La naturaleza en la provincia de Misiones posee una amplia variedad de paisajes que invitan al turista a deleitarse. Para ello, la Selva Iraypú es una muestra cabal de la importancia, no solo para la preservación de especies de flora y fauna, sino que se torna también en un destino perfecto para recorrer y vivir una jornada diferente disfrutando de un paisaje dotado de hermosura y rodeado de sitios exóticos.
La reserva Iryapú nos ofrece además de la rica flora y fauna autóctona, la cultura guaraní. Dentro de las 600 hectáreas conviven las cuatro comunidades guaraníes entre una frondosa cantidad de árboles centenarios y flores aromáticas como la cañafístola (es un árbol natural de América Central y en zonas costeras de las Antillas, que se utiliza para el tratamiento de enfermedades del pecho y como bebida con propiedades nutritivas), de flores amarillas, del palo rosa y las violáceas del ambay, esta última es una de las preferidas de las aves, entre ellas, tucanes, caciques, aguiluchos, etc.
Dentro de este espacio selvático, hay instalados varios hoteles que ofrecen en su entorno paseos dentro de la floresta y en total convivencia con los residentes originarios, quienes ofertan sus artesanías a los visitantes. Los alojamientos tienen como paseos alternativos cabalgatas dentro de la variada forestación, atravesando una laguna de donde se extrae el barro ñau, muy utilizado en alfarería por los artesanos de las comunidades.
La muy rica cultura guaraní posee la impronta de preservar bien sus raíces a través del tiempo, un legado que sus ancestros transmitieron y dejaron entre otras habilidades la confección de cestos de mimbre y la práctica del tallado de animales que habitan esta región, los que ofrecen a los viajeros de manera insistente.
El ecoturismo es una de las tantas alternativas buscadas por turistas extranjeros; senderismo, trekking, navegación o paseos en bicicleta, los hace permanecer en contacto con la naturaleza en un ambiente único.
La excursión que adentra en la selva a los visitantes por un sendero tranquilo, calmo, en plena comunión del hombre con el ambiente, es la experiencia “Guatambú”, y para tomar contacto directo con miembros de las comunidades, es la travesía “Cachi”, que lleva ese nombre por un helecho de hojas grandes que crece en los pantanos de la región. En las reservas proliferan tacuaras que son utilizadas en la fabricación de instrumentos.
Por si todo esto fuese poco, en una aventura diferente en un espacio tan particular, los pasajeros pueden también sumarse a distintas celebraciones de la cultura guaraní.
Esta visita tiene un atractivo diferente a lo que ofrece en el marco de un paseo inolvidable en la tierra de las Cataratas del Iguazú; la de conocer cómo viven los pueblos originarios en la tierra colorada con su particular modo de ganarse la vida.
También puede apreciarse –en el centro de la ciudad-, a jóvenes madres cargar sus retoños acompañados de otros menores de muy corta edad, recorrer las calles -generalmente en horario nocturno en cercanías de los bares y restaurantes- ofreciendo sus artesanías.
Los guaraníes son para muchos, un pueblo olvidado que mantiene el orgullo de vivir preservando el origen de la raza; para otros, son simples ciudadanos que eligieron esa manera sencilla de subsistir en contacto con la naturaleza.
Recordemos que los guaraníes fueron uno de los primeros pueblos contactados tras la llegada de los europeos a Sudamérica hace más de 500 años.
La Selva Iraypú, es un espacio donde se aprecia la biodiversidad en su mayor plenitud.
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Alberto Antonio Curia es Periodista y Consultor Turístico