Recorriendo como tantas veces la ciudad de Rio de Janeiro, se me ocurrió preguntar en los lugares que se habla de fútbol, sobre Manuel Francisco dos Santos y para decir verdad, nadie lo conocía por ese nombre.
Empecé diciendo que jugó en la selección brasileña junto a Pelé, fue campeón del mundo en más de una oportunidad, realicé la misma pregunta en tres lugares distintos y a personas de avanzada edad que hablaban mucho de fútbol y pasaban los 60 años.
Allí queda clara la importancia de los sobrenombres en Brasil, donde las personas se conocen más por su apodo que por su nombre de pila.
El mundo del fútbol lo conoció con el nombre de “Mané Garrincha”, nació el 28 de octubre de 1933, en el interior del estado de Río de Janeiro, en el pequeño pueblo de “Pau Grande”, distrito de “Magé”, con el nombre de Manuel Francisco dos Santos.
Su niñez no fue nada fácil como la de tantos otros deportistas; tuvo una familia humilde y compartió necesidades con sus 15 hermanos.
Este fenómeno del fútbol brasileño comenzó a jugar en el “Botafogo de Futebol e Regatas”, club que defendió hasta 1965, donde conquisto varios títulos.
Aquellos que lo vieron transitar un campo de juego dan fe de que era un verdadero fenómeno con sus piernas torcidas y gambetas cortos que lo transformaban en el terror de los zagueros que lo enfrentaban.
Nadie en la historia del fútbol brasileño puede ignorar que “Garrincha” grabó su nombre en la galería de los grandes.
En 1955 fue convocado por la selección brasileña donde fue bicampeón mundial en Suecia 1958 (aquí fue elegido el mejor puntero derecho del mundo), y en el Mundial de Chile de 1962, jugando además en Inglaterra 1966.
- Suecia 1958
Vistiendo la camisa “verdeamarela” del Brasil participó en 60 partidos, obtuvo 52 victorias, 7 empates y una derrota y marcó 16 goles.
Después de jugar en “Botafogo”, donde presentó problemas en sus rodillas, integró el primer equipo de “Corinthians”, “Portuguesa”, “Atlético Junior” de Colombia, “Flamengo”, “Olaria” y en “Millonarios”.
Mucho puede decirse de “Garrincha”, como deportista, hombre que ocupó las páginas de los más destacados suplementos deportivos y programas radiales importantes de aquellos años, pero también coexistió en la noche carioca donde fue uno de los ilustres personajes que frecuentaba los cabarets bebiendo cuanto alcohol le ofrecieran y buscando diversión hasta altas horas de la madrugada.
Por ello, pese a haber sido uno de los laderos más importantes que acompañaron a “Pelé”, muchos periodistas de esa época se preguntaron qué distinta hubiese sido la carrera deportiva de “Mané”, si se hubiese cuidado.
Esos desafueros en contra de su propio rendimiento, también afectaron seriamente su vida privada. Tuvo 4 matrimonios de los cuales nacieron 13 hijos. Su compañera más famosa fue la cantante Elza Soarez (una de las voces más destacadas del cancionero popular brasileño), con quien convivió 15 años.
Luego de retirarse de los campos de juego, el futbolista se tornó un alcohólico empedernido y pasó a agredir física y verbalmente a la cantante. En una oportunidad y pese a tener sus dientes quebrados por la golpiza recibida, Elza Soares no denunció el caso a la justicia.
De esta experiencia de violencia doméstica, muchos años más tarde, surgió la canción “María da Vila Matilde”, donde la cantora afirma: «cê vai se arrepender de levantar a mão pra mim» (Vos te vas a arrepentir de levantarme la mano).
Pese a los errores bien destacados a lo largo de su vida, “Mané Garrincha” recibió diversos homenajes como el poema de Vinicius de Morais, “O Anjo de Pernas Tortas” (el Ángel de Piernas Torcidas), los versos de Drummond de Andrade, o el documental de Joaquim Pedro de Andrade: “Garrincha, Alegría do Povo” (Garrincha, Alegría del Pueblo), y la biografía de Ruy Castro: “Estrela Solitaria”. (Estrella Solitaria).
Cuando era un niño, el pequeño “Mané”, antes de entrenar en el club de su pueblo General Severiano, nunca se había fijado en “Botafogo”, ya que era fanático de “Fluminense”. Fue allí, en el club tricolor, donde probó suerte con sus botines gastados envueltos en papel de diario por primera vez, pero sus piernas torcidas no le dieron crédito a sus evaluadores y ni siquiera pudo mostrarse… no le tuvieron fe.
En “Vasco da Gama”, tampoco gustó su aspecto de canillas flacas y torcidas. No tenía pinta, los técnicos del momento no querían perder tiempo con un joven de aspecto intransigente. Con el tiempo, pudo demostrar que más allá de las apariencias, se puede esconder un gran talento, en este caso para el deporte.
Manuel Francisco dos Santos, “Garrincha”, o simplemente “Mané”, pudo vencer el preconcepto, pero sus largas noches de “farra”, regadas de mucho alcohol, le pasaron factura y falleció en Río de Janeiro, el 20 de enero de 1983, víctima de una cirrosis hepática.
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