Un piano y, también, una voz…

Marina Ruiz Matta – Por Norberto Tallón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Marina es pianista, compositira y cantante. Estudió piano con los maestros Nora Sarmoria (géneros populares e improvisación), Abel Rogantini (jazz), Hernán Possetti (tango), Pablo Fraguela (folklore) e Inés Sabatini (reeducación técnica clásica) entre 1990 y 2010.

Pianista estable de la Orquesta escuela Emilio Balcarce, dirigida por Victor Lavallén.

De manera forma autodidacta incursionó en la composición, tiene decenas de obras registradas, todas de género popular, con fuerte impronta del Jazz y del folklore latinoamericano.  Egresada del Profesorado de piano, orientación Tango, de la Escuela de arte Leopoldo Marechal y del curso de posgrado con especialización en Rítmica Dalcroze en la UNA (Universidad Nacional de las Artes). Fue premiada con subsidios y beca entre 2017 y 2019, dos veces por el INAMU y una por el Fondo Nacional de la Artes.

Realizó giras por Europa, Canadá y Brasil.  Es docente en la UNA, la Escuela de Música Popular de Avellaneda, Conservatorios Julián Aguirre y Juan Manuel de Falla y el Centro de Investigación Cinematográfica (CIC). Su discografía se inicia en 2013 con “Demasiada agua” con  Leandro Ragusa. En  2017 lanzó “Azul final”, en formación de trío junto a Leandro Savelón (batería) y Gerardo De Mónaco (contrabajo). Ambos fueron muy bien recibidos por la crítica musical. Ahora es el turno de “Vida y muerte de una flor”, recién editado y publicado en Formato Web y disponible en las plataformas musicales.

La virtualidad permitió charlar un rato con ella…

  1. NT) Estudio con importantes músicos, pianista estable de la Orquesta Escuela Emilio Balcarce. Contame del antes y el después… Las intuiciones o motivos que te llevaron a la música, y después de la orquesta a la composición, en distintos géneros…

Marina Ruiz Matta) Mi llegada a la música tiene que ver con mis papás, sin duda. Empecé a pensar que podía tocar el piano cuando intentaba molestarlos en un ensayo. Terminé olvidando el propósito inicial y sacando las canciones que ensayaban con genuino placer. Respecto a la composición, cuando entré a la orquesta escuela ya tenía dos de mis discos grabados. Son caminos diferentes, el tango y la composición. Ambos caminos amados, claro.

NT) El piano parece ser central en tu historia, pero… ¿Cuándo y por qué se “entrometió” en ella?

MRM) Otra vez la infancia.  Cantar es lo primero que hice. Desde muy chiquita cantaba con mi papá y nunca dejé de hacerlo. El hecho que aparezca poco es porque hago, y escucho, también, más música instrumental y nunca me formé como cantante. Soy una pianista que a veces se acompaña con la voz.

NT) Actuaste en Alemania y Holanda, en Canadá, Brasil, tanto en Río como San Pablo… ¿Qué dejaron presentaciones y en qué lugar sentiste que estabas dando lo mejor?

MRM)  Bueno, cada viaje tuvo sus conciertos inolvidables, a su vez de los que uno prefiere no acordarse. Cuando uno arma un concierto presenta lo mejor que puede hacer en ese momento. Después miramos para atrás, con 7 ó 10 años encima de estudio y escenarios, tenemos una mirada más crítica. La verdad es que importa lo que uno percibe en ese momento y no después.

NT) La docencia te “enganchó” y en prestigiosas instituciones. ¿Cuándo estás con los alumnos prevalece brindar la excelencia técnica y/o también puntos específicos de la experiencia?

MRM) Ninguna de las dos. Afortunadamente doy unas materias muy hermosas, en donde puedo poner el foco en el desarrollo creativo, en la composición, la escucha musical. Odiaría tener que corregir digitaciones y revisar escalas.

NT) “Vida y muerte de una flor”, tercer trabajo para el disco… ¿Me contás de él y el por qué, más allá de costos, etc. para editar, la decisión por la web y plataformas para su lanzarlo y difundir?

MRM) Es un disco doble. La primera mitad presentada en cuarteto con Ramiro Gallo en violín, Belén Echeveste en chelo y Martín Wainer en contrabajo. Más “pluma”, más contrapunto, más del lenguaje camarístico que se oye en algunos temas del primer disco. La otra mitad a piano solo y en general expresa mi costado más jazzero. Decidí no editarlo en formato físico antes de la pandemia. Es muy caro y hace tiempo que la gente escucha más música a través de las redes. Podemos decirle chau al pasado y ver qué nos ofrece la era digital.

Después de un Clic… El video con la “presentación” del EPK, rostros, instrumentos, créditos, entremezclados, en una síntesis del backstage de la grabación…

Norberto Tallón

@betotallon