Cómo elegir un colegio: Las condiciones que más valoran hoy los padres, nuevos factores bajo la lupa y las cuotas para 2026

Es uno de los temas de conversación por estos días entre las familias que deben tomar una decisión. Las inscripciones para el año que viene están abiertas y en pocos días habrá que definir qué colegio elegir.

El proyecto pedagógico, la ubicación y los costos de los privados forman parte de una larga lista de ítems a analizar. Y se suman nuevas variables, que hace años ni siquiera existían.

Entre los factores que hoy los padres deben evaluar figuran cuestiones como las políticas sobre el uso de celulares o el avance de la inteligencia artificial. También el foco se traslada a temas como los entornos culturalmente diversos y la confianza mutua con la institución, condiciones que se vuelven claves en un futuro difícil de predecir. Cuando se trata del primer colegio, es decir, en el inicio de la escolaridad, se juegan además emociones y hasta una sensación de pérdida: el ingreso de un hijo al sistema educativo, como señala la psicóloga Silvia Iturriaga, directora de la consultora El libro de los Colegios, marca el fin de una etapa porque las decisiones dejan de pertenecer exclusivamente a los padres: “Es el comienzo de una vida compartida con una institución que impondrá sus propias reglas, horarios, uniformes, menúes y hasta un nuevo clima social”. Iturriaga, con décadas de experiencia en la escucha de padres y directivos, observa cómo las preferencias fueron mutando con el tiempo. “Cada familia arma su propia escala de variables. Pero también las épocas influyen en cuáles se priorizan -observa-. El método constructivista, el inglés y la tecnología tuvieron su momento de gloria. Era importante saber a partir de qué grado se corregirían los errores ortográficos, cuál era el examen de idioma que se alcanzaba a rendir o si había sala de computación. Hubo una época en la que encontrar la mejor escuela significaba dar con la institución que más se destacara en esas variables”. Hoy, sentencia Iturriaga, el tema es más complejo.

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>De jardín a secundaria. </span> El cambio de colegio en los distintos ciclos educativos puede resultar saludable para los chicos
De jardín a secundaria. El cambio de colegio en los distintos ciclos educativos puede resultar saludable para los chicos

“La omnipresencia de las redes sociales, el avance acelerado de las nuevas tecnologías, con la inteligencia artificial como nave insignia, y las diferentes opiniones acerca de su uso en el mundo empujan a los padres a hacerse nuevas preguntas. ¿En qué grado se permite que los chicos tengan un celular? ¿La escuela propicia que lo ingresen al aula o que lo dejen fuera? ¿Cómo fomenta la socialización una escuela donde cada alumno tiene su tablet? ¿Qué estrategia pone en práctica el colegio para que la IA no reemplace la capacidad de investigación, la creatividad, la posibilidad de la aparición de una voz propia?”, plantea la experta. A la problemática que conllevan las pantallas, Iturriaga suma la incertidumbre de un futuro laboral difuso. «Si hace un tiempo la pregunta era si la escuela debía priorizar la preparación de los alumnos para el mercado laboral del día de mañana, hoy es válido preguntarse cómo va a ser ese mercado», reflexiona la especialista. Ante este panorama, sostiene que el factor decisivo no es tecnológico ni pedagógico, sino humano. «Personalmente creo, después de décadas de experiencia interactuando con padres, madres y dueños de colegios, que la mutua confianza entre la familia y la escuela es el vector principal para el logro del objetivo buscado: una exitosa escolaridad para los chicos», sostiene.

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Valores compartidos. </span> Recorrer las aulas antes de elegir un colegio ayuda a entender la dinámica de la institución y sus abordajes
Valores compartidos. Recorrer las aulas antes de elegir un colegio ayuda a entender la dinámica de la institución y sus abordajes

“Aprendizajes potentes”

Claudia Romero, doctora en Educación e investigadora de la Universidad Torcuato Di Tella, propone abordar la elección de un colegio sin «el dramatismo de una decisión irreversible», pero sí como una oportunidad para que las familias revisen sus propias aspiraciones. Por tradición familiar, a veces se simplifica el proceso enviando a los hijos al mismo colegio que sus padres, pero las escuelas no permanecen inmutables en el tiempo. “Para evitar lamentos nostálgicos hay que saber que aquella escuela de hace 20 o 30 años, seguramente ya no es la misma”, señala Romero. Más allá de las preferencias y necesidades familiares sobre si elegir una escuela laica o religiosa, de jornada simple o completa, bilingüe o no, la experta apela a las investigaciones más recientes en el área, que dan algunas pistas acerca de qué entornos son más relevantes a la hora de adquirir conocimientos y desarrollar habilidades integrales en los alumnos. En esta línea, habla de la importancia de generar «aprendizajes potentes» y destaca dos factores cruciales para alcanzar esa meta. En primer lugar, la diversidad. En su opinión, las «burbujas escolares», que buscan la homogeneidad y que los alumnos sean lo más parecidos entre sí, suelen tener como resultado un empobrecimiento en las oportunidades de aprendizaje. Por el contrario, considera que «los entornos escolares social y culturalmente diversos producen más y mejores aprendizajes en los estudiantes». La segunda pista, añade la autora del libro Hacer de una escuela una buena escuela, es la cooperación basada en valores compartidos. “Una buena escuela en términos de potencial educativo, es la que además de ofrecer un ambiente social y culturalