Así serán las bicicletas en el futuro: por qué no tienen ruedas redondas

Ingenieros ucranianos se propusieron “reinventar la rueda” y sorprenden al mundo con los inventos más extraños; “las bicicletas del mañana” llegan con las formas más impensadas

No hay precisiones, pruebas ni material fotográfico. Sin embargo, los autores e historiadores coinciden en que fue cerca del año 4.500 a.C. que se inventó la rueda. Un círculo hecho con piedra en aquel entonces que giraba. Rodaba. Ese momento, así como el descubrimiento del fuego, fue un punto de inflexión en la humanidad. Y quizás ahora, en pleno 2023 d.C. estemos hablando de otro momento bisagra porque en Ucrania vive un ingeniero que crea bicicletas con “ruedas” cuadradas y triangulares.

Sergii Gordieiev es dueño de un emprendimiento científico. Se llama The Q y tiene perfiles en Instagram y YouTube. Allí, a través de esas plataformas, muestra todo tipo de inventos que buscan revolucionar la cotidianeidad o solo divertirse con las posibilidades que la ingeniería y la inventiva combinadas le pueden dar a una persona. El asunto es que entre locuras que pueden asemejarse a un episodio de Los Simpsons también hay grandes y revolucionarias ideas.

La movilidad está en pleno cambio. El mundo trazó una línea para que la gente use distintos medios de transporte ya sean eléctricos o que estén anclados a la micromovilidad. El objetivo es reducir las emisiones y la bicicleta, uno de los inventos más viejos en este sentido, resurge como el favorito para muchos. Ahora bien, este auge de las transformaciones da lugar para este tipo de cosas y el ucraniano entendió que lo llamativo es algo clave.

Lo primero que apareció fue una bicicleta con ruedas cuadradas. Sí, así como suena. El sistema para desplazarse es similar al de un tanque de guerra. El cuadrado, en sí, no rota; lo que rota son unas “llantas estilo oruga” que permiten el desplazamiento. Para fabricarla usó vigas y varillas de metal, revistió su invento con el material de una llanta normal y creó el novedoso (no tanto) mecanismo. Tiene dos ventajas principales: por un lado, no necesita aire ya que no hay gomas que inflar; por el otro, la bicicleta puede mantenerse de pie por sí sola, sin necesidad de aditamentos extra.

La única pero importante desventaja es que no se podría usar en cualquier terreno a menos que se modificara un poco la estructura.

En otra línea apareció otro invento. Quizás más como idea de explorar los límites de la ingeniería aplicada a la movilidad que de hacer masivo un medio de transporte. La bicicleta con ruedas triangulares es una realidad e incluso se lanza con una solución a ese rebote incómodo que, lógicamente, tendría cualquier vehículo movilizado por triángulos. Sergii pensó en todo.

El primer aspecto que tuvo que contener era ese rebote consecuencia de la forma de las ruedas. Para eso, arriba de cada una de ellas instaló dos barras con rodillos para que la rueda siempre tenga la misma altura respecto al suelo. Por el otro lado, tuvo que pensar cómo evitar que ese rebote se traslade a toda la estructura de la bicicleta. Para ello, instaló un dispositivo para que funcione como suspensión y contenga ese vaivén.

Ambos inventos son rebuscados y difíciles de masificar. De hecho, es poco probable que sean las soluciones de movilidad que el mundo está esperando. Pero de seguro lo mismo se creía en el 4.500 a.C. y así llegamos a la actualidad, con esa rueda de piedra reconvertida en miles de cosas. Quizás, historiadores de dentro de 1000 años hablen de los inventos del 2023 y de las ruedas cuadradas y triangulares. O no. No podemos saberlo.

Fuente: Iván Mazorco, La Nación.