“Pichuco” Troilo de Buenos Aires

¿Cuándo, si siempre estoy llegando? – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar. 

Hace unos días fue el aniversario del inicio, con sesenta años, de su gira eterna.

“Pichuco” nació con el nombre Aníbal Carmelo Troilo en pleno barrio del Abasto (Cabrera entra Anchorena y Laprida), uno de esos contados artistas que hacen preguntar por el misterio y magia en su comunión con el público.

El bandoneón lo atrapó cuando escuchó su sonido en cafés de su barrio. A los 10 años tuvo su primer fuelle, con el que tocó casi toda su vida, a los 14 llegó la ocurrencia de formar un quinteto. Fue al Pellegrini hasta tercer año.

Como bandoneonista, quizás, no fue un estilista, ni un virtuoso, ni un creador múltiple, ni un fraseador. Pero de todo tuvo algo y fue, en lo fundamental, él mismo. Como director de orquesta cultivó un estilo equilibrado, sin efectismos y de buen gusto. Supo rodearse de los mejores ejecutantes de acuerdo con sus ideas musicales, eligió buenos cantores, que a su lado dieron lo mejor de sí. Seleccionó el repertorio sin doblegarse a las imposiciones de las compañías discográficas y fue un inspirado compositor, creador de obras que perduran, lo mismo que sus versiones de las ajenas, transformadas por el tiempo en clásicos.

Contar su historia musical llevaría mucho tiempo y espacio. El desafío, en este caso, es hacerlo en un par de párrafos con nombres que sitúan y algunos datos que explican.

Sus compañeros de los primeros tiempos: Elvino Vardaro, Osvaldo Pugliese, Alfredo Gobbi, Ciriaco Ortiz. Sus arregladores (o arreglistas) que también, en su mayoría, integraron la orquesta: Astor Piazzolla, Argentino Galván, Emilio Balcarce, Osvaldo Berlingieri, Ernesto Baffa, Julián Plaza, Raúl Garello y Eduardo Rovira. Un puñado de sus músicos y cantantes: Orlando Goñi, Jose Basso, Carlos Figari, José Colángelo, “Kicho” Díaz, “Toto” Rodríguez, Hugo Baralis, Fernando Suárez Paz por un lado, Francisco Fiorentino, Alberto Marino, Floreal Ruiz, Edmundo Rivero, Ángel Cárdenas, Roberto Rufino, el “Polaco” Roberto Goyeneche, Elba Berón, Tito Reyes, Nelly Vázquez, por el otro. En los ’50 armó un dúo con Roberto Grela. En 1970 grabó dos dúos de bandoneón, hoy históricos, con Astor Piazzolla: “El Motivo” y “Volver”.

Efectúo 485 registros, se supone que existen otros que no lo fueron, editados en 65 trabajos discográficos. Escribió 43 temas, tangos en su mayoría con un puñado de milongas. Entre “sus” compositores y autores “transitados”, Cátulo Castillo, Enrique Cadícamo, Jose María y Pascual Contursi, Juan de Dios Filiberto, Sebastián Piana, Anselmo Aieta, Francisco García Jiménez, Mariano Mores, Homero y Virgilio Expósito, Francisco Canaro, Discepolín, Juan Carlos Cobián, Horacio Ferrer y un insoslayable, su mejor amigo: el poeta Homero Manzi, cuya muerte lo hundió en una depresión de más de un año. En su memoria creó “Responso”. En el cine participó en 10 películas.

En 2005 el Congreso Nacional declaró (Ley 26.035) el 11 de julio (fecha de su natalicio), como el Día Nacional del Bandoneón.

Un personaje mítico de Buenos Aires, a quien, como pintó un poeta, “un 18 de mayo el bandoneón se le cayó de las manos”.

A un clic de distancia, el “Bandoneón Mayor”, “Pichuco Troilo de Buenos Aires”, el “Gordo”, maneras admirativas y afectuosas de nombrarlo, en un fragmento del teleteatro “Rolando Rivas, taxista” (Década del 60-Canal 13) interpreta en vivo su “Nocturno a mi barrio”, un momento imperdible no sólo por la música y el recitado sino por la cantidad de actores y actrices inolvidables, del elenco, que lo rodean. Publicado en su canal de YouTube por ElCachafaz09.

Se dijo cada semana y nunca fue, ni lo es ahora, una frase hecha: Cuídense, y mucho.

Norberto Tallón