Voces de Fukushima en Tokio 2020, más allá del desastre

La fuerza de los coros juveniles en un lugar que quiere recuperarse de la destrucción – Por Alan Gazzano, desde Japón, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Los Juegos Olímpicos de Tokio comenzaron entre escándalos, reclamos y medidas preventivas ante esta pandemia interminable. Sin embargo, algunos vivieron la ceremonia inaugural como una oportunidad única para hacerse escuchar, aunque de eso hayan trascendido muy pocos detalles. Me refiero a los ocho estudiantes del liceo de Koriyama, en Fukushima, que cantaron vestidos de uniforme escolar mientras se izaban las banderas. Y no es casual que hayan sido seleccionados, porque las escuelas de esa zona, a poco más de 200 km al noreste de la capital, tienen una extraordinaria actividad coral desde mucho antes del trágico terremoto, tsunami y desastre nuclear de 2011.

Destacados por su calidad y cantidad, sus coros escolares forman talentos hace más de medio siglo y están entre los más premiados en los certámenes juveniles organizados cada año en este país, que en Fukushima siguen con orgullo por radio y televisión. Pero, ¿qué hace de esa región el “reino de los coros”, como la llaman algunos japoneses, aunque en el extranjero sea sinónimo de catástrofe? Llevo meses en contacto con maestros de escuelas de Fukushima buscando respuestas, escuchando sus presentaciones y conociendo el entorno que han creado y preservado a pesar de los daños, los evacuados, la angustia.

Visitar la región, conversar con sus coreutas y observar su actividad, en perfeccionamiento constante a través de ensayos y jornadas de estudio, sirve para constatar el enorme esfuerzo que han puesto durante décadas en la educación musical y, sobre todo, vocal. Además, revela que comparten algo que no se da en todas partes: una “cultura coral” en la que tantos adolescentes desean participar, hacer música, superarse, crecer.

Por eso, más que referirse a las controversias de estos Juegos realizados en pandemia, en Fukushima prefieren subrayar los logros de sus estudiantes y las dificultades que enfrentan hoy, con restricciones para ensayar bajo estado de emergencia. La profesora Uesawa, de la Asociación Coral Japonesa, me confirma, además, que están orgullosos de sus conjuntos vocales y quieren darlos a conocer al mundo. Algunos coros de escuelas locales han visitado otros países, pero sus actividades se han mantenido principalmente dentro de Japón. De hecho, les causa sorpresa recibir preguntas de este argentino decidido a investigar el tema, que dejará ya de ser para los extranjeros un fenómeno oculto.

Reconstruir la imagen del noreste que algunos japoneses señalan como “olvidado” es uno de los objetivos actuales del gobierno nacional, junto a una colosal limpieza nuclear todavía en curso en la zona más afectada. En ese sentido, superar la catástrofe —que no es la única que ha afectado al país— y transmitir ese espíritu al mundo y a las generaciones futuras sería uno de los conceptos que, de manera oficial, guían la organización de Tokio 2020. Con el foco puesto en la parte más visible de esa nueva imagen, ningún medio de prensa parece advertir la trascendencia que tienen para el pueblo de Fukushima sus coros estudiantiles, que han sostenido a muchos chicos durante estos años de reconstrucción. Aun así, cuando se apague la llama olímpica y se calle el rumor de los estadios, los estudiantes de Fukushima seguirán alzando la voz, en nombre de una región que quiere sobreponerse al desastre.

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Texto: Alan Gazzano

El autor reside en Yokohama, Japón, donde se desempeña como docente y traductor.