Mamá de tres, a Vicky Maxwell durante mucho tiempo le generó incomodidad tener tantos juguetes dando vueltas por la casa. Por eso, en cada Navidad y cumpleaños se ocupó de que por cada nuevo regalo que entrara, otro saliera en forma de donación. Con el tiempo, incluso empezó a reemplazar esos juguetes comprados por otras versiones caseras, hechas a partir de cartón y elementos cotidianos, siguiendo lineamientos aprendidos en las sesiones de terapia ocupacional y fonoaudiología de su hijo mayor. Y así nació @chaujuguetes, una cuenta con tan genial curaduría de contenido que en apenas cuatro meses superó los 42.000 seguidores.
“Llevaba poco más de un mes haciéndola cuando empezó el aislamiento, y me jugó a favor porque los padres necesitaban ideas para entretener a los chicos en sus casas”, relata Vicky. En sus propuestas busca fomentar la creatividad y sobre todo enriquecer el tiempo de juego. “Solo soy una mamá con tres chicos que se las rebusca, no tengo ningún título. No se necesita mucho para crear en casa”, alienta.
Con juguetes cada vez más caros y sin colegios en los que descargar energía, la cuarentena pegó fuerte en los niños, y son muchos los padres que recurren a Instagram en busca de ideas que les salven el día, con actividades manuales y manteniéndolos (dentro de lo posible) alejados de las pantallas.
De ahí que la de Vicky no sea la única cuenta que creció en estos tiempos de encierro y chicos en casa
“En la sociedad tecnológica actual, el juego de los niños dejó de ser espontáneo”, dispara Luciano Lutereau, psicoanalista y autor de libros como Más crianza, menos terapia. Para él, la conducta exploratoria que se establece con los juguetes (muchas veces de cierta agresividad natural, como por ejemplo golpear un sonajero), quedó alterada por la relación que se establece con la tecnología, que no requiere resistencia (y de ser golpeada se rompería).
“De hecho, hoy a muchos chicos no solo les cuesta jugar, sino que sobre todo les cuesta hacerlo solos”, ilustra. Por eso muchas veces los padres deben actuar como compañeros, incitando ese momento de juego. “Lo interesante de estas cuentas es que muestran sobre todo iniciativas con carácter manual y pedagógico, citando los juegos primarios y más iniciales, todos vinculados con la ‘actividad práctica’ y que conectan con esa fuente del juego inicial”, apunta Lutereau.
“Desde que soy mamá sigo muchas de estas cuentas [que ofrecen recursos para jugar sin juguetes]. Me parecía importante generar el espacio para hacer una actividad que entretenga a mi hijo pero también lo estimule y ayude a crecer a partir del juego”, cuenta Carla Manzella, mamá de Juani, de 3 años. Para ella, esta dinámica no fue una novedad, pero sí se incrementó en la cuarentena, sobre todo en busca de escapar de la salida fácil de las pantallas y aprovechando el mayor tiempo en casa.
“Aunque tampoco es fácil generar una rutina en este momento, una vez al día tratamos de dedicarle ese espacio, tanto mi marido como yo. Fue interesante ver cómo esa actividad luego le daba independencia para seguir jugando él solo con alguna otra cosa. Sirvió como disparador para que siguiera inventando sus propios juegos”, describe orgullosa.
Similar experiencia vivió Marina Benavídez, aunque no fue hasta la cuarentena que realmente le dio valor y tomó las ideas de estas cuentas como guía diaria. “Antes aplicábamos alguna de estas actividades cada tanto, pero desde el encierro tenemos muchos días en los que revisamos las cuentas y buscamos alguna idea juntas con Inés, mi hija de 2 años”, describe.
Desde armar manos de cartón para jugar a pintarles las uñas a crear caminos para animales con cinta en el piso, sus actividades van rotando entre la práctica de la motricidad fina y la descarga de energía. “Me fascina ver cómo se entusiasma con cada plan. A veces no duran más de 20 minutos, pero la concentración durante ese tiempo es total. ¡Qué bueno que algo pueda competir con ver a ‘Peppa Pig’ en la TV!”, ríe Marina.
El valor de la profesión
Para Johanna Kaplis, docente y alma máter detrás de @jugandoencasa, los seguidores comenzaron a redoblarse apenas se anunció la suspensión de clases. Y asimismo lo hizo su compromiso con la cuenta, que nació hace dos años retratando los juegos con su hija y hoy hasta incluye la venta de un kit con material didáctico.
“Trato de mostrar actividades en las que los niños puedan aprender a través del juego, como enseñarles a fabricar sus propios juguetes con cartón, papelas y botellas, ideas con agua o recetas simples para participar en la cocina”, cuenta, agregando que también las marcas comenzaron a demandar más contenido para sus propias redes, en especial tutoriales.
