Un argentino en París: La flota de Basiliscus humillada

Por Jorge Forbes, desde Francia, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Al frente de una expedición destinada a derrotar a Genseric, rey de los Vándalos, el general romano Basiliscus prepara ese día del año 468, una ofensiva naval sin par, pero nada pasa como lo había previsto.

Apostado en la proa de su navío, el almirante el general Basiliscus contempla el horizonte, espejos de su gloria. Ese año 468 esta aureoleado de muchos sucesos militares contra los búlgaros, godos y hunos.

Desde hace varios meses espera realizar la proeza que le permitirá suceder a su cuñado al frente del Imperio romano de Oriente. Designado para ponerse al frente de una expedición crucial contra Cartago (hoy en Túnez) capital del reino de los Vándalos, podrá por fin dar toda la medida de su talento. Para ello, reunió una de las mas importantes flotas de la historia marítima.

10.000 naves con alrededor de 80.000 hombres según las cifras de ciertos historiadores. Esta batalla naval tiene una puesta crucial para el Imperio romano de Occidente, amenazado de desaparición ya que no controla más que la Provenza, la península italiana y Sicilia.

No se trata solo castigar al rey de los Vándalos, Genséric, por haber saqueado Roma, en el 455 y secuestrado a la emperatriz Licinia Eudoxia y sus hijas. La expedición tiene también por objeto reconquistar la provincia más rica del África, una tierra de trigo en manos de los Vándalos desde el 439.

Guerra vándala - Wikipedia, la enciclopedia libre

EL GENERAL ACUERDA UNA TREGUA A CAMBIO DE ORO

La nave insignia de Basiliscus echa el ancla a lo largo del cabo Bon, a 40 millas del puerto de Cartago. El general camina por la cubierta respirando el aire marítimo. Su lugarteniente, Joannes, viene a su encuentro: «General, acabo de recibir un mensaje de Marcelinus», le cuenta. Basiliscus presta atención, un poco inquieto de los progresos de ese general que ataca al enemigo común en otro frente.

«Las cosas se presentan muy bien. Marcelinus recuperó Cerdeña y, luego del logrado desembarco de nuestras fuerzas (de Heraclius) en las costas libias, la situación progresa mas allá de vuestras esperanzas». Basiliscus se felicita, en silencio, del triunfo de sus aliados que a lo mejor le evitarán librar batalla.

Pero en momentos en que escruta el horizonte se perfila la silueta de una nave vándala. Unos minutos más tarde, un embajador de Genseric sube a bordo rodeado de soldados. Frente a Basiliscus declara solemnemente: «General, la victoria de vuestras fuerzas armadas hizo comprender a nuestro rey que vuestra superioridad era total. Desea someterse sin combatir».

Una larga sonrisa se nota en la cara de Basiliscus. El embajador continua: «Nuestro rey pide que le acuerde algunos días para preparar a nuestros allegados a afrontar esta humillante negociación de paz». Antes de que haya una protesta de Basiliscus, levanta un mantel que cubre una canasta en la que centellean piezas de oro.

«Las condiciones no deberían ser desfavorables, estimado general», agrega el embajador. Esa tentativa de corrupción perturba a Basiliscus. Piensa en su busca de poder, en ese botín cartaginés al cual deberá renunciar sin librar combate. «Excepcionalmente consiento en dejarle un poco de tiempo, pero no más de 5 dias», termina por ceder Basiliscus.

HISTORIA PARA NO DORMIR: 460-468 : Vandalos ; Invasion fallida.

El embajador hace una profunda reverencia antes de quitar el navío. Durante esos días de respiro, el rey Genséric aprovecha para reagrupar sus naves y preparar un ataque sorpresa a la flota romana. En la noche del cuarto al quinto día, cuando los vientos favorables se levantan, los Vándalos llenan muchas de sus naves con material combustible y las proyectan contra la flota romana.

Una vez incendiados los barcos romanos son atacados. La pérdida de esa batalla pone fin a las posibilidades de supervivencia del Imperio romano de Occidente. La situación es desesperada y Basiliscus decide emprender la retirada. En momentos que da a sus oficiales la orden de replegarse, el general ve a uno de sus lugartenientes en la cubierta de un barco enemigo; un remordimiento le oprime el pecho.

Joannes lucha a brazo partido contra los Vándalos, golpea a derecha e izquierda mata a muchos soldados. Viendo un nuevo barco lleno de hombres armados a punto de abordar el suyo, el general le grita: «Joannes, ven con nosotros!». «Jamas me rendiré a Genso, el hijo de Genséric!» aulla su lugarteniente. «Jamas caeré entre las garras de estos perros impios de Vandalos», agrega. Y se arroja al agua lastrado con su pesada armadura y se ahoga.

La mitad de la flota romana es quemada, hundida o capturada en tanto que el resto sigue a Basiliscus en su huida. La derrota en el cabo Bon pone fin a las ultimas chances de supervivencia del Imperio romano de Occidente. Sin acceso posible a los recursos de la antigua provincia romana de África, el imperio no puede poner en pie una armada suficientemente poderosa para derrotar a sus numerosos enemigos.

De regreso a Constantinopla, Basiliscus se refugia en la iglesia Sainte-Sophie para así poder escapar a la cólera del pueblo y a la venganza del emperador León Primero, su cuñado, a quien informaron de la deshonrosa conducta de Basiliscus.

El general debe su vida a la intervencióon de su hermana Vérine, la cual obtiene el perdón de su soberano marido. Sin embargo, es condenado al exilio en Thrace. A pesar de esa derrota memorable, Basiliscus no renuncia a su sueño: ser el emperador romano de Oriente. A fuerza de intrigas y aprovechando de una confusa situación al frente del imperio, llega a subir, durante apenas 20 meses en el trono de Constantinopla.

Pero su mala gestión y su incuria política le costaron una creciente impopularidad. Incluso su hermana Vérine, que lo había apoyado, lo abandono. Fue finalmente echado por su gran rival, Zenón y enviado con su mujer y su hijo a una fortaleza alejada de Cappadoce (hoy en Turquía) donde murió encerrado en una cisterna desaguada y mantenida desecada.

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Jorge Forbes es un periodista argentino que reside en Francia y que desde 1982 fue corresponsal en París para diferentes medios, tanto de la Argentina (Radio Continental), como de Estados Unidos (Voice of América), México (Radio Noticias) y Uruguay (Radio Sarandí).

Actualmente colabora con Diario de Cultura y con Arte y Colección y propone visitas a la capital francesa (privadas o en grupo, no más de 4 personas) por lugares donde vivieron argentinos famosos y conocidos, así como sitios poco conocidos para los turistas, incluso aguerridos en la materia. Se recomienda hacer el pedido por email a [email protected] o al teléfono celular en Francia: 00 336 0683 7915.

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