¿Quién le pone precio al arte?

La obra “In This Case” de Basquiat se vendió en la ciudad de Nueva York por 93,1 millones de dólares – Por Javier Aringoli, espeial para DiariodeCultura.com.ar.

El artista Jean Michael Basquiat, también conocido como Samo, nació el 22 de diciembre de 1960 en la ciudad de Nueva York y murió el 12 de agosto de 1988, a la edad de 27 años.

Poseía una gran curiosidad por el expresionismo abstracto. Su formación fue prácticamente autodidacta y desde 1980 hasta su muerte realizó una innumerable cantidad de obras. Afirmado por él mismo, su trabajo siempre estuvo más cerca de la pintura que del graffiti. Hoy está considerado dentro del movimiento “Black art matter».

Foto: Basquiat. (Instagram @basquiat_archive)

Basquiat, quien había sido discípulo de Andy Warhol, creó la obra titulada “In this case” en 1983. El precio de esta estaba estipulado en 43 millones de dólares, pero tras una puja exitosa, logró en menos de 10 minutos elevarse a 93,1 millones. Es, ahora, la pintura más cara de toda su colección. La obra fue vendida por la casa de subastas Christie’s en la ciudad de Nueva York.

Hay una gran diferencia entre dos palabras que parecieran significar lo mismo si uno las ve a grosso modo; son valor y precio. Hemos perdido con el tiempo la connotación de cada una y se han mezclado hasta casi igualarse en significado.

¿Por qué hago esta distinción?. Porque en este contexto en el que hemos decidido darle un nuevo valor a la palabra, comenzamos a darnos cuenta de cómo algunas han perdido el verdadero significado con el tiempo, y se han mezclado, tal vez, por ser conveniente dentro de algunos grupos. Esto creo que es lo que ha sucedido con valor y precio.

El precio está sujeto pura y exclusivamente a un fin económico, un número que se le aplica a un determinado objeto. La palabra valor engloba un significado mucho más grande que ella misma. Hablamos de esencia y sustancia, en este caso de un artista, puestas sobre el mismo objeto, pero de una forma más espiritual. Mucho más elevada. Con lo cual, también nos preguntamos: ¿Quién decide que ese valor sea más grande por sobre lo que el artista creó?. O entre una obra y otra.

El sujeto creador arranca de sí mismo un poco de lo humano que es y lo da a su obra para dejarlo luego a la posteridad. Pregunto: ¿dónde queda ese humano?. Despojado de toda emoción creadora se arroja al infinito para no ser más. Sólo es un legado, que será juzgado, manoseado y reinterpretado una y otra vez, pero quizá jamás entendido, porque se ha puesto la mirada en su precio, no en su valor.

El arte ha dejado de ser una manifestación orgánica de la sociedad, para convertirse en un movimiento adecuado a las necesidades de quienes ponen ese precio y valor.

“El viñedo rojo cerca de Arlés” (1888), de Vincent van Gogh

Un ejemplo de esto puede ser “La viña roja” de Vincent Van Gogh (1853-1890), el único cuadro que el artista vendió en vida por sólo 400 francos. Un año después de su muerte, tras la exposición de sus obras en el Salón de los Artistas Independientes, comenzó el interés por sus cuadros, hoy con precios exorbitantes.

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Javier Aringoli: escritor y novelista.

javieraringoli.blogspot.com