Astroturismo a la espera del eclipse

Cinco inmejorables destinos para ver las estrellas. A uno y otro lado de la cordillera de los Andes, los cielos más estrellados

1 San Juan. El más grande y moderno

El Barreal Blanco es una planicie de arcilla totalmente lisa, donde se practica carrovelismo. Queda en el sur de San Juan, cerca de la localidad del mismo nombre y al pie de la Sierra de Tontal. En esa región del Cuyo no llueve prácticamente nunca, con excepción de violentas y esporádicas tormentas en verano: en consecuencia, el cielo es siempre azul y diáfano. La combinación entre la altura, las condiciones atmosféricas y la ausencia de luces urbanas conforma un lugar ideal para observar el universo. Por esta razón hay dos observatorios en las cercanías de Barreal, en el Parque Nacional El Leoncito. El más antiguo es el Félix Aguilar, mientras el segundo, el Casleo (Complejo Astronómico El Leoncito) es el más grande y moderno del país. Está sobre un cerro a más de 2500 metros de altura al final de una pista de ripio que atraviesa el parque. Funciona desde los años 80 y lo usan tanto científicos argentinos como del extranjero. Las visitas se hacen de día, para conocer las instalaciones y el equipo principal, un telescopio reflector de 2,15 metros de diámetro. Está justo al límite de la franja para ver el eclipse total de sol del 2 de julio. El mejor lugar del país por la ubicación, la hora, la altura y la poca probabilidad de nubes, está un poco más al norte, en Jachal y el Valle de la Luna.El Casleo abre al público durante el día, para visitas guiadas por especialistas de 10 a 12. y de 14.30 a 17. El recorrido dura unos 40 minutos y es aconsejable confirmar su turno antes de la visita. Es posible permanecer de noche (con reserva previa) para realizar observaciones con telescopios. En tal caso la cena, el alojamiento y el desayuno están incluidos en el servicio. Precios y condiciones: [email protected]

2 Valle del Elqui, Chile. En lo de Gabriela Mistral

El Valle del Elqui, la tierra por excelencia del pisco chileno, baja desde las alturas de la Cordillera hasta el Pacífico, al este de Coquimbo y La Serena. Como todo el Cuyo y la mitad norte de Chile, es una de las mejores regiones del mundo para observar el cielo y las estrellas. Los varios observatorios locales van a ser un apostadero de lujo para ver el eclipse de sol del mes de julio. Hace ya mucho tiempo que los alojamientos y los cupos en las instalaciones han sido reservados (al igual que en la provincia de San Juan) por grupos que llegarán principalmente de Europa y América del Norte. Este eclipse promete ser uno de los más espectaculares de los últimos tiempos porque transcurre en una de las regiones más áridas del planeta, donde la probabilidad de coincidir con nubes es prácticamente nula. No hace falta un fenómeno así, sin embargo, para hacer astroturismo en el Valle del Elqui. La vista del cielo es extraordinaria y la Vía Láctea se ve con gran intensidad. La principal localidad del valle es Vicuña, el lugar de nacimiento de Gabriela Mistral. El Observatorio Mamalluca tiene fines educativos y turísticos y es el más visitado de Chile, pero también hay domos-hotel preparados para ver el cielo sin levantarse de la cama.Las reservas para programar las visitas se realizan en la Municipalidad, en calle Gabriela Mistral 260. El centro es muy completo, con una sala multimedia, una confitería, una terraza para observaciones con equipos más chicos y una boutique de recuerdos. Del centro de Vicuña a Mamalluca hay 9 kms. La entrada cuesta US$ 10 por persona. [email protected]

