Una argentina por el mundo, hoy en su país: Catamarca parte III

Por Verónica Vasallo, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Y sí, Catamarca no cabe en una sola crónica. Vamos ya por la tercera vez y quizás nos quedemos cortos para poder contar todo lo que aún no les he compartido de mi experiencia primera e inolvidable en esta provincia. (Si te perdiste las partes anteriores podés leerlas en estos links: la primera en https://bit.ly/3hgpjMF y la segunda en https://bit.ly/3tXIMXC).

Salimos por la ruta nacional 38 rumbo sur con destino a Fiambalá. Es un viaje de unas 5 horas, pero como pensábamos ir haciendo paradas, partimos bien temprano. En Chumbicha, compramos productos regionales en los puestos que están en el cruce de rutas y empalmamos la RN 60 que entra y sale de Catamarca atravesando la bella Quebrada de la Cébila en la frontera provincial entre ella y La Rioja.

Nuestro objetivo era recorrer la Ruta del Adobe, declarada Patrimonio Histórico Cultural de la Provincia. Un tramo de la RN60 salpicado por construcciones que datan del 1700, erigidas con ese material mezcla de pasto, barro y estiércol que han resistido en pie las amplitudes térmicas, los temblores y el paso del tiempo. Lo sorprendente de esta ruta es que vas viendo a la vera muchísimas casas de adobe que aún siguen habitadas, y muchas otras abandonadas a su suerte y medio derrumbadas.

Ruta Del Adobe | Catamarca Viva

La primera visita marcada en la Ruta está en Copacabana: allí se encuentra la Vieja estación del FFCC Belgrano. Uno mira sus paredes anchas, sus ladrillos de barro enormes y viaja en el tiempo. Hay un pequeño centro de visitantes y están trabajando en su restauración. Muy cerca en La Puntilla apareció como un regalo esperado el Complejo turístico La Sala. Era ya hora de almorzar y en la puerta de esta casona histórica un cartel que decía “Hoy locro” no nos dejó ninguna duda. Estábamos solos y nos atendieron como reyes. La cocina exquisita, el ambiente perfecto, el personal más que gentil se prestaba a la charla relajadamente contándonos la historia y costumbres de los lugareños. Además de posada y restaurante, hay un almacén de artesanías y regionales. Tuvimos un momento encantador, pero había que seguir camino.

Todo iba de maravillas hasta que, a la entrada de Tinogasta, un puesto policial nos detiene y nos pide un test de Covid negativo que no teníamos porque desde la dirección de turismo nos habían informado que lo debíamos hacer en Fiambalá donde habíamos reservado el alojamiento. (Sin reserva de hotel no autorizaban la entrada. Era marzo 2021). Esta desconexión en las normativas fue una de las mayores quejas de los viajeros para esa época en la que las autoridades de los diferentes departamentos de la provincia no se ponían de acuerdo con los requisitos.

Fue un momento incómodo. Nos decían que no podíamos continuar a pesar de nuestra promesa de no bajar del auto. Finalmente, la situación se resolvió: nos custodió una moto con un agente de tránsito hasta las afueras de la ciudad para asegurarse que no ingresáramos al casco urbano. Seguimos ruta y nos quedamos con el sabor amargo de no haber podido entrar para ver el hotel que funciona en una casona familiar de adobe de fines del siglo XIX.

ORATORIO DE LOS ORQUERA | Casa de Catamarca

De todos modos, nos olvidamos pronto de lo sucedido. La Ruta del Adobe que teníamos por delante nos esperaba con más construcciones que en algunos casos nos sorprendían gratamente por su buena conservación. En la localidad de El Puesto se levanta el Oratorio de los Horquera, una pequeña capilla familiar del año 1747; en Anillaco, el Mayorazgo que data de 1714, y la capilla Nuestra Señora del Rosario con su altar de adobe Monumento Histórico Provincial. Allí, en esa ciudad de igual nombre que la riojana famosa por ser el lugar de nacimiento de Menem, hay un centro cultural donde los emprendedores de la zona comercializan sus producciones. Nos atendió Marcia, una lugareña tan simpática y atenta que le encantaba conversar sobre su tierra, y de paso, nos vendía todo. Un personaje de esos que uno va a evocar siempre. Y por último, en La Falda la Iglesia de Andacollo. Aquí nos costó muchísimo encontrarla por la falta señalización. Lo logramos gracias a Google Maps y a nuestra insistencia en buscarla.

Siguiendo y ya casi en Fiambalá, la Ruta del Adobe suma la Iglesia de San Pedro, la comandancia de Armas y la bodega Don Diego que es moderna pero construida en adobe. Finalizado el recorrido, entramos a la ciudad no sin antes habernos hisopado en la ambulancia dispuesta en el ingreso que en 15 minutos nos dio el resultado negativo exigido para continuar con el paseo. Hay buena oferta de alojamiento. Nosotros nos alojamos en el hotel boutique Casona del Pino, un establecimiento de 1830 reciclado y decorado con elementos de época. Habitaciones cómodas, atención buena, estacionamiento. Normal, lo más destacado era el edificio. Hay muy mala conexión de internet en el hotel y en la ciudad en general. Para tener buena señal hay que acercarse al router en el living de la casona que cierra sus puertas a las 22, o hay un puesto de wifi libre en la plaza principal que lleva el nombre de Fray mamerto Esquiú.

La ciudad es muy sencilla, invita a la caminata para ver sus viñedos apenas a metros de la iglesia en pleno centro, con gallinas que pasean tranquilamente por las veredas. En cuanto a gastronomía hay comedores muy sencillos sobre la ruta y otros con mejor reputación cercanos al centro. Frente a la plaza, en la dirección de turismo adquirimos las entradas para las Termas que funcionaban con aforo por la pandemia en dos turnos diarios, de 8 a 13 y de 15 a 20. A cenar en el comedor Tupac (mala experiencia) y a descansar para recargar energías.

