Cuando el coronavirus alcanzó el grado de pandemia los superhéroes pensaron que tenían que hacer algo para ayudar al mundo. Después de una larga charla  por whatsapps decidieron que lo mejor sería que se reunieran en un Congreso para que entre todos decidieran como contribuir para vencer al Covid 19.

En esa charla hubo varias discusiones importantes. La Mujer Maravilla, por ejemplo, se quejó por qué era la única mujer del grupo, algo que iba en contra de las leyes de género dictadas en casi todos los países. Le prometieron entonces que cuando decidieran el lugar para reunirse invitarían a alguna heroína local.

Otro tema que provocó grandes disputas fue la sede para el Congreso. Batman propuso Nueva York pero todos tuvieron miedo por ser la ciudad del mundo con más muertos y contagiados. Al final optaron por Argentina, y para ello tuvieron en cuenta tres razones fundamentales para ello: era el país de nacimiento del Che Guevara, tenían la posibilidad de conocer a Maradona y, fundamentalmente, la invitación de Patoruzú para reunirse en el campo y degustar las famosas empanadas de Doña Chacha.

Superman, que viajaría como Clark Kent y sólo se cambiaría en Ezeiza, pidió que no llevaran los celulares ya que el litio de las baterías le afectaba de la misma manera que la kriptonita verde.

El primero en llegar al campo de los Cañones fue Poncho Negro. Lo hizo al galope acompasado de Satán y acompañado por su compañero el Indio Calunga. Un rato después, en el batimóvil llegaron Batman y Robin, que enseguida se prendieron en una partida de truco con Poncho Negro y Calunga.

Después de una larga disputa entre todos los James Bonds, decidieron que viajara Roger Moore porque Sean Connery ya había estado en la Argentina.

Marvel y el Hombre Araña fueron los últimos en llegar junto a Mafalda, invitada especial para complacer los requerimientos de Wonder Woman.

No fueron fáciles las deliberaciones del Congreso ya que cada uno de los superhéroes quería ser el capitán del equipo y porque para ellos el coronavirus era un rival menor que sólo se había expandido por la desidia de los políticos como Bolsonaro o Trump.

Lo que más les gustó fueron los intervalos donde además de las prometidas empanadas de la Chacha, comían excelentes asados preparados por el Coronel Cañones y donde Isidorito quería convencerlos para que le dieran los derechos para hacer una película con todos ellos.

Patoruzú les mostró sus habilidades con las boleadoras y les permitió que montaran a su Pampero y Mafalda sorprendió a todos cuando comentó que Woody Allen era su superhéroe preferido.

Después de tres días de inútiles discusiones donde lo único que creció fue el ego de cada uno de los participantes, se fueron volviendo a sus países convencidos de que lo único que podían hacer era #Quedarse en sus casas.

==============================================================

Guillermo Alonso, Periodista (mayo/2020).