El cáncer de mama es el tumor más frecuente en el país y el tercero más mortal. Según datos del Ministerio de Salud, se detectan más de 22 mil casos nuevos cada año, con un saldo de casi 6 mil muertes en Argentina. Sin embargo, el avance científico en materia de detección, estudio y análisis han permitido desarrollar tratamientos a medida de las características propias del tumor de cada paciente, atenuando la mortalidad.
El doctor Carlos Martín Loza (MN 86925), miembro de la Sociedad Argentina de Mastología (SAM) y subdirector del Centro Mamario del Instituto Alexander Fleming (IAF), asegura que el “trabajo multidisciplinario” que realizan con distintas áreas médicas (incluyendo el abordaje psicológico), ha consolidado la conformación de “unidades de mastología en diferentes instituciones del país”. Según el especialista, esto garantiza “un manejo personalizado del cáncer de mama”, y permite un tratamiento integral de la enfermedad, desde una “visión integral” que incluye la toma de decisiones conjuntas, promoviendo una “mayor calidad de atención al paciente”.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo en 2020 se diagnosticaron 2,3 millones de cánceres de mama, y se produjeron 685.000 muertes, siendo el tumor más prevalente a nivel mundial. Del total, poco más del 10% de los casos se presenta en menores de 44 años. Los datos mundiales son congruentes con los estudios realizados por la Sociedad Argentina de Mastología en 2018, que reportó que el 10% de las pacientes está por debajo de los 40 años.
En cuento a las proyecciones, la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC) estima que 1 de cada 12 mujeres argentinas será diagnosticada de un tumor de este tipo a lo largo de su vida.
En este sentido, la detección temprana del cáncer permite un disminuir el riesgo de mortalidad. Si bien no está indicada la mamografía regular en menores de 40 años, salvo que haya antecedentes familiares o de otro tipo, existen diversos estudios que permiten alcanzar un diagnóstico de manera efectiva en mujeres jóvenes, tales como: la resonancia magnética nuclear (RMN), o bien las técnicas de ultra sonido.
Asimismo, el rol activo de las mujeres en el cuidado de su salud es lo más efectivo para alcanzar un diagnóstico temprano, el autoexamen facilita la detección de anomalías y la consulta ginecológica, junto con los estudios que el profesional indique, son parte de las herramientas que permiten combatir al cáncer de mama.