Te cuento un cuento: Bienaventuranza. Consejos de Tía.

Por Hernán Diego Moyano, especial para DiariodeCultura.com.ar.

En algún momento de la tertulia, sin que ingrese en el escándalo, contraiga el rostro compungidamente como si un recuerdo le hubiera clavado una espuela en la cabeza. Emita un sonido tembloroso, inunde el lagrimal, y deje caer los mocos sin exagerar. ¡Sí! escuchó bien, los mocos.

Luego, tape su rostro con ambas manos, tomando precaución que las yemas de los dedos no cubran sus cejas (atención a las uñas que se vean arregladas y que la frente no deje de surcarse por aflicción). Antes de descubrir el rostro, nuevamente, mueva con las palmas de las manos el colorete de sus mejillas. Ahora bien, resople una palabra larga como separándola en sílabas, sin pronunciarla pero sacando el aire a gritos.

Repita la operación y súmele un abanico de color discreto. Levante la mirada empapada, clavando sus soles en un horizonte imaginario. Haga una pequeña reverencia a todos los presentes (sin dirigirla a nadie en particular) tomándose el vestido con ambas manos a la altura de la cintura. Debe lograr una imagen educada a pesar de la supuesta pena que la embarga.

Deje caer el abanico casualmente (tiene que darle un motivo) y aléjese 20 metros dando pequeños saltitos en zigzag, sin soltar un lado de la pollera, en lo que la otra mano sujeta el sombrero para que no se le caiga.

✓ Imagen de Fotografía de Stock

No se detenga por el vuelo de sus cabellos, ¡eso es muy bueno! Suspenda el escape de golpe, y frótese los brazos como si una ola de frio le hubiera llegado solo a usted. Si siguió la trayectoria de los saltitos quedará de perfil, elija el que más le favorezca.

Aún no voltee hacia donde se encuentran los caballeros, cuente hasta cinco y en un esfuerzo de pescuezo esbelto, gire sobre su cintura mirándole solo a él. Clávele la mirada como si fuera un cuchillo de amor y quítesela como si le arrancara el corazón con la misma vaina.

A carta cabal le aseguro «mi niña»… ella tendrá mucho escudo pero ese hombre se casa «es con usted».

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«Algún día tendrás la curiosidad del adulto como para leer un cuento sin que te lo pidan en la escuela» … Hernán Diego Moyano. No solo escribo porque me apasiona, escribo porque tiene que ver con todos los que me leen. En este espacio, Made in Lanús, les propongo compartir más que una columna, más que unas líneas, vamos a compartir la imaginación… más allá de sus formas.

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