Vamos al encuentro de 5 de las más importantes familias que velan por los viñedos de Saint Emilión, considerados los más prestigiosos del mundo.
En las raíces de Saint Emilion
Gracias a la sabiduría y al tacto, algunas de las más bellas propiedades perduran desde hace siglos. Son el alma y los garantes de un histórico patrimonio vitivinícola.
Los propietarios de uno o varios de los viñedos de entre los 18 primeros grandes vinos, estos «clanes», por así llamarlos, velan por esos dominios excepcionales, todos situados muy cerca de la ciudad medieval que reina sobre un promontorio rocoso.
En cada década, a imagen y semejanza de los caballeros protegidos por sus yelmos, las propiedades se median para que sus escudos quedasen lo más alto posible y que sus nombres perdurasen por los siglos de los siglos… amén.
Para mantener el dominio de la pequeña demanda de su viñedo, Joséphine Duffau-Lagarrosse se asoció con una joven treintañera, Prisca Courtin, nieta del fundador de los cosméticos Clarins.
A mediados de septiembre en la víspera de la vendimia en Saint-Emilion, a media tarde se aprecia radiante el viñedo. Al alcance de la mano en la terraza del caserón, Château Beauséjour, primer gran «cru» propiedad de la familia Duffau-Lagarrosse desde 1847, una ronda de viñedos orientados sur-sur-oeste que se declina suavemente en la ladera rocosa, alrededor del château de piedras blancas. Se impone majestuoso su parque de cipreses y encinas verdes, todos centenarios.
¡El panorama es asombroso, los racimos negros y jugosos,»Mmmmh!, nada más que algunos días» pronostica Joséphine Duffau-Lagarrosse, representante de la 9na. generación familiar y nueva copropietaria de esta hacienda excepcional, además de Prisca Courtin-Clarins, nieta de Jacques Courtin-Clarins, fundador en 1954 de la empresa francesa de cosméticos y encargado de las inversiones de Familia C, el holding familiar.
Un Cabernet o un Merlot ?
Una cascada de cabellos de color trigo, caen sobre su sweater inmaculado. Joséphine recorre los viñedos en todo sentido, se arrodilla a sus pies como para una celebración, toma una uva y luego otra. Todo bajo la atenta mirada de su nueva co-gerente.
La misma juventud luminosa. El mismo capricho comunicativo, el mismo destello de orgullo en los ojos, pero todo lo moderan los ojos azules de Joséphine Duffau-Lagarrosse con sus conocimientos que son impecables en materia vitivinícola. «Esto es un cabernet o un merlot ? Cómo se puede saber si están maduros», pregunta Prisca Courtin.
Un rato antes, en el misterioso decorado, sombrío y sublime de la cantera gredosa en donde maduran los vinos (primeros caldos de gran clase B), las risas de esas dos chicas resuenan contra las bóvedas de la bodega de los vinos.
Una bromea con la otra. «Queda un poco de merlot en mi copa, no deberias enjuagarla antes de probar el próximo ensamblaje ?, se inquieta la morena. «Volcalo en la barrica», bromea la rubia.
La historia de un «putsch»
Su complicidad salta a la vista, las dos treintañeras no son para nada misteriosas. «Nos entendimos enseguida», afirma Prisca Courtin. «Tenemos puntos en común, la misma edad, las mismas ganas de transmitir una herencia, y orgullosas de decirlo, de trabajar para una empresa, 100 por ciento familiar, que simboliza el arte de vivir a la francesa».
- Prisca Courtin
Un buen entendimiento con el cual se afianza la proeza, de un «putsch» se divierte Joséphine que, en tiempo récord, obtuvieron las 6,7 hectáreas de la propiedad familiar Duffau.
Una «pepita en donde, con toda modestia, la exposición, los suelos…, todo es bueno»,
clama Joséphine Duffau-Lagarosse. «El único château que todavia lleva el nombre de sus propietarios, un terruño raro, que todo el mundo queria», afirma con orgullo Prisca Courtin.
- Josephine Duffau-Lagarrosse
Un breve recuento de los hechos. En junio 2020, Château Beauséjour (llamado también Beauséjour HDL herederos Duffau-Lagarrosse para diferenciarlo de su vecino Château Beauséjour, asi de corto) fue puesto en venta por la familia. El 25 de noviembre, los Cuvelier, propietarios, entre otros, de Clos Fourtet, justo al lado, se anunciaban como compradores.
Una venta, casi realizada para decepción de Joséphine pero, el 10 de febrero 2021 la venta es confiada a la Safer (Sociedad de Fomento de Crédito Hipotecario y Acondicionamiento Rural) que publica el anuncio en el diario oficial.
Esto generó un derecho procesal que abrió la puerta a otros potenciales compradores, con la condición de que se posicionasen en 15 días. El 1 de marzo otras dos carpetas de adquisición aparecieron. Uno por la cuarentenal y directora general de Château Angélus, Stéphanie de Rouard-Rivoal, que lo quería para si. El otro, por Joséphine Duffau-Lagarrosse junto a Prisca Courtin-Clarins, representando el holding de inversión familiar del grupo cosmético. La unió un contacto en común. «Mi familia quería vender, y yo no quería. Yo buscaba una socia. Todo se hizo muy rápido, teníamos una estrategia común y perfiles complementarios. El aspecto técnico soy yo. La visión a largo plazo es Prisca».
Para la familia Courtin-Clarins, «la adquisición de un viñedo se evocaba en la estructura del holding como una diversificación. Esperábamos un bello proyecto para este lugar. Reuní a toda la familia. Cuando llegamos acá caímos ante el hechizo del lugar. Todo es una belleza; el paisaje, esta casa. Joséphine nos habló de lo que quería hacer. Lo que nos motivó, fue ella, su personalidad, sus convicciones, su voluntad de llevar esta joya muy arriba».
Cuando los «cru» (vinos de muy alta gama) cambian de mano, se hace con total discreción. Pero esta vez, fue llevado a la plaza pública. No solo por del precio pedido por la propiedad más pequeña de la apelación -70 millones por 6,7 hectáreas- un monto que desafiaba los anales del AOC (Apelación de Origen Controlado). Se primó el futuro de un terruño, posesionado por 9 generaciones.
Sinergia entre los cosméticos y el vino
La propiedad, como ocurre muchas veces en materia de vinos finos bordoleses (de Bordeaux), se quita el girón de la familia para unirse a un grupo en causa de una estimación estratosférica de bienes raices?. Se preguntan, la joven heredera podrá conservar su terruño?. El suspenso es total.
En sus 31 años, Joséphine es la benjamina. Ingeniera agrónoma y enóloga muy competente, su perfil de joven agricultora tiene todo lo necesario para gustar a los examinadores de la Safer. Pero si bien conoce la propiedad familiar de A a Z, no hizo allí sus armas. «Mi padre era co-gerente, y yo tenía ganas de ver otra cosa. Me formé con la familia Cruse, y luego fui contratada por Bernard Magrez».
En cuanto a Prisca Courtin-Clarins, «si le gusta el buen vino» y se inscribió en un «esquema familiar» al comprar las uvas tempranas para el nacimiento de sus hijos, como antes su padre con ella, y su abuelo antes que él; cuenta sobre todo por «la sinergia entre los cosméticos y el vino» para hacer la diferencia.
«Tenemos el mismo amor por la naturaleza; los productos Clarins son 208 ingredientes vegetales diferentes y la precisión de las formulaciones remite a la minucia del ensamblaje en el vino».
Un combate por la biodiversidad
De una semana a la otra los rebotes continuaron. «La presión era enorme, el tiempo muy ajustado, y nos acercamos mucho más. Hablábamos por teléfono todas las noches», recuerda Joséphine. El 7 de abril la «cuchilla» de la Safer cayó y dio su veredicto designando la alianza Courtin-Duffau-Lagarrosse como laureada de esta cesión, por un monto de 75 millones de euros. «Lloramos mucho esa noche», recuerda Joséphine. Las dos mujeres estaban sobre una nube.
Impulsadas por la voluntad de una agricultora «reflexiva» según los términos de Joséphine y las «preocupaciones ecosocietales muy fuertes» de Clarins, afirma Prisca, estaban decididas a poner en práctica el combate por la biodiversidad que anima a su generación, y sobre todo fomentar las plantaciones más benévolas con el consumo de agua.
Hacer que las colmenas y los murciélagos regresen a los campos.
Rehabilitar alguna fuente de agua para poder limpiar las cubas.
Para apoyarlas, se sumaron un inédito dúo de enólogos consejeros, de la misma edad que ellas: el muy talentoso Axel Marchal y Julien Viaud (Rolland & Asociados).
- Axel Marchal
Desde abril 2021, Joséphine no tuvo tiempo que perder. Entregar la nueva carpeta para la nueva clasificación del Saint Emilion 2022 y, además, las intemperies, la helada, las velas en las viñas, el mildiou (enfermedad de las viñas), no pararon nunca.
Y llegaron las primeras vendimias comunes.
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*Jorge Forbes es un periodista argentino que reside en Francia y que desde 1982 fue corresponsal en París para diferentes medios, tanto en la Argentina (Radio Continental), como de Estados Unidos (Voice of América), México (Radio Noticias) y Uruguay (Radio Sarandí).
Actualmente colabora con Diario de Cultura y con Arte y Colección y propone visitas en la capital francesa (privadas o en grupo, no más de 4 personas) por lugares donde vivieron argentinos famosos y conocidos, así como sitios poco conocidos para turistas, incluso aguerridos en la materia. Se recomienda hacer el pedido por email a [email protected] o al teléfono celular en Francia: 00 336 0683 7915.
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