Historias de Buenos Aires: Temblando en la cornisa de un amor ( o El abismo de esos ojos color miel)

Por Gaby Zárate, especial para Diariodecultura.

“Subida a la pequeña ventana del hotel familiar, miraba el instante de la tarde pincelado por un rosa/violeta que embellecía los techos de Palermo Viejo. La Chica/Señora, una artista un poco perdida en la ciudad porteña, descansaba de su trajín cotidiano. Su proyecto de irse al interior, a algún pueblito de la provincia de Buenos Aires había fracasado y no podía más que esperar ” hacer pie” sorteando la pobreza, o algo parecido a eso que le llaman necesidad.

La vida era divertida de todos modos, pensó: “El arte sin un poco de bohemia no es arte y la bohemia sin pobreza no es bohemia, atravesar la necesidad y la falta de lujo es algo que tiene que tener todo artista, lo otro es un ejercicio del ego mal encarado”. 

Ella sabía cómo decirlo. La tarde anochecía y otra vez Buenos Aires le regalaba un cielo estrellado a todo aquel que la habitara. Se acordó del Tanito, un hombre menor que ella al que añoraba, no paraba de pensarlo – “Es como un Rod Stewart a la italiana, ¿entendés?” jugaba mientras le escribía en el whatsapp a alguien que no quería leer. 

Por fin el interlocutor respondió y la coqueta señora no paró de arremeter. “ Si! lo viste en el Martin Fierro?, Dios! ,Que presencia, estaban todas locas, jajaj te juro!, están todas muertas con él, que envidia la mujer, la odio!” “Para tanto! Es casado?“ alguien bufando escribía del otro lado del chat . Siii, es casado, Ufff ¡no quiero!: Odio a la mujer!, pero bueno… No! No la odio, no la odio tanto, no la odio nada… la admiro, ¡o yo que se! le deseo lo mejor, que encuentre a otro, ¿no te parece?”. A alguien del otro lado no le parecía.

El Tano llegó temprano, no entendía muy bien de qué venía la situación, pero hacía rato que estaba tratando de excusarse y ya no quería, nuestra señora le caía bien y la verdad que «para que hacer sufrir a la gente», era un buen tipo después de todo.

 El lugar le gustó, aunque pensó en ir a otro lado, no estaba para tomar vino, esas cosas de que uno se pone cariñoso, se relaja de más a veces, se enternece y si algo tenía el Tano es que era un tipo leal, fundamentalista de la fidelidad, innecesariamente fundamentalista, digamos hasta el hartazgo!

 El hombre -ya dejando los cuarenta pero con aspecto juvenil y haciendo notar, gracias a sus maneras, su apellido italiano- se sentía un poco perdido, no sabía porque volvía y volvía, había algo que lo hacía volver a verla, volver a hablarle, volver a escribirle y no tenía que ver nada más que con el trabajo.

 La morocha le gustaba, le gustaban muchas en verdad –es la sangre italiana se decía para sí, cada vez que miraba a alguna mujer atento, abriendo un poco de más sus ojos color miel– pero… esta morocha tenía algo más,  le gustaba bastante. 

Tomó el teléfono y escribió apurado como acostumbraba… «Hola! Vamos a Pony Pizza?». Se refería al lugar del pasaje Echeverría en el Barrio Chino de Belgrano, donde el Chef Valentín Grimaldi recibe a sus comensales con su pizza de autor… No tuvo respuesta.

La mujer bajó de la pequeña cornisa que se había inventado, dejó de soñar por un rato saltando del barral de la ventana de su pequeña habitación, pensó : Te parece hablar de esto?! Se interpeló: ¿Te parece que da para pensar en alguien comprometido de ese modo? 

La tarde/noche se ponía azul marino y un poco fresca, las ventanas ajenas regalaban historias sin contar, los amores inconclusos en lugares desconocidos dejaban temblar a la imaginación despacio, como las hojas de los árboles moviéndose en el atardecer.

Por fin, respiró hondo y algo parecido a la verdad llegó a su pensamiento: “No es para vos querida, es así, es un Rod Stewart sin banda y con demasiada tanada encima”, no hacía falta una tía para decírselo. El teléfono sonó con un bip molesto y la sorprendió…había una invitación pendiente en el whatssap, junto con una pequeña chispa color miel que volvía a encenderse. Se vistió rápido y salió a comerse el mundo como siempre, alguien la esperaba en Pony Pizza.” (Gaby Zárate)

Hoy Valentín Grimaldi, socio y chef de Pony Pizza: Amante y Artista de la cocina

Salgo tarde para llegar temprano, el primer horario fijado era a las 19, luego se modificó a las 18 y unos zapatos nuevos y un poquito apretados, sumados al cielo colorido de la tarde Palermitana, me hacen llegar a la primera hora señalada. Ya son las 19 y Valentín está sentado al resguardo de una pequeña estufa, que desde el tope de una columna, decora y arropa la mesa donde me espera.

 Se trata de Pony Piza y del afamado Chef Valentín Grimaldi, un “cocinero” como a él le gusta llamarse, que supo ser parte de la camada “noventosa” del canal gourmet y posee además cuantiosos logros de proyectos y locales gastronómicos en su haber, además de literatura publicada acerca de su profesión. Amigo de referentes de la actividad y considerado un referente él mismo.

