En el siglo IV le donaron a esa iglesia un pequeño frasquito que habría contenido algunas gotas de sangre de Saint Maurice. Fue en ese entonces que la iglesia fue rebautizada Notre Dame de Saint Maurice y conservó ese nombre hasta el siglo XII. En esa época se trataba de un minúsculo edificio de 18 por 6 metros y que fue pasto de las llamas en el año 1001.
En ese tiempo, Angers, capital del condado de Anjou, tenía una cierta importancia y estaba compuesta por alrededor de 8 iglesias en el interior de sus muros. Los condes de Anjou, que en ese entonces gozaban de suficiente dinero e influencia, hicieron construir una nueva catedral, mucho más grande de la que había sido destruida. Esta se incendió en 1032. Sin embargo, pueden admirarse todavía algunas ruinas modestas del lado del arzobispado.
Fue bajo la influencia de los príncipes «angevinos» del siglo XII, que Angers tuvo un momento de gran esplendor. Henri II fue el iniciador del elegante edificio que conjugaba los artes románicas y góticas y es posible observar y admirar, hasta el día de hoy. La nave central, la más larga de las catedrales francesas, con sus 16,38 metros, está ornada de arcos en ogivas convexas. Otro aspecto muy destacado de esta catedral es su fachada dotada de un portal único, cuyos batientes son del siglo XVII. En el siglo XIII el obispo Guillaume de Beaumont hizo construir el coro y la cruzada en el más puro estilo de la época. Cuando murió, en 1240, fue enterrado en el medio coro que venia de ser terminado. Nueve años más tarde, el constructor de la catedral, el maestro mayor de obras, Etienne d’Azé, fue igualmente enterrado en ese mismo coro central.
Posteriormente, sólo fueron aportadas mínimas modificaciones a Saint Maurice. En el siglo XV se le agregaron dos capillas. En el siglo XVI se restauró una parte de la fachada a la cual se le agregaron unas monumentales estatuas barrocas, entre ellas, la de Saint Murice. Las dos agujas, de 70 y 74 metros de altura, que se elevan sobre las torres romanas, son del siglo XIX. Alargan de manera casi exagerada una fachada ya bastante alta. Una tercera torre, en el más puro estilo renacimiento se eleva entre esas dos torres y fue Jean de l’Espine que la agregó en 1535.
Una gran escalera nos lleva a la majestuosa fachada y, luego de haber franqueado el magnífico pórtico esculpido de un tímpano, en el cual rige el Cristo majestuoso rodeado de símbolos de los evangelistas, podemos penetrar en ese único monumento del arte románico y gótico.
De entrada, el visitante se ve obnubilado por las tres grandes bóvedas arqueadas de la nave, principales características del estilo gótico «angevino» (de Angers) o conocido igualmente como Plantagenêt. Fueron construidas en 1149, bajo las ordenes de Henri II Plantagenêt, rey de Inglaterra y conde de Anjou. Las claves de arco están a más de 3 métros encima de los arcos laterales.
Aparte de la sacristía y del claustro, la catedral Saint Maurice posee dos capillas que podrían ser denominadas adyacentes: la de Sainte Anne, a la izquierda de la nave, que contiene los tesoros de la catedral y la capilla Notre-Dame-de-la Pitié, a la derecha. Esta capilla tiene una particularidad bastante rara de poseer dos naves y fue ampliada con el correr de los años. Sirvió de iglesia parroquial durante varios siglos.
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#Jorge Forbes es un periodista argentino que, desde 1982 es corresponsal en París para diferentes medios, tanto en la Argentina (Radio Continental), como de Estados Unidos (Voice of América), México (Radio Noticias) y Uruguay (Radio Sarandi).
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