Te cuento un cuento: El viajero del tiempo

Por Hernán Diego Moyano, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Este relato fue encontrado en el año 2030. El escrito, un papel escondido dentro de una botella (reciclable), flotaba en el espacio en coordenadas que no aparecen en maps. El mensaje fue interceptado en el extremo sur de «capitalina», una nave nodriza de la colonia «Urano», que debía visitar la tierra en el siglo XXII.

Traducción al Español.

Viajero del tiempo

Queridos colegas antropólogos, científicos y piratas.

Ustedes deben saber que en algún momento de la historia reciente de los terrícolas comenzamos a gestar un movimiento, que le cambió a la humanidad la forma de percibirse a sí misma. Con esta misión, se vieron afectados un conjunto de rasgos que caracterizaban a la civilización humana, desde la construcción psíquica-individual hasta la convicción del ser colectivo.

Las redes sociales, sembradas en el planeta pocos años después de la llegada del primer viajero, generaron, tal cual lo planeado, el esperado efecto «del narcicismo digital», y a posteriori un quiebre de identidad, consolidando el vacío del súper yo, a través de sus perfiles.

Ámbito en el que inicié la segunda etapa del plan, lanzando el in crecendo bot que comenzó a programar «los filtros de imagen para verse cada vez mejor» con la incipiente promesa de llenar el presumido hueco.

Dicho taladro de perfección ha logrado, que el ser humano abandone la ética de su retrato, para crear una ficción, que con el pasar de los meses y de las publicaciones, se ha tomado como auténtica.

El deseo de que la «realidad alterada» supere a la original, impulsó a nuevos canales de exposición, digito nativos o tradicionales digitales, a incorporar la mencionada tecnología de filtros. Tecnología que para entonces, había superado los desafíos que planteaban los rostros y cuerpos en movimiento. «Encaje y retraso» alcanzaron el estándar de imperceptibles, al igual que nuestra conspiración.

Luego de los filtros para videos de transmisión en vivo de alta fidelidad, se sumaron los filtros para espejos de realidad aumentada (sin Qr), seguidos por los filtros en gafas de realidad virtual, expandiéndose a las que aún utilizan en las playas para bloquear el sol, que suelen conseguirse hasta en baratas de al dos por uno. Le siguieron luego, las lentes de contacto, y finalmente la tecnología fue adoptada por cualquier artefacto o material que proyecte imagen, sea provocada o de reflejo. Igual una pantalla de device, que un vidrio, que el aluminio, etc.

Se equiparon sitios y mobiliarios, públicos y privados, tales como teatros, centros comerciales, transportes, muebles, y detalles del hogar. Por último, los sistemas de identificación facial, ocular, táctil, sea que demanden una fotografía, un video, un holograma o una huella.

Al fin y al cabo, hubo un día reciente, donde solo quedaban por fuera una minoría. Prácticamente aquellos pocos que no habitaban el mundo digital y que no utilizaban ningún suplemento para mejorar el enfoque de la visión.

La presión social fue tan grande, que la mayoría de este grupo adoptó gafas de «realidad engañada» sin aumento, neutras u oscuras, para sumarse a las funcionalidades de sus armazones y softwares, y no quedar por fuera de la tan deseada apariencia virtual que todo lo perfecciona.

Del reclamo de las generaciones anteriores, embaucadas en aplicaciones de perfil influyente como las app de citas, al consensuado voto de la población mundial, para así legitimar la nueva realidad, no paso mucho tiempo. El engaño se legalizó.

Así la historia, las pocas personas negadas a dicha obligación legal fueron detectadas por las cookies de la nueva industria, etiquetadas como obsoletas y bloqueadas de toda interacción de cualquier índole.

Lo curioso fue, que esto sucedía al tiempo que la conciencia social se jactaba de nuevas formas de inclusión y tolerancia.

La bandera de la aceptación seguía sumando colores. Más allá del género con el que nacen las personas y de cómo estas se sientan para relacionarse con la sociedad y el prójimo, nadie esta siendo rechazado en la medida que sus perfiles digitales se muestren delgados, sin cicatrices o imperfecciones, los dientes blancos y los ojos perfectos; entiéndase, mientras que se nieguen a ver al prójimo tal como realmente es.

Si mi mensaje ha llegado a las manos correctas, han de comprender que se puede descontinuar la misión «abducción», ya no hacen falta capturas para introducirnos en sus cuerpos o cultivar cuero humano de camuflaje. Las condiciones de éxito están aseguradas, la invasión extraterrestre es inminente e invisible a sus ojos.
Viajero en el tiempo 002. Diciembre 2026.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

«Algún día tendrás la curiosidad del adulto como para leer un cuento sin que te lo pidan en la escuela» … Hernán Diego Moyano. No solo escribo porque me apasiona, escribo porque tiene que ver con todos los que me leen. En este espacio, Made in Lanús, les propongo compartir más que una columna, más que unas líneas, vamos a compartir la imaginación… más allá de sus formas.

[email protected] – Instagram: hernandiegomoyano – +52 55 48 22 02 35