Más allá de la vista, está la espalda: es importante que tu silla tenga un buen apoyo lumbar (incorporado o agregado, como un almohadón) para evitar encorvarte. Para conservar una buena postura, el monitor debe estar casi a la altura de los ojos (si es una notebook deberías elevarla), porque esto también relaja los hombros y los brazos
El teclado debería estar a la altura de los codos; podés regular la silla, o también podés probar con un escritorio elevado, pero no todos coinciden en que trabajar de pie sea mejor que hacerlo en una silla
También es importante usar un mouse cómodo (hay algunos de diseño no convencional muy atractivos), un apoyamuñecas si es necesario y, si sabés escribir con los diez dedos, un teclado curvo que no fuerce la posición de tus muñecas (habían desaparecido del mercado, pero ahora hay varios modelos), que podrían derivar en una tendinitis o en el síndrome de túnel carpiano.
Si podés, deberías interrumpir el trabajo con pequeñas pausas que te permitan pararte y estirar la espalda y restablecer la circulación de las piernas. Muchos relojes y pulseras inteligentes traen aplicaciones que te lo recuerdan; si no, podés usar una extensión para Chrome, entre otras alternativas
Fuente: La Nación