Dentro del Parque Nacional Iguazú existe una variedad importante de flora y fauna, entre la que se destacan como las aves más características, los vencejos de cascada – ya destacados en otra entrega en Diario de Cultura-, especie que atraviesa volando los imponentes saltos de agua de las cataratas para descansar, posarse y anidar sobre las paredes rocosas, consideradas un verdadero símbolo del Parque Nacional Iguazú.
En los senderos, al recorrer las pasarelas, se observa una variedad de mariposas de colores distintos. Donde se forman pequeños charcos de agua, se las ve en cantidades asombrosas.
Demás está decir de la permanente compañía de los coatíes que, en busca de alimentos, persiguen a los turistas los que distraídos por el bello paisaje suelen ser víctimas de arrebatos en bolsas que contienen galletitas o algo comestible. También, dentro del recorrido es frecuente avistar la presencia del Tucán Grande, una de las cinco especies existentes.
Cuando el sol abraza como lo hace en esta región en horario del mediodía, los senderos suelen estar visitados por lagartijas del género Tropidurus -tamaño grande-, no solo en el camino sino también trepando árboles y piedras.
El Parque Nacional es un refugio natural para una importante cantidad de animales amenazados de extinción. Entre ellas, osos hormigueros, tapires, yaguaretés, ocelotes, pavas del monte, águilas selváticas y yacarés overos, entre otras.
La flora que crece a orillas del Rio Iguazú necesita mucha humedad y el territorio es apropiado para ello. Aquí se encuentran especies que van desde es ceibo hasta el laurel blanco, sin dejar de lado el Cupay, Ingá y muchas más.
Dentro de estos nombres, algunos pocos conocidos de variedades arbóreas, se destaca el bosque de Cupay, compuesto de hojas salientes que cuando brotan tienen un color cobrizo.
Entre las piedras del río, crece una gramínea llamada Paspalum lilloi, un pastizal que solamente se halla en esta región.
Dentro de su flora arbórea, el Parque Nacional Iguazú cobija algo más de noventa especies, como el lapacho negro que antes de que broten sus hojas se cubre totalmente de flores rosas. Se encuentra también el lapacho amarillo y el ibirá pytá de flores amarillas. Dentro de tanta diversidad existe una especie selvática de Ceibo que da una flor rojo-anaranjada.
![Ipê-amarelo [Handroanthus albus] - a photo on Flickriver](https://live.staticflickr.com/5624/20980847544_8b59257248_b.jpg)
En las cerca de 68 mil hectáreas que posee este pulmón verde selvático, se desenvuelve una comunidad especial; se trata de la selva de palmito y palo rosa. Este último suele sobrepasar los 40 metros de altura con un tronco que puede llegar a los dos metros de diámetro.
Resguardados bajo su sombra junto a otros árboles, crecen los palmitos, delgadas palmeras cuyo tronco es un deleite muy preciado dentro de la gastronomía. Hay que mencionar que al ser extraído el comestible se origina la muerte de la planta.
El Parque Nacional Iguazú fue creado el 9 de octubre de 1934 con el objetivo de conservar el entorno y la biodiversidad de las Cataratas del Iguazú, las que en 2011 resultaron elegidas como una de las “Siete Maravillas Naturales del Mundo”
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Alberto Antonio Curia es Periodista y Consultor Turístico
Alberto Antonio Curia es Periodista y Consultor Turístico