

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Con un texto dotado de atrayentes alegorías y un cambio de roles que engloba al elenco actoral que sorprende -y también desacomoda- al espectador, En Pie de Esperanza es una propuesta teatral que promueve la reflexión, activando a la vez resortes sentimentales.

La obra de Leonel Dolara propone estímulos que se disparan a través de vínculos materno-filiales y afectivos en general, dentro de una estructura familiar que se podría denominar disfuncional. Y en ese punto la obra aporta un recurso de puesta inesperado, ya que la mujer de edad avanzada que protagoniza la pieza, llamada precisamente Esperanza, está representado por una actriz relativamente joven, mientras que el personaje correspondientes a su hija y otro del cual no se tiene claro su origen ni su edad, salvo su fantasmal condición, son personificados por dos mujeres mayores. Ocurre que la mujer mayor tiene una actitud más joven y desenvuelta que su hija, sumida en una mentalidad pacata, superficial y atada a las convenciones sociales. Ironía no tan inusual en ciertas familias, y que le otorga el sentido buscado a esa inversión de roles. Y este artificio demanda al espectador internarse y comprometerse con el particular código que presenta el espectáculo.

Otro personaje impensado que forma parte de la puesta es una TV que, estando encendida, despierta en la protagonista idolatrías y hasta fantasías amorosas, generando situaciones tragicómicas. Un párrafo aparte merecen las logradas voces de la pareja de animadores de ese programa de entretenimientos vespertino que fascina a Esperanza.

Por otra parte la intervención de una pedicura, rol clave, amalgama adecuadamente los elementos de la historia, aportando metáforas que le otorgan significación a todo el entramado, porque el dolor en los pies de Esperanza encierran un claro contenido simbólico, por ser la porción anatómica que nos sostiene en la vida.

Por último Lucía -que abre la obra- es alguien que se integra desde otro plano existencial, dentro de lo que se podría denominar una “presencia”, y ofrece extrañas y depuradas narraciones mientras que en otros momentos se muestra descontracturada y graciosa, siendo percibida por Esperanza pero no por su hija Raquel.

En suma En Pie de Esperanza, que destaca actoralmente tanto a la extrovertida Lorena Szekely como a la verosímil Gabriela Del Mar, logrando ambas una buena dupla, con bienvenidos toques de humor y sensibilidad, cuenta con los aciertos ya apuntados del director y autor, también compositor de la música. Si bien la inversión de roles ya apuntada puede distraer, desviando un poco la atención de diálogos y monólogos bien concebidos, se trata de una propuesta teatral que ofrece un interesante conjunto expresivo. Que dentro del mismo, además de los lazos parentales y fraternales, también le reserva un espacio a la indagación metafísica, a la espiritualidad existente dentro de la experiencia humana.

Los vecinos de arriba de Cesc Gay. Con Diego Peretti, Muriel Santa Ana, Rafael Ferro y Julieta Vallina. Dirección: Javier Daulte. Teatro Metropolitan Sura.

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Asistí el pasado domingo 24 de noviembre a la última función de la divertida comedia teatral Los vecinos de arriba, tras un par de temporadas de éxito sostenido. Se trata de una pieza asentada en un elenco bien predispuesto a un tono descontracturado y ágil, acentuado por el texto de Cesc Gay que apela a toques audaces que fomentan gags y situaciones francamente reideras. Con el carisma y el talento para la comedia de Diego Peretti, Muriel Santa Ana, Rafael Ferro y Julieta Vallina, el versátil director Javier Daulte cruza con su oficio teatral las fronteras de la comedia blanca -sin apartarse absolutamente de ella- para adentrarse en temáticas que involucran la sexualidad en la pareja. Gay, reconocido guionista y director de cine, debuta aquí como autor teatral, y reflexiona levemente -con algún momento más intenso y comprometido- sobre la vida en común del hombre y la mujer, haciendo foco en los aspectos sexuales y reprimidos de los vínculos entre ambos sexos.

