Fangio, antes de la gloria

Por Omar Eduardo Alonso, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Podría decirse que todo, o casi todo, se ha escrito con respecto a
la vida y trayectoria deportiva del quíntuple campeón mundial
de automovilismo, Juan Manuel Fangio.

Por consiguiente es interesante poner una atención especial
sobre los tiempos en que quizás ni se soñara semejante
proyección internacional y en que se transformaría en un
ídolo de los mayores para todos los argentinos.

Es que previo a la trascendencia mundial, Fangio forjó una
estrecha relación con toda la región que incluyó no solo su
actividad deportiva, sino también una fuerte presencia
comercial que le significó relaciones muy estrechas en
distintos lugares.

Incluso esos aspectos estuvieron precedidos por un
acontecimiento del que fue protagonista su padre, Loreto
Fangio.

Siendo este menor de edad, hizo abandono de su hogar en
Balcarce y se conchabó como empleado en el
establecimiento agropecuario conocido como Campo Caride,
en proximidades del paraje La Tigra, a corta distancia de la
planta urbana de Tres Arroyos.

Su madre, es decir la abuela del campeón, lo mandó a buscar
y la policía lo restituyó a su familia.

Ya de vuelta, se dedicó a algunos aspectos de la
construcción, formó su hogar con Herminia Déramo y tuvieron
sus hijos, entre ellos Juan Manuel.

Muchos años después, don Loreto visitaría nuevamente el
campo donde trabajara, acompañado por quien ya era un
ídolo quien piloteaba un automóvil Torino.

Era buen futbolista “el Chueco”, pero para contribuir con la
familia, trabajó primero como aprendiz de herrero y luego
como mecánico.

El cincuentenario

En 1986 se desarrolló en Benito Juárez una fiesta para
celebrar los 50 años del debut en competencias
automovilísticas.

Fue organizado por el club Alumni, de esa ciudad, con la
presencia de destacados dirigentes y automovilistas de toda
la región. Fangio tenía 75 años.

Entre los muchos asistentes se encontraba Juan Manuel
Bordeu, por entonces presidente de la Fundación Fangio.

Ambos estuvieron juntos en visitas a Tres Arroyos en
algunas ocasiones, mientras que Bordeu lo hacía con
frecuencia pues tuvo mucho tiempo una relación sentimental
con una joven de este medio. Obviamente, antes de su
formalización con Graciela Borges.

La ocasión del encuentro mencionado fue oportuna para
recordar el debut que hiciera en B. Juárez con un Ford A
prestado y con el seudónimo Rivadavia, nombre del Club
donde practicaba fútbol y donde le asignaron el apodo de El
Chueco.

Dos años después de su iniciación en las competencias,
participaría de la denominada “trágica de Tres Arroyos”, en
1938, en la que habría varios muertos y Fangio saldría
indemne. A Tres Arroyos había llegado en 1937, se había
alojado en el Hotel La Catalana, de Más y Roig, entablando
una amistad que se sostendría para siempre.

Vista previa de imagen

Las fotos, muestran a Fangio llegando a Tres Arroyos por
avión y con los dueños y empleados del Hotel La Catalana,
además de familiares de los mismos. Los propietarios eran
Bartolomé Roig y Andrés Mas. El establecimiento continúa
funcionando de la mano de familiares de aquellos pioneros.

Vista previa de imagen

La Segunda Guerra Mundial

En abril de 1942 disputó la última carrera antes de la
interrupción generada por la conflagración mundial. Fue una
competencia de Mar y Sierras que partió de Mar del Plata,
pasó por Tandil, Tres Arroyos, bajó para Orense por el
camino del paraje Hueso Clavado, para continuar hacia
Necochea y Mar del Plata.

Para Orense fue un acontecimiento especial. A la altura del
campo La Celina, de Beguerie, Fangio debió cambiar un
neumático y la competencia era encabezada por el
necochense Domingo Alcuaz.

Afirman que este abandonó la competencia para ir a una
jineteada, que ganaría. Otros dicen que en realidad había
tenido problemas mecánicos. Fangio se consagraría.

Fuera de lo deportivo, se dedicó a la venta en toda la zona de
cubiertas pantaneras para los jeeps, importadas, en un
contexto de gran escasez.

Recalaría así en la gomería de Albarello, por entonces en
pleno centro de Tres Arroyos; conoció también a los
hermanos Volponi y consolidó una estrecha relación y
colaboración en cuestiones mecánicas.

Hacia 1945/46 se abocó a la venta de camiones rezagos de
la guerra Studebaker, de 3 diferenciales.

Uno de ellos lo vendió en la estancia El Médano, de la familia
Vassolo. Allí quedó admirado por un gran taller con toda la
tecnología que se había montado en un gran galpón con
forma de herradura.

Fangio había llegado en una cupé Chevrolet 1939,
cruzándose chanzas con Basilio Vassolo, hincha de Ford y de
los Gálvez.

Piloteó un Ford A que alcanzaba 110 kilómetros por hora e
intentó probar la efectividad del camión que ofrecía en la
laguna “Vasco Antonio”, en el marco de gran jolgorio de todos
los presentes.

En las localidades

Una sólida relación comercial establecería con el señor
Domingo Uzcudun, quien tenía un taller mecánico y anexos
en la localidad de San Francisco de Bellocq.

Era un inmigrante español llegado al país antes de 1900, que
formó una familia, algunos de sus hijos también se
dedicaron a la mecánica y pasaron de una modesta estructura
en Tres Arroyos hasta proyectarse de manera muy
significativa.

La familia Uzcudun mantuvo el taller en aquella localidad
hasta 1951.

También tuvo una relación personal con el señor Isaac
Vaskoboinik, un empresario barraquero de Copetonas, con
establecimiento de campo y una bodega envidiable.

Fue un fomentista a ultranza participando de instituciones
diversas.

Por alguna razón, llegó a ser propietario de “la negrita” un
automóvil que Fangio había corrido en los primeros tramos de
su carrera deportiva. Lo guardaba, y allí estuvo varios años,
en el galpón de la barraca en Copetonas.

En determinado momento Fangio lo contactó para pedir que
lo cediera al museo de Balcarce.

Vaskoboinik se negó a cederlo, pero en cambio acordó su
venta pues ese dinero se destinaría a beneficio de
instituciones de la localidad.

El rodado fue efectivamente incorporado al patrimonio del
mencionado museo.

=============================================

Omar Eduardo Alonso es periodista de Tres Arroyos.

Esta nota fue escrita merced a los aportes de los señores
Juan Pablo Pérez Vassolo y Alberto Deramo.

Observar foto de correspondencia que correspondencia que

Fangio tuvo con el señor Deramo.

[email protected]

También en FC.