3 Antofagasta, Chile. De ciencia ficción

El astroturismo es una actividad que crece y gana adeptos. No hace falta que haya algún acontecimiento astronómico en particular (aunque cuando lo hay aumenta la afluencia): durante todo el año algunos observatorios son verdaderas atracciones, como el complejo del Cerro Paranal, donde suelen llegar muchos viajeros que recorren el norte de Chile. Está entre Taltal y Antofagasta, a las puertas el desierto de Atacama. Cada sábado por la mañana, una fila de autos emprende el camino hacia la cumbre del cerro, que fue arrasada para formar una meseta e instalar los cuatro telescopios más potentes que existen actualmente en el mundo. Forman el VLT, el Very Large Telescope, que pertenece al Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés).La visita se hace a pie y en pequeños grupos por una parte de las instalaciones para conocer los telescopios y la sala de control del VLT. Hay que tener en cuenta que el sitio está a más de 2600 metros de altura, se suben escaleras en ambientes cerrados y oscuros y es posible marearse. El recorrido abarca también el centro de vida de los científicos, una especie de oasis encapsulado dentro de un edificio enterrado (para no producir contaminación lumínica). Es un ambiente totalmente artificial, con plantas y una pileta. Parece una de aquellas bases de ciencia ficción instaladas sobre un planeta de atmósfera hostil.Las visitas se realizan los sábados y hay que llegar puntualmente, a pesar de las distancias (114 km desde Taltal y 130 desde Antofagasta) y del camino de montaña. Tener en cuenta que dos localidades se llaman Taltal en la misma región: una sobre la costa (la referencia para esta distancia) y otra en las montañas. Los turnos de visita empiezan a las 9.45 y a las 13.45. Son gratuitas. Es imprescindible reservar por mail con anticipación y reconfirmar online diez días antes. No se aceptan menores de cuatro años. [email protected]

4 Tucumán. El cielo entre los valles

Este observatorio está en los Valles Calchaquíes, entre Tafí del Valle y Amaicha del Valle. Es uno de los tantos pequeños centros a lo largo de la cordillera argentina. No está en una región tan propicia como Cuyo o el norte de Chile: sin embargo, se encuentra a más de 2500 metros, una altura tal que las precipitaciones son escasas y hay buenas probabilidades de hacer observaciones durante una visita. La mejor garantía la dan los vecinos del pueblito de Ampimpa, que afirman gozar de 360 días de sol al año. Es una atracción a tomar en cuenta durante un recorrido por el valle o durante una estadía desde la ciudad de Tucumán. En Amaicha se vive todavía como en tiempos antiguos y las familias de descendientes de diaguitas producen quesos caseros y vino patero dignos de ser degustados. Las instalaciones del observatorio son lo suficientemente potentes como para iniciarse en la astronomía y el estudio del cielo. Los astrónomos de Ampimpa avisan sin embargo que las condiciones climáticas pueden interferir sobre las observaciones, especialmente en verano. Y recuerdan que es mejor evitar las noche de luna llena, que aporta exceso de luz.El sitio tiene un hostal, una cafetería y un comedor para recibir a quienes quieren pasar una noche. La capacidad sin embargo es limitada y se recomienda hacer reservas previas. De marzo a junio, abre de viernes a domingo por la noche. El ingreso se hace a partir de las 17. El costo es de 1300 por adulto y 900 para menores de 12 años. Este precio incluye el aloja-miento y un desayuno, además de las actividades y el uso de los equipos. Se provee una cena (no incluida). Otras actividades: el sendero temático del Big Bang al Hombre; la visita al Parque Temático Intihuatana y la observación de la salida del sol en la madrugada. Contacto; [email protected]

5 Lo Barnechea, Chile. Buenas observaciones

Europa y Estados Unidos siguen invirtiendo en instalaciones en el desierto de Atacama y se prevé que Chile totalice el 70% de la capacidad astronómica óptica e infrarroja del mundo, con la mayor cantidad de telescopios del planeta. Con estos datos en mano, el país vecino se fijó como objetivo convertirse en el principal destino de astroturismo del mundo antes de 2025. En las cercanías de Santiago mismo hay varios. Sin ir muy lejos, el OAA (Observatorio Astronómico Andino) está en camino a los centros de esquí de Farallones y Valle Nevado. Tiene equipos para hacer observaciones de día o de noche. Los tours combinan charlas y prácticas con binoculares y distintos tipos de telescopios. Y lo más interesante es que también brindan bases y demostraciones de astrofotografía. Aún más cerca de la ciudad, en Las Condes, el observatorio del Cerro Calán organiza guiadas nocturnas de septiembre a mayo. Como siempre, se recomienda hacer reserva, para asegurarse un lugar. Más alejado de la ciudad y sus luces, hay algunas otras opciones, en el Cajón del Maipo, al sureste de Santiago y en plena Cordillera: el Roan Jasé y el Pailalén.En el OAA, los tours son personalizados e incluyen charlas, cortometrajes en 3D y prácticas de observación con telescopios en la terraza y la cúpula principal. También incluyen la iniciación a la astrofotografía del espacio profundo. Está en el Camino Bollenar 21974, en Lo Barnechea. Abre todo el año, de jueves a sábado, con previa [email protected]

Fuente: Pierre Dumas, La Nación