Desde el rio Loire hasta los actuales boulevares Béranger y Heurteloup, que bordean los antiguos muros fortificados, está la actual ciudad de Tours.
En el siglo III, la ciudad que contaba con 6.000 habitantes, desapareció de modo violento, probablemente por una oleada bárbara, cataclismo entonces frecuente.
Se ha conservado un montículo, como testimonio, bajo la forma de plaza fuerte, en el espacio que ocupan la actual catedral y el castillo viejo. Son aun visibles muchos restos del recinto galo-romano, del que es característico el aparejo pequeño.
La región de Turena fue cristianizada muy temprano y los santos obispos, que se sucedieron en Tours, participaron en el desarrollo y la administración de la ciudad y de toda la provincia.
Al oeste del castillo viejo, alrededor de las dos basílicas, construidas sucesivamente en el siglo V, sobre la tumba de Saint Martin (patrono de la ciudad), se desarrolló un burgo y luego una ciudad de peregrinaje, que se convirtió luego en la ciudad mercantil.
Protegida al principio por un recinto de estacas, cuenta hacia fines del siglo X con su muralla de piedra y con profundos fosos, todavía hoy llenos de agua: es el château nuevo.
Entre estos dos polos, entre los jardines, los viñedos y las casas de campo, fueron construyéndose monasterios alrededor de estos barrios, que terminaron formando una tercera ciudad, eso si, menos poblada.
La Guerra de los Cien Años, favoreció la unificación de las tres aglomeraciones en un único recinto fortificado, construido entre 1354 y 1368. La primera municipalidad se formo en 1356. La ciudad cuenta entonces con unas 15 parroquias a las que se agregan los florecientes conventos.
Esta guerra hizo de la región de Turena el corazón del maltrecho reino, y de Tours, su capital y ciudad real, de donde partió la reconquista. Tours, despliega entonces, alrededor de la corte, una población de artesanos, comerciantes, financistas y funcionarios.
La ciudad entera fue reconstruida, los grandes personajes edificaron en Tours sus viviendas y, en los feudos adquiridos en la provincia, châteaux dignos de estos.
Numerosos son los artistas reunidos en Tours, entre los cuales se destaca uno de los grandes pintores de su época: Nicolás Fouquet, cabeza de una importante escuela y nacido en Tours alrededor de 1420.