Valentín, me recibe con una amabilidad y una sonrisa inmensas. Es un gran anfitrión que me va a hacer sentir en todo momento parte de la casa, de su casa : Este lugarcito que, como dice él, es casi un Food Truck,:Un lugar al paso con mesitas alargadas y altas acompañadas por banquetas de estilo moderno, en el pasaje Echeverría, donde pronto Valentín, en esta fría noche de invierno porteño – cuando comience nuestra charla –  me contará que junto a sus socios fue pionero de ese pasaje, que ha sido puesto en valor por distintas gestiones del gobierno de La ciudad de Buenos Aires.

Cuando llegue el momento de comer descubriré que aquí en @pony_pizza, se sirve la mejor Pizza que comí en años, sin vueltas. La pizza como la compañía de Valentín serán maravillosas; me va a contar sus comienzos, su presente, sus proyectos y su amor por lo que hace. Un pequeño extracto de todo aquello que pasó en ese bello “compartir una mesa” en este lugar de Pizza de Autor : Pony Pizza, se los comparto aquí en Diario de cultura, con algunas preguntas que Valentín Grimaldi tuvo la amabilidad de contestar para todos Uds…que disfruten el bocado!

P- Cómo fueron tus comienzos en la gastronomía?, dónde arrancaste y algo que quiero que me digas es que fue lo primero que cocinaste?

E – Comencé a las 16 años (siendo menor de edad) en un restaurante de comida alemana.

Pelando papas y picando perejil.

De ahí pase a la panadería.

El primer plato que cociné en mi vida fue un puchero, a los 14 años, siguiendo los pasos y procedimientos que ejecutaba Karlos Arguiñano en su programa de cocina todos los mediodías.

Receta de puchero que sigo utilizando en la actualidad

P -Estuviste en  Santa Fe en un evento de gastronomía,» el invernal 2024″  –  @festivalinvernalstafe , contame un poco de lo que pasó allí y quiénes estuvieron?

E – Hace más de 11 años se celebra el festival invernal Santa fe, evento de 3 días que reúne a lo mejor de la gastronomía del litoral.

Una feria en donde hay puestos de comida, más de 50 variedades de cervezas, mercado de productores, show de música y clases de cocina en vivo.

Hace 6 años que soy el encargado de inaugurar el escenario de clases y también me ocupo de la producción gastronómica de todas las clases.

Este año como mayor atracción estuve compartiendo escenario con Lele Cristobal y Roberto Petersen.

P -La pizza de Pony es súper Gourmet, riquísima! Un viaje! , que productos usas para realizarla, contamos un poquito acerca de su elaboración tan particular y si tenés ganas danos una receta

En Pony siempre nos preocupamos mucho por la trazabilidad de la materia prima y buscamos generar un producto que salga rápido y caiga bien.

Por eso más del 90% de nuestros productos son orgánicos.

Para nuestra masa madre utilizamos la harina orgánica de chacabuco (@alimentoschacabuco), más su harina 00 estilo napolitano como refuerzo. 

Nuestra salsa de tomate orgánica es de pampa gourmet, nuestros vegetales de cuatro estaciones, nuestro pepperoni de las dinas.

Todos productos de alta calidad.

Nuestra pizza respeta el proceso napolitano.

Masa madre, hidratación al 70% y leudados prolongados en temperatura controlada.

La cocción es estilo new york (horno a cinta)

P -Estás haciendo eventos, uno de ellos OIDO CHEF, contame un poco acerca de este evento y algunos otros que realizas en Pony Pizza

E – Oído chef nace por mí amor a la comida y la música.

Es un ciclo gastronómico en el que se fusionan la impronta de cocineros invitados con sus gustos musicales.

Una variedad de pizza pensada por los invitados mientras suena una playlist musical realizada en base a sus gustos musicales para esa situación. 

Entre los invitados ya pasaron los Nero cocina (catering), roy asato (orei y noodles), leandro bouzada (osaka),  cesar sagario (corte comedor), entre otros.

Para cuando llegue el mejor clima se vienen los «domingos en calzones», donde 1 domingo al mes vamos a estar realizando una variedad distinta de pizza en formato Calzone.

P – Por Último Valentín que es lo que más te gusta de la gastronomía y que es lo que menos te gusta, si volvieras a vivir volverías a elegir ser cocinero?  

E – Lo que más!: Es tener la posibilidad todos los días de aprender cosas nuevas, de transformar algo que podría llamarse «ordinario» en algo «extraordinario».

En cuanto a lo que menos me gusta posiblemente sea el movimiento permanente en los valores de los insumos, que hace que tengamos que estar constantemente enchufados a un sistema operativo informático que nos quita la posibilidad de usar esa energía en crear cosas nuevas.

Elegiría ser cocinero en 20 vidas más

P- Valentín gracias por la charla y por esta fantástica Pizza De autor que me has invitado, Sos un gran anfitrión y Obvio! Un gran chef…Voy a volver!

E- Gracias a vos por venir Gaby y por la nota. Más que bienvenida siempre

Gabriela o Gaby Zárate, ya que así firma sus trabajos, nació dentro de una familia artística que luego se vinculó con la publicidad y los medios de Argentina. Así, Gaby comenzó su carrera laboral en Agencias de Publicidad a temprana edad, siendo tan sólo una adolescente. Pasó por Productoras y medios de comunicación, con el tiempo llegó a integrar el staff del área de redacción periodística de editoriales y medios digitales. Se formó en UCES, Escuela Éter, Escuela de Cine Eliseo Subiela y en Centro Cultural Rojas (UBA), junto con cursos y talleres relacionados con el periodismo, la escritura, las artes plásticas y el arte en general. Entre otros trabajos, publicó tres blogs de estilo Periodístico y uno de Ficción, llamado Bella Oscuridad (https://bella-oscuridad.blogspot.com/?m=1).