Un argentino en Italia: Conociendo Biella

Por Javier Aringoli, desde Italia, especial para Diariodecultura.com.ar

La ciudad de Biella está situada al norte de Italia, a pocos kilómetros de la ciudad de Milano. Con vista a los Alpes Bielleses está dotada de un encanto extraordinario. Estas imponentes montañas son el marco perfecto para aquellos amantes de la naturaleza. Su gran extensa gama de colores verdes y vivaces adornando a sus bosques y colinas hacen de esta una ciudad maravillosa.

El nombre de Biella aparece en la historia por primera vez en el año 826. Ha sido escenario de numerosos eventos, como las invasiones barbáricas, las guerras entre francés y españoles, ocupando los franceses el territorio de Biella entre los años 1700 y 1797. Luego de su liberación continuó siendo, a lo largo de la segunda guerra mundial, el teatro de intensas luchas por la liberación de la ocupación alemana.

Es la historia de una ciudad que ha tenido que tironear con el tiempo y las adversidades para poder encontrar su lugar, lugar de reposo y florecimiento. Es lo que se siente en el aire al caminar por sus calles, al mirar a su gente, al entender sus costumbres. Todo me lleva a pensar en que no somos tan distintos. Estoy yo buscando un lugar en el mundo, acarreando día a día emociones que suben y bajan, intentando aprender, pero sin dejar de lado lo que soy, darle la mano al cambio con gratitud. Siento que un poco la historia de esta ciudad se repite en la mía.

En lo más alto de la colina que formaba a la antigua Biella, encontramos el Piazzo, su centro histórico. A los pies de este podemos visualizar el Parco Del Bellone. Este lugar tiene una historia particular, la cuál me ha significado, en el poco tiempo que estoy aquí, algo peculiar. Era el territorio ocupado por los habitantes del Vernato, en su mayoría campesinos. Tras la peste del 1348, Biella los acogió.

Este comune tenía un dialecto interesante, un dialecto basado, en las sensaciones y emociones. Quizá la causa era por existir entre su gente un mix de palabras provenientes de varios dialectos. No queda nada de aquellos habitantes, pero, he recorrido sus caminos angostos, he visto sus árboles, he sentido el aire fresco de la montaña en mi rostro. Me he sentado al costado del camino y he podido reflexionar en todo lo que me trajo hasta aquí. Dejé de lado esa parte racional, que en un punto me había limitado en el pasado, y comencé a basar mi lenguaje en esas sensaciones que me trae la vida. En esas emociones que me conectan con todo lo que existe a mi alrededor. Tal como lo hacían los habitantes del Vernato.

El Parco Del Bellone se ha transformado para mí en el escenario perfecto para contemplar la vida, pero la vida que vale de verdad. Buscando de todas las lenguas posibles, forjar solo una, la de la comprensión, la de la integración con nuestra historia y la de todos. Cuanto podemos encontrar de cobijo en un lugar, aunque ese no sea el que nos vio crecer, y solo sea uno de paso.

Algunos dicen que lo que somos no solo esta limitado por lo que hemos aprendido, por nuestros gustos o costumbres, sino que también el ambiente juega una parte fundamental en el desarrollo de nuestras vidas. El clima, la suavidad de la tierra, la humedad en el ambiente. Lo que nuestros ojos ven y nuestras manos pueden tocar, generan en el cuerpo una sensación de bienestar absoluto. Esto es lo que podés encontrar en Biella, y principalmente para mí, en el Parco Del Bellone. Un lugar para conectar con lo que eres, un lugar para entender lo minúsculos que somos en esta gran tierra. Un lugar sencillo como lo que todos deberíamos ser, un lugar que llena el alma y no solamente la vista. Dicen que los mejores lugares en los que hemos estado los

describimos con el cuerpo. Recreamos esas primeras sensaciones que nos han generado al verlos. La naturaleza para mí tiene esa magia y el Parco Del Bellone la encarna a la perfección.

Si en algún momento vienes a Italia, o vives quizá en este país, y te encuentras cerca de Milano o Torino, te invito a que descubras las maravillas y la sencillez de la ciudad de Biella. Quizá nos encontremos caminando por los senderos del Parco Del Bellone, contemplando lo que la naturaleza nos ha dado siempre. Refugio y contemplación.

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JAVIER ENRIQUE ARINGOLI: Escritor- Profesor de Yoga- Coach ontológico y mindfulness. Actualmente reside en la ciudad de Biella, Piemonte, Italia.

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