Jack el Destripador es uno de los nombres que se dio a un asesino en serie no identificado que cometió varios crímenes en 1888, principalmente en barrios pobres de Londres. El apodo surgió de una carta firmada por alguien con ese nombre que se adjudicaba los crímenes.
Con frecuencia se ha descripto a Jack el Destripador como un ser inteligente, eficaz, burlón, astuto, frío y obsesionado por el asesinato. Los ataques que se le atribuyeron involucraban a mujeres prostitutas de barrios pobres y tenían un modus operandi que consistía en estrangulación,degollamiento y mutilación abdominal, y en algunos casos,extracción de los órganos internos de las víctimas.
Debido al desconocimiento de la verdadera identidad del homicida, a la no resolución de los casos, al carácter extraordinariamente brutal de los asesinatos y a la cobertura internacional del tema por parte de los medios de comunicación, surgieron leyendas que se convirtieron en una combinación de investigación auténtica, folklórica, y pseudohistórica.
En 1992 apareció un documento presentado como el Diario de James Maybrick (*) que llevó a sospechar que Maybrick, comerciante en algodón de Liverpool podría haber sido Jack el Destripador. El autor del diario no menciona su nombre pero como se detallan acciones y crímenes que guardan similitud con los del homicida serial, ello indicaría que Maybrick y Jack eran la misma persona. Ello no obstante, los exámenes llevados a cabo en la tinta utilizada en el diario dieron por resultado hallazgos contradictorios.
El periodista y político Leonard Matters (1881– 1951)(*) (que vivió varios años en Argentina y se desempeñó como editor del periódico Buenos Aires Herald ), escribió un artículo en 1926, según el cual Jack había sido un eminente médico cuyo hijo murió de sífilis a causa de su relación con una prostituta. De acuerdo a su teoría el doctor, bajo el alias de ‘Dr. Stanley’, habría cometido los asesinatos por venganza, habiendo huído luego, para terminar hallando refugio en Argentina. En 1929 Matters extendió sus ideas en un libro titulado El Misterio de Jack el Destripador, señalado como objeto de estudio por parte de académicos, aunque luego se evidenció que contenía varios errores. Por otra parte, la bibliografía citada nunca fue localizada.
El estudio comparado de la caligrafía de unas cartas enviadas por nuestro personaje a Scotland Yard llevó al matemático uruguayo Eduardo Cuitiño a la hipótesis de que en realidad serían tres los asesinos seriales. En ‘Jack el Destripador. Un enigma con solución’ se analizan las cartas, identificando a los asesinos como Stephen Herbert Appleford y Frederick Gordon Brown (cirujanos forenses y cuñados entre sí) , junto con el norteamericano Samuel Penn. http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?251611
El tema ha sido retomado en novelas, cuentos cortos, poemas, caricaturas, juegos, canciones, obras teatrales, películas y en el teatro lírico.
En octubre de 1888, poco tiempo después de acontecidos los primeros asesinatos fue publicada La maldición en la Plaza Mitre (*), novela gótica(*) escrita por John Francis Brewer, cuya trama aborda primordialmente el asesinato de Catherine Eddowes en esa pequeña plaza de Londres. Asimismo, en la obra En la más oscura Londres(*), Margaret Harkness, publicada justo al año siguiente con el seudónimo de «John Law», describe a Jack como un matarife no judío que se ocultaba entre la comunidad judía de la región del East End. Poco a poco los relatos de Jack Destripador consiguieron atraer la atención internacional. En 1892 se lanzó una antología de cuentos cortos en idioma sueco, El destripador, compilada por Adolf Paul (1863-1943)(*). Por otra parte, la obra en español Jack El Destripador, aparecida poco tiempo después de la serie de homicidios, pasó ser considerada como un ‘divertido pastiche al estilo de Sherlock Holmes’ tras su lanzamiento comercial, poco después de la serie de homicidios.
En 1911 Marie Belloc Lowndes (1868-1947)(*) publicó El Inquilino (*) en la revista McClure. La historia se transformó en novela en 1913. Una pareja de Londres, los Bunting, sospechan que su inquilino, el señor Sleuth, cuya imagen coincide con la de Jack el Destripador, es un asesino misterioso conocido como ‘El Vengador’. En 1926, Alfred Hitchcock (1899-1980)(*) se inspiró en esa novela para filmar El Inquilino, Historia de la Niebla de Londres(*) protagonizado por el popular compositor, cantante y actor galés Ivor Novello(1893-1951)(*),junto a Marie Ault (1870–1951)(*) y Arthur Chesnay (1881–1949)(*). Podemos ver este film mudo en el siguiente link:http://www.youtube.com/watch?v=PzlVNRzU1FE
Asimismo se registran varias adaptaciones en las que se tomó como referencia la historia original de Marie Belloc Lowndes. También en Inglaterra Maurice Elvey (1897-1967) (*) dirigió en 1932 El Inquilino (*), thriller que protagonizó el actor elegido por Hitchcock, Ivor Novello, junto con Elizabeth Allan (1910-1990) (*) y Jack Hawkins(1910-1973)(*). En 1944 John Brahm (1893-1982)(*) dirigió un film protagonizado por Laird Cregar(1913-1944)(*), Merle Oberon (1911-1979) (*) y George Sanders (1906-1972)(*). De 1953 es Hombre en el desván (*) con la actuación de Jack Palance (1919-2006)(*), Constance Smith (1929-2003)(*) y Byron Palmer (1920-2009 (*), que dirigió el mendocino Hugo Fregonese (1908-1987)(*). Más recientemente, en 2009, se lanzó otro film denominado El Inquilino (*) que dirigió el canadiense David Ondaatje (1960)(*) con Alfred Molina (1953)(*), Hope Davis (1964)(*)y Simon Baker (1969 (*).
En nuestra próxima entrega continuaremos refiriéndonos a este siniestro personaje a través de sus múltiples manifestaciones en creaciones diversas.
(*) Los autores y manifestaciones artísticas en negrita señaladas por un asterisco pueden encontrarse en buscadores de internet.
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ESTELA TELERMAN pianista, docente, difusora de la música argentina, es columnista en Diario de Cultura.