Fiambalá, turismo todo el año | Catamarca Viva

Comienza un nuevo día y nos despertamos con todos los sonidos del campo imaginables que irrumpían en nuestra ventana en medio del silencio total. Rico desayuno en coqueta vajilla, y con una vianda y mucha agua partimos a la excursión del día: Dunas del Tatón y Duna Mágica.

Tomamos rumbo norte por la Ruta Nacional 34 hasta Sajuil. Son unos 40 kilómetros desde Fiambalá. Llegamos luego a Medanitos y comenzamos a transitar un camino de ripio que parecía interminable y que nos planteó el desafío de atravesar un río ancho, con poco caudal, muy poco profundo, pero con un fondo de arena que no era garantía de firmeza para un vehículo de tracción común…bastante adrenalina, pero salimos airosos.

Dejamos atrás un pequeño poblado y frente a nosotros desapareció todo vestigio de vida. El paisaje que nos rodea ahora es verdaderamente un desierto, un mar de arena y piedras que se pierde en el horizonte. A lo lejos se adivinan las dunas que a 2000 metros sobre el nivel del mar se jactan de ser las más altas de América y hacen el placer de los fanáticos del sandboard y las travesías de aventura. Recomiendan ir al atardecer para ver el reflejo del sol en la arena, pero durante la mañana se disfruta mucho también. Al mediodía se complica con el calor.

Dunas de Tatón - Wikipedia, la enciclopedia libre

De regreso vamos en busca de la Duna Mágica. Una vez más, las señales no están o son poco visibles y encontrarla supuso empeño y tiempo que se podría aprovechar mejor. Pero por instinto y perseverancia, trepando, buscando, nos topamos con una imagen que nos costaba asumir: una enorme pared de arena de cien metros de altura y una pendiente de más o menos 45 grados que se levantaba uniendo las laderas de dos montañas. Otra sorpresa más de Catamarca.

Vamos volviendo con muchas expectativas para disfrutar las hermosas termas de Fiambalá que quedan a 14 kilómetros de la ciudad. Para llegar nos desviamos de la RN 60 por un camino de ripio. Antes de llegar al amplio estacionamiento hay un puesto en el que se pueden alquilar batas y toallones. Dentro del complejo hay enfermería, restaurante, alojamiento y sanitarios con cambiadores y duchas.

El complejo se luce en medio de las montañas con sus 14 piletones tallados en la roca por las que el agua cae debido a la pendiente. Las temperaturas van desde los 70 a los 35 grados. Más arriba y cerca de la vertiente son mucho más calientes. Se recomiendan para tratar problemas en los huesos, la piel y el stress por ser como sedativas y oxigenantes. Al principio uno salta de una a otra caminando por los senderos que las rodean hasta que hace base en alguna y se deja llevar por el más profundo relax admirando el entorno.

Polémica por suba de tarifas en las Termas de Fiambalá - El Ancasti

El tiempo pasa muy rápido. Después de esta sesión termal, sólo queremos un buen descanso. Cena liviana y a dormir.

Al día siguiente nos esperaba un largo recorrido otra vez por la RN 60 hacia el paso San Francisco fronterizo con Chile para observar los varios conos de volcanes que se elevan a más de seis mil metros de altura dándole el nombre de “Seismiles” a ese tramo de este recorrido turístico en la Cordillera de los Andes. El camino está totalmente asfaltado. Se pueden contratar excursiones en 4×4 que hacen off road y llegan a las laderas de las montañas. La altura se siente, pero no nos causa inconvenientes. Hay refugios de montaña cada 25 o 30 km para casos de emergencias.

Hay zonas como la de la Quebrada de las Angosturas donde la ruta es muy sinuosa y exige baja velocidad. De paso, se aprecia con más detalle el paisaje de montañas y sus colores plenos. Luego de transitar unos 100 km, encontramos la Hostería de Cortaderas a una altura de 3.000 metros. Hay restaurante y su plato estrella es el pastel de carne: exquisito.

Increíbles postales de la Quebrada de Las Angosturas - Catamarca Actual

En el km 179 y a los 4000 metros de altura se llega al puesto de la Gendarmería en Las Grutas donde se controlan los documentos del auto y de los ocupantes. Acá es donde se hace migraciones si siguen viaje a Chile. Elegimos este punto para retomar el camino y pegar la vuelta.

Apreciamos el cordón montañoso, los picos de los volcanes con nieves eternas, la fauna, la flora, el cielo diáfano, el silencio, la charla y la compañía. Todo armó un conjunto tan bello, tan inmenso, ¡tan perfecto!

Olvide mencionar antes, pero sucede muy a menudo, más en esta ruta tan solitaria que uno debe ir atento en el manejo porque hay mucha fauna silvestre que atraviesa el camino. A tener cuidado con eso. Y como sugerencia más que importante, no olviden salir con el tanque de combustible lleno desde Fiambalá porque no hay estaciones sobre la ruta ni en el paso San Francisco.

Geografía de Catamarca: Ciudad de Belén

Bueno, estimados amigos, si les digo que todavía queda un capítulo más de Catamarca, ¿me creen? Pues sí, es cierto. Aún falta visitar la ciudad de Belén con sus “arañitas hilanderas”, Londres, las Ruinas del Shinkal y más.

Nos reencontramos pronto para seguir dando vueltas por esta provincia que es un tesoro por descubrir. Catamarca y yo, los esperamos. Hasta pronto!.

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Verónica Vasallo es Locutora, Periodista y Licenciada en Turismo.

Instagram: @Verovasallo