Oficialmente está situado en la comuna de Saint-Prix, en el límite de otras tres: Montlignon, Bouffémont y Domont, pero físicamente se encuentra sobre una protuberancia de Montlignon que hoy en día es una curiosidad arquitectónica que posee las huellas de las múltiples modificaciones realizadas a lo largo de su historia.
El château de la Chasse está inscripto en los monumentos históricos desde el 19 de agosto de 1933. Su estratégica posición lo destinó a ser el sitio de caza por excelencia de varios reyes de Francia. Su cuestionada apariencia se le debe al nieto del Gran Conde, duque de Enghien, el cual tuvo la idea de recubrir las torres con ladrillos. Eso le valió su encanto arquitectónico, único en esa época.
En la Edad Media la comuna de Montlignon era solo un poblado de campesinos que dependían de Saint-Prix. Luego de la Revolución francesa los dos pueblos fueron erigidos en comunas independientes, y los límites territoriales definidos. El estudio del cadastro muestra que, en esa época fue creada una protuberancia para incluir una parte del château de la Chasse en la comuna de Saint-Prix en detrimento de Montlignon.
La dirección postal del château está en Montlignon, 179 rue de Paris, ya que esta comuna posee varias habitaciones e industria en las proximidades.
Los orígenes
Con sus dos torres blancas, podría pensarse que es parte de un cuento de Andersen. Eginhard, historiador de Carlomagno, menciona una pequeña fortaleza en esa región de la foresta de Montmorency, con el nombre de Castellum de Chassia, que describe como una fortaleza inexpugnable.
Aparentemente, el edificio actual fue construido a comienzos del siglo XIII por quien más tarde sería el conde estable Mathieu II de Montmorency llamado el Grande y se denominaría Chasse Mornay.
Sus características fueron inspiradas por los medios cercanos al rey de ese periodo y la primera mención concreta del château remonta a 1207, suponiendo que en ese entonces estaría terminado.
La vida de château
Entre los personajes importantes que han permanecido en las instalaciones de la Chasse figuran varios reyes: Louis X el Pendencioso, Philippe VI de Valois, Jean Le Bon, Charles V, Louis XI, François I°, Henri II, Louis Bonaparte, la reina Hortense, el Zar Alexandre1° de Rusia, el emperador François II de Austria, al igual que la duquesa de Berry.
El château sirvió también de guarnición durante la Guerra de los Cien Años. El museo de Chantilly posee recibos de pago fechados en 1418, entregados a soldados por haber montado guardia en el château de la Chasse.
En el diario de Charles VII puede leerse con fecha que cerca de 300 soldados ingleses lograron adueñarse del château de la Chasse y que lo utilizaron como base para sus operaciones de pillaje.
Años mas tarde, François I° estuvo cazando en la foresta de Montmorency y su castillo, el château d’Ecouen, fue construido a partir de 1538, mucho más grande y más lujoso y Chasse cayó en el olvido.
Puede encontrarse una descripción en un documento de 1692 en los archivos del château de Chantilly: «Fortaleza château bien antiguo con un foso sobre el cual hay un puente levadizo para entrar al château y su patio interior cerrado con altas murallas delante de un estanque de 6 ‘arpendes’ (medida agraria francesa entre 42 y 51 áreas) detrás de otro estanque de 3 arpendes». El nieto del Grand Conde había decidido demoler el château en 1728; las torres truncadas de manera sesgada fueron recubiertas con tejas, lo que desde ese momento le dio un encanto arquitectónico sin par.
Al comienzo de la Revolución el château pasó a ser un depósito de armas. Con estos antecedentes una comisión de 20 ciudadanos armados hizo una operación en busca de armas y solo encontraron «cuatro fusiles, una pistola y un viejo cuchillo de caza».
Bajo Napoleón 1°, el château fue comprado por el príncipe Louis Bonaparte; la reina Hortense, duquesa de Saint-Leu, hizo del château su paseo favorito, acompañada de su hijo el futuro Napoleón III.
Espacio encantador, con sus árboles más que centenarios y con sus pintorescos estanques, era un lugar frecuentado por todos los burgüeses del siglo XIX; Jean-Jacques Rousseau iba porque era vecino de Montmorency y Víctor Hugo escribió durante sus estadías en Montlignon. Las grandes damas hablaron de amor, de filosofía y hasta de política…
A comienzos del siglo XX el Château de la Chasse no fue mas que una simple granja en estado lastimoso, dejado al abandono, sin ningún mantenimiento, los campos en estado salvaje. Fue comprado por el Estado en 1971, restaurado en 1979 y pertenece ahora a la Oficina Nacional de las Forestas (ONF).
Situación actual
El château de la Chasse jamás figuró entre los châteaux oficiales de la familia de Montmorency, ya que siempre tuvo una vocación puramente residencial como albergue de caza. Es un edificio de tamaño muy pequeño, cinco a seis veces más chico que los châteaux mas prestigiosos del siglo XIII. Puede hablarse de especie de miniaturización del concepto de los grandes châteaux reales de la época; aporta una yuxtaposición inhabitual de elementos defensivos, como el caso de los arqueros y de las características de edificios residenciales, o las ventanas que se abrían hacia el exterior. Los dos estanques artificiales que rodean el château y su marco forestal, hacen del castillo una de las moradas señoriales más románticas de l’Île-de-France.
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*Jorge Forbes es un periodista argentino que reside en Francia y que desde 1982 es corresponsal en París para diferentes medios, tanto en la Argentina (Radio Continental), como de Estados Unidos (Voice of América), México (Radio Noticias) y Uruguay (Radio Sarandí).
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