Una visita de cortesía de los vecinos del piso de arriba significará un tembladeral en la vida rutinaria de la pareja con la que arranca la historia, en un principio molestos (más que nada él) por las vibraciones, gemidos y gritos provenientes del departamento donde residen los invitados. A partir de allí, los diálogos trepidantes y el permanente e ingenioso doble sentido, con claras alusiones a la práctica swinger, irán en un franco crescendo hasta conformar una puesta en la que prima la más pura diversión, con pasajes de humor realmente contagiosos. El cuarteto actoral funciona de manera impecable y cada uno de los intérpretes tiene su espacio de lucimiento para desplegar su capacidad como comediantes.

· MÚSICA

Rapsodia Bohemia Sinfónico, de Ángel Mahler y Luis Pascual. Teatro Coliseo.

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En diciembre culminaron por este año una serie de extraordinarios conciertos que se llevaron a cabo en el teatro Coliseo, se trata de la puesta musical Rapsodia Bohemia Sinfónico. Un espectáculo desarrollado por el músico, compositor y director orquestal Ángel Mahler y el puestista español Luis Pascual, que ya llevan once funciones a sala llena con esta propuesta, y que anoche tuvo su despedida especial de Navidad. Un concierto que, como todos los anteriores, tuvo momentos musicalmente poderosos y memorables, de la mano de Mahler y su batuta, sus arreglos y dotes pianísticas, y de Pascual a través de la realización audiovisual, con tres pantallas que acompañan con enorme expresividad, sensibilidad y colorido los estímulos que despiertan la sonoridad de las canciones de Queen en este formato orquestal expansivo y envolvente.

A este combo expresivo hay que sumarle el gran coro de la orquesta y fundamentalmente las voces solistas, donde tres excepcionales vocalistas reflejan interpretativamente el inolvidable estilo vocal de Freddie Mercury: Mauro Rocha, Ema Caradoso y Andrés Ajamín, los tres con pareja calidad, afinación y expresividad. A ellos se sumó en este caso la cantante Albertina Ferrucci, que interpretó dos temas del propio Mahler, cosa que proporcionó un matiz diferente a la noche entre el material abarcador de Queen. Junto con ella, el Coro polifónico de Morón completó ese atrayente momento del concierto.

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Hay que consignar la sólida participación como pianista del hijo de Ángel, Damián Mahler, mientras que otro pasaje singular de la noche fue le ejecución de temas clásicos de navidad compuestos y grabados por Queen, y que ofrecieron en la concurrencia sensaciones acordes con la época, especialmente a través de Thank God It’s Christmas. una de estas composiciones navideñas del legendario cuarteto.

En suma, un concierto de enorme contenido musical y emocional, que se percibió especialmente en el público, que salió de ese gran auditorio que es el Coliseo, uno de los mejores de Buenos Aires, con expresiones de felicidad y gratitud.

Noches de Música por la Paz

El Domingo 29 , en una de las últimas noches del año, se presentó una nueva edición del evento organizado por la cantante y emprendedora Makenna Zambonini, Noches de Música por la Paz. Se trata de un evento Solidario a total beneficio de la casa del teatro, donde suelen participar artistas musicales de distinta extracción, todos colaborando con esta propuesta solidaria.

Un invitado especial fue Ricardo Romero, músico, cantante, director, productor y conductor argentino. Es el creador del famoso grupo Los Cinco Latinos y del programa televisivo de Crónica TV El Club de los Desvelados, ya con muchos años en el aire. Romero recibirá la distinción de Misionero de Paz por acción de Paz. También recibieron las mismas distinciones el músico y arreglador Danny Vilá y el cantante y compositor Daniel López.

Entre los artistas invitados que participaron del espectáculo se encuentra el grupo de rock El Paraíso de los Creyentes, los mencionados Danny Vilá y Daniel López y el que suscribe esta columna, que interpretóá a dúo junto a Makenna la canción Manos a la Obra, que por su espíritu anti belicista forma parte de los encuentros de esta iniciativa por la paz,

Fue en la sala The Cavern Club del Paseo La Plaza, av. Corrientes 1660, el domingo 29 de diciembre a las 20.30, con entrada libre y gratuita, sólo se pidieron alimentos no perecederos y accesorios y ropa adulto infantil.

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Amadeo Lukas – Periodista de espectáculos y crítico de cine. Miembro de APTRA, Asociación de Cronistas Cinematográficos y Premios Gardel. Cancionista.