Un argentino en París: Descartes

Un genio poco cartesiano. Por Jorge Forbes, desde Francia, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Una biografía reciente de Descartes demuestra que el auténtico Descartes, filósofo, soldado y hombre de ciencia, en realidad no era completamente francés, ni verdaderamente… cartesiano.

A pesar de haber vivido en el Gran Siglo, René Descartes, ese ser contradictorio y angustiado, tuvo algo de un romántico. «Ese caballero francés que comenzó con un buen paso…» Charles Péguy, que lo dibujaba de esa manera, contribuyó a que los franceses vieran en el filósofo Descartes (1596-1680) una de las encarnaciones más puras de su genio nacional.

Pensamientos de Charles Peguy – La Ventana Ciudadana

  • Charles Péguy

Su pensamiento estuvo fundado sobre el famoso «método». Las ideas claras y diferentes, el buen sentido, la medida y la razón. Nos paseamos por su obra como por un jardín «a la francesa», tan clásicamente ordenado que por todas partes brilla su espíritu «cartesiano», rebelde, con entusiasmo y con ilusiones.

No es tal vez uno de los méritos menores de la notable biografía que le consagra Françoise Hildesheimer, historiadora especialista del siglo XVII que de atacar a alguien sistemáticamente esa idea recibida: «Mal que le pese a los franceses, el Descartes histórico, no es ni francés, ni cartesiano, en el sentido en el que están acostumbrados a celebrarlo».

Francoise Hildesheimer - livres et romans de l'auteur aux Editions Flammarion

  • Françoise Hildesheimer

Sin embargo, todo habría comenzado entre Touraine y Poitou, en donde nació, de una madre que desapareció muy rápido y un padre poco presente. En esos tiempos confusos, entre Reforma y Contra-Reforma, el joven alumno de los jesuitas, en el colegio de La Fleche, permaneció fiel a su bautismo y a la religión de su nodriza, protestante de su fidelidad católica.

Y no le faltarían las oportunidades debido a lo esencial de su existencia. Esta tendencia se desarrollaría fuera del reino, en las Provincias Unidas (los Países Bajos) y Suecia, ambos Estados adherentes a las ideas de los reformadores.

Fue con el uniforme de soldado que, «René le Poitevin» -como lo llamaba su amigo holandés el científico Isaac Beeckman- quizo descubrir el mundo. Holanda, Dinamarca, Alemania e Italia formaron parte de sus peregrinaciones: «No hago otra cosa que rodar de aquí para allá en el mundo tratando de ser espectador antes que actor de todas las comedias que se juegan…», escribiría en su «Discurso del método»(1637).

Isaac Beeckman (1588 - 1637) - Genealogy

  • Isaak Beeckman

Se instaló, en 1628, en las Provincias Unidas y se movería de un lado a otro, siempre discreto, incluso secreto, para no despertar sospechas de espionaje, que no tuvieron fundamento. «Larvatus prodeo» (avanzó enmascarado) es una de sus divisas sobre todo en una época de alteraciones, sobre todo científicas, en donde la prudencia se imponía: Copérnico (1473-1543), Kepler (1571-1630) y Galileo (1564-1642) sacudieron los congresos de la cosmología sobre el cual reposaba un mundo que dentro de un tiempo seria juzgado como antiguo.

Solitario, Descartes, estudiaba la óptica, sueña y medita, duerme mucho, mantuvo una breve relación con una sirvienta, Hélène Jans, con la cual tendría una hija, Francine, que moriría a los 5 años de edad. Continuó con la redacción de su obra «Meditaciones metafísicas» (1641), los «Principios de filosofía» (1644) y finalmente «Las Pasiones del alma», que publicó un año antes de su muerte, en Estocolmo, en donde había aceptado una invitación de la reina Christine de Suecia.

Descartes propuso hace 400 años el problema resuelto ahora por los premios Nobel de Medicina

  • Libro «De Homine», René Descartes, 1677

René Descartes: Biografía, Pensamiento y Obras

Es así que el itinerario de este francés mostraba el poco tiempo que pasó en su país natal.

Es el padre del individualismo

Mas todavía, el parangón del racionalismo a la intuición de su «sistema» en el transcurso de tres sueños que tuvo en la noche del 10 al 11 de noviembre de 1619- deduciría allí la posibilidad de utilizar los principios matemáticos universales sobre los cuales reposa todo conocimiento.

Por añadidura, esta «iluminación visionaria» se inscribe en un contexto en el que los cartesianos, estimaba Françoise Hildesheimer, no querían oír hablar de temas ocultistas y esotéricos, en tanto que la escolástica aristotélica estaba moribunda y el materialismo mecanicismo recién se iniciaba.

«El nuevo diseño científico nació en un terreno elaborado por las experiencias de los alquimistas y las especulaciones místicas». Ahora bien, Descartes, parecía haberse interesado en esto al igual que en las teorías de los hermanos de la sociedad iniciática de los Rose-Croix. Tan paradójico como eso pueda parecer, la primera revolución filosófica moderna, nació de los sueños y de la confrontación con el hermetismo.

Después de haber puesto en duda los conocimientos que parecían ser los mejores guardados y haber sido recusado el conjunto de la tradición filosófica de la cual Aristóteles y santo Tomas de Aquino fueron los pilares, en los países católicos, Descartes, llegaría a la certitud de su existencia gracias al pensamiento. Tal es el sentido del célebre «cogito ergo sum» – “Pienso, luego existo”, la cual resume su proceso intelectual y filosófico que afirma que la única forma de encontrar la verdad es mediante la razón.

Pienso, luego existo”: qué quiso decir Descartes con su famosa frase - Infobae

Fue tan firme y tan segura fue su verdad, que todas las extravagantes suposiciones de los escépticos no fueron capaces de quebrarlo, «juzgaba que podía recibir sin escrúpulo, por el primer principio de la filosofía que yo buscaba» escribió en su Discurso del método. Desde ahora, el tema o el individuo – y nunca más el mundo exterior- serían el centro de la elaboración del saber.

Las consecuencias serían, en cuanto a esta, inmensas, ya que el individualismo democrático, por ejemplo, fue el resultado de esa revolución.

Un francés que vivió y murió lejos de su casa, católico en territorio reformado, racionalista tentado por la teosofía, aspirante a la tranquilidad, pero moviéndose sin cesar de un lado a otro, René Descartes, fue un ser contradictorio y angustiado.

René Descartes: Método y Derecho – www.Entrevisttas.com

En cierta medida este gran clásico no anticipó las tormentas y las tempestades románticas que, dos siglos mas tarde, invadirían a Europa.

____________________________________________________________________________________________________________________________

*Jorge Forbes es un periodista argentino que reside en Francia y que desde 1982 fue corresponsal en París para diferentes medios, tanto de la Argentina (Radio Continental), como de Estados Unidos (Voice of América), México (Radio Noticias) y Uruguay (Radio Sarandí).

Actualmente colabora con Diario de Cultura y con Arte y Colección y propone visitas a la capital francesa (privadas o en grupo, no más de 4 personas) por lugares donde vivieron argentinos famosos y conocidos, así como sitios poco conocidos para los turistas, incluso aguerridos en la materia. Se recomienda hacer el pedido por email a [email protected] o al teléfono celular en Francia: 00 336 0683 7915.

También puede visitarse su página web: www.jorgeforbes.com.ar