La infancia es el período de mayor posibilidad de desarrollo emocional- intelectual del ser humano. Es el tiempo para brindarle todo el estímulo, seguimiento, apoyo, escucha y fundamentalmente observación a ese/a niño/a en formación.
Aspiramos a la formación integral. Para ello como si fuera una caja de herramientas que ayudan a esta formación, hoy enfocaremos en la importancia de la PRESENCIA de actores cuyos roles son esenciales en ese desarrollo.
¿Qué es la presencia?
Es la capacidad de estar, compartir con este infante. No depende de tiempos cronológicos. Depende de la decisión de asumir ese rol, de involucrarse para transmitirlo. La presencia permite lograr la empatía con ese/a niño/a en pleno crecimiento deseoso de ejemplos de adultos positivos y constructivos para ese camino. Promueve confianza y escucha. Es el ingrediente necesario para nutrirlo/a. Los lenguajes no verbal (un abrazo, una sonrisa, la mirada) y verbal pueden ser detonantes para alcanzar el objetivo propuesto con el niño/a.
Posibilita verlo en todas las dimensiones, en sus fortalezas y debilidades, en los límites que también necesita, de enseñarle a cumplir responsabilidades, de revisarse y evaluarse, en asumirlo/a plenamente a fin de tomar la decisión de guiarlo, sostenerlo: los docentes en sus procesos de aprendizaje de contenidos y de personas. Sus padres en el fundamental camino de preparación de ser humano comprometido y autónomo.
Debería ser asumido así en forma conjunta, complementaria, con un principal objetivo: el niño/a.
En estos tiempos actuales de constante y permanente aceleración y fluidez, la presencia es un valor a reivindicar y sostener.
Seguramente tarea posible, a la vez, ardua e interminable y que junto a otras variables conseguirá que estas personitas (“locos bajitos”) logren alcanzar las metas propuestas…
Continuará…
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Norma Beatriz Martínez. Docente, Directora de Escuela Pública del GCBA.
Locutora Nacional Nº 9254.