Desde el lado de los padres, el pedido actual más repetido es mantenerse en lo simple y casero: “Por ejemplo, tuvo mucho éxito una publicación en la que mostré cómo armar un bloque de hielo lleno de muñecos para que los chicos jueguen a rescatarlos”. Armar títeres, juguetes a partir de cajas o instrumentos musicales con material reciclado son otros hits de la cuenta.
También docente, Vicky Sambrizzi es una maestra jardinera que en 2018 decidió reinventarse y crear la cuenta @letthekids.blog. Aún con mucho bagaje profesional, no fue hasta que nació su hija mayor que empezó a interesarse en pedagogías alternativas y buscar diferentes formas de juego para acompañarla en sus primeros años, y eso es lo que intenta transmitir en su espacio. Aquí, además de actividades pueden encontrarse recomendaciones de libros, juguetes, materiales didácticos y recetas, a la par de contenido de su propia vida familiar.
“Soy una convencida de que los niños tienen un potencial inmenso cuando llegan a este mundo, y de que nuestro rol para que lo desarrollen es clave”, sostiene, asegurando que aunque los seguidores hoy son muchos, sigue siendo un rubro en el que hay que rebuscárselas para crecer, ya que los beneficios son intangibles y tardan en salir a la luz. “Estamos acostumbrados a que el juego meramente entretiene a los chicos. Muchas veces les damos juguetes con la ilusión de tener unos minutos de paz. Pero es parte troncal del desarrollo y sin el mismo no hay verdadero aprendizaje posible”, realza.
Además, consciente del esfuerzo que significa mantenerse creativos en cuarentena, entre sus próximos planes están los talleres de lectoescritura para que los padres puedan entender cómo funciona el proceso y se lleven herramientas lúdicas para acompañar a sus hijos en la tarea de aprender a leer y escribir, uno de los más grandes desafíos educacionales de este contexto.
Por su parte, desde su cuenta @ mami.to_, María Laskowski aplica sus saberes de terapista ocupacional en pos de compartir ideas fáciles de juegos para hacer en casa, reutilizando materiales y en línea con los intereses y el desarrollo de los chicos. Y aunque al inicio estuvo dedicada a las familias con las que trabaja de forma presencial, la expansión a otros seguidores se dio de forma orgánica y paulatina, para crecer más fuertemente en estos meses.
“Creo que lo más importante es difundir que no necesitan juguetes costosos y modernos, porque ellos juegan con lo que sea. Usando lo que tenemos en casa podemos ofrecer juegos que promuevan la exploración, la imaginación y la construcción del propio aprendizaje. Hay una frase que dice que ‘cuanto menos haga un juguete, más hará la mente de un niño’, y eso es lo importante”, enfatiza, para agregar que reutilizando y reciclando lo que hay en casa también se enseña lo importante de cuidar el planeta.
Nuevos caminos de aprendizaje
En pocas décadas, la crianza de los chicos cambió mucho. Se flexibilizaron los criterios y ampliaron las modalidades de enseñanza, dando cada vez más relevancia a filosofías alternativas como Waldorf o Montessori, métodos que creen sobre todo en una educación más libre y a la medida de cada niño, sin seguir reglas tan estrictas. Bajo esa impronta también se inscriben algunas de las cuentas de juegos con más seguidores.
Es el caso de Geraldine Vivian Caso Kraay, o @unamamamontessori, quien decidió contar su experiencia aplicando la metodología en su casa, incluso sin ser experta. Y fue justamente esto lo que más atrajo, ya que su esfuerzo diario por romper estructuras y preconceptos de crianza encontró espejo en muchos otros padres. “No tengo el conocimiento para ser fundamentalista, por lo que no aplico el método en cada aspecto, pero con el tiempo aprendí y crecí mucho en esto”, se sincera.
Asimismo, cuenta que esta misma búsqueda la llevó, en este tiempo de cuarentena con sus propias hijas en casa, a tratar de dedicarles más espacio y evitar que la vieran siempre con el celular en la mano. Y mientras algunas cuentas crecieron en contenido y propuestas, la suya fue sincera a su proceso personal, algo que también se valoró mucho del otro lado.
“Los padres me comparten sus inquietudes generales todo el tiempo, y siempre aclaro que no soy experta, pero igual suelen querer un consejo, casi como amiga. Ahí es cuando me doy cuenta de que generamos una tribu de crianza con la que sentirnos acompañados”, relata.
Más que nunca, las redes tejen puentes y lazos de contención.