Propietarios, desde 1892, del primer gran cru (caldo) catalogado. La familia Manoncourt apunta a lo alto de la clasificación 2022, gracias a la calidad de sus vinos, como así también, de su nueva y espectacular bodega.
Es mandatorio realizar un vínculo. Propietario del château Figeac en 1586, Raymond Decazes, fue reconocido con sus cartas de nobleza, luego de haber reconstruido la morada, destruida en las guerras de religión.
Hay que apostar por la familia Manoncourt, ya que la espectacular bodega inaugurada en la primavera de 2021, en el flanco del histórico del edificio, será una pieza maestra que le valdrá integrar la categoría A, de los primeros grandes cru (caldos) de Saint Emilion, en la próxima elección del fin de 2022. El grial para los vinos de la alzada.
Proeza arquitectónica de 5.000 métros cuadrados y nueva herramienta del trabajo vitivinícola de alta precisión para el cultivo interparcelario. El edificio forma, claramente, parte de la «estrategia de reconquista del château Figeac», admite Blandine de Brier Manoncourt, la actual dueña de la propiedad familiar con su hermana, Hortense Idoine Manoncourt, y su madre, Marie-France Manoncourt.
- Marie-France Manoncourt
Primer caldo de gran categoría histórico de Saint Emilion. Figeac no pudo alcanzar la famosa A, en 2012. La afrenta fue cruel para el néctar de la ribera derecha. «Figeac es un auto de carrera y no hay razón para dejarlo ronronear. A lo mejor hicimos opciones que no eran las buenas a fuerza de no ceder a las modas…», concede Blandine de Brier.
- Blandine de Brier Manoncourt
Pero para los Manoncourt, descendientes de corsarios, nada es difícil de obtener. «Proyectos, proyectos y más proyectos es lo que me hace vivir», clama Marie-France Manoncourt, vestida de amarillo como el sol tan necesario para las viñas. La ofensa de 2012 vale repartida a la altura de la afrenta, y la respuesta no se hizo esperar.
Maravilla de alta tecnología vitivinícola, la nueva bodega y las tinas, son el testimonio que anima al equipo familiar, restructurado en 2013, alrededor de Frédéric Faye, director general, y Jean-Valmy Nicolás, gerente adjunto.
Visible a medias, el edificio, firmado por los bordeleses Caroline Marly y Guy-Yves Troprés, es sencillamente increíble. Con sus techos de tejas escalonadas y arrimados del ala derecha de la fachada del siglo XVIII, parece haber estado siempre allí.
El más grande de los Saint Emilion con sus 54 hectáreas, enteras sin separación, está alrededor del château y de su centenario parque. Un santuario de biodiversidad preservado con tanto o más cuidado que las viñas, por parte de una familia que reivindica su doble ascendencia, paterna y materna, teñida «de audacia y de un grano de fantasía».
Una herencia que permite «mirar las cosas de manera diferente, de salir de los caminos frecuentados y no contentarse del camino que nos pueden proponer», se persuade Blandine de Brier.
MITOLOGIA FAMILIAR
Del lado paterno, son incontables los aventureros y los ingenieros. En primer lugar, el invencible corsario Francis Drake (1540-1596). «Primer marino en haber terminado la vuelta al mundo en 1580, un siglo después que Magallanes perdió la vida en el intento. Drake fue nombrado caballero por la reina Elizabeth 1era. de Inglaterra en 1581, y vencedor, en 1588, de la invencible armada española», se enorgullece su descendiente.
- Francis Drake
CON LOS ANCESTROS CADA UNO TIENE SUS AFINIDADES
Personaje bien presente en la «mitología familiar», la memoria de sir Francis está representada en el salón familiar de Figeac por la intermediación de su cuarta sobrina nieta Elizabeth Drake (1834-1911) . «No somos para nada, de ponernos antes que otros», comenta Blandine de Brier.
Aunque su rostro muestra un gesto enfurruñado, Elisabeth Drake fue el antepasado de Blandine de Brier. Las dos mujeres tienen un parecido físico innegable. Pero Elisabeth Drake no fue la única descendiente de corsarios. Es, también, la esposa del ingeniero belga Henri Chèvremont (1822-1889). Este hombre concibió, entre otras cosas, el ferrocarril Moscú-San Petersburgo, y la plaza Europa, de París. El matrimonio Chèvremont tuvo una hija, (Henriette 1861-1942), la cual se casó con André Villepigue (1851-1926).
- Henri Chevremont
Fue el brazo derecho del prefecto del Sena, estuvo en la iniciativa de la primera línea del Metro parisiense (Pont de Neully-Vincennes); André Villepigue adquirió el château Figeac en 1892, con la dote de su esposa y los consejos de su compañero de estudios secundarios Albert Macquin, el cual trabajo en los métodos de injerto, para luchar contra la filoxera.
- La filoxera (Daktulosphaira vitifoliae) es un insecto, parásito de la vid.
Henriette y André Villepigue tuvieron una hija, Adda, que fue la esposa de Antoine de Manoncourt, descendiente del naturalista francés Charles-Nicola-Segisbert Sonnini de Manoncourt (1751-1812). Cuando Adda Villepigue-Manoncourt heredó el château Figeac en 1943, solicitó el consejo de su hijo, Thierry. Había que conservar o separarse del dominio?. El joven ingeniero agrónomo de 26 años, aspirante oficial Thierry Manoncourt, acababa de ser liberado de un campo de prisioneros en Alemania. Y no dudó. Figeac sería su tierra y se consagraría a ella durante 5 décadas. Muerto en 2010, se ocupó toda su vida para el reconocimiento de Figeac y del bordelés.
Desde 1949, un gran precursor, hizo la elección para Figeac de una viticultura respetuosa. Trabajó el suelo de manera suave, y plantando césped. También modifica la repoblación de la viña a través de una combinación inédita sobre la AOC (apelación de origen controlado): 70% de cabernet sauvigon y cabernet franco, contra solo 30% de merlot, cepage rey de Saint Emilion. Creó un segundo vino, amplió el viñedo y elevó su vino a las primeras clasificaciones desde 1955, entre los primeros grandes caldos (crus) catalogados. Inició la construcción de una bodega de cemento, medio enterrada, revolucionaria para los 70.
Con Thierry Manoncourt se abrió la era de los viajes comerciales alrededor del mundo. Importantes giras promocionales en las que su esposa, Marie-France Manoncourt, nacida Duboys de Labarre participó, activamente. Y no es por nada. Como podría olvidar que su futuro marido la sedujo con un château Figeac 1947, servido en una copa durante un picnic improvisado de postguerra?. Flechazo.
«Del lado de mi madre, la sensibilidad estuvo volcada hacia el arte. Puede ser que venga de allí esa capacidad de seguir maravillándose»?, se pregunta su hija Blandine.
Magnífica obra en miniatura conservada en el Louvre, Hélène Glavany, antepasada materna de Marie-France Manoncourt, fue representada por el pintor viajero suizo Jean-Etienne Liotard (1702-1789), tocando el laúd, sentada en almohadones y vestida a la manera oriental.
Hija del cónsul de Crimea en la Constantinopla de 1723 a 1734 está en el inicio de la historia «Estambuliana» de la familia interrumpida por la llegada al poder de Ataturk. «Mi abuela y mi madre huyeron a París con un único equipaje, varias piedras preciosas cosidas en los dobleces de sus vestidos», cuenta Blandine de Brier, la cual, aunque parezca extraño y que sus antepasados ya no vivan desde hace mucho tiempo, se siente como en su casa en Estambul. «Es la ventaja con los ancestros en donde cada cual los elige según las afinidades».
En 1930, la joven Simone Glavany se casó con Guy Duboys de Labarre, que venía de una vieja linea noble de Perigord, «entre los cuales estaban un capitoul; un mariscal esclarecido y un alumno del pintor romántico Delacroix»; (la capitulación de Toulouse fue la forma de administración comunal que dirigió la ciudad en períodos medievales y modernos, desde 1147 a 1789.
Fue así que los lineamientos de hidalgos gentilhombres «perigordinos» aparecieron unidos por sus genes y para la eternidad a un ingeniero belga y a un corsario inglés. En las tierras de Figeac, 14 nietos que forman el relevo alrededor de 48 toneles troncocónicos (en forma de cono troncular) muy futuristas y de dos inmensas bodegas en donde están las barricas o toneles. Cavadas en el subsuelo una de ellas, enduída con cal de un azul magnético que se funde con el color del océano.
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*Jorge Forbes es un periodista argentino que reside en Francia y que desde 1982 fue corresponsal en París para diferentes medios, tanto de la Argentina (Radio Continental), como de Estados Unidos (Voice of América), México (Radio Noticias) y Uruguay (Radio Sarandí).
Actualmente colabora con Diario de Cultura y con Arte y Colección y propone visitas a la capital francesa (privadas o en grupo, no más de 4 personas) por lugares donde vivieron argentinos famosos y conocidos, así como sitios poco conocidos para los turistas, incluso aguerridos en la materia. Se recomienda hacer el pedido por email a [email protected] o al teléfono celular en Francia: 00 336 0683 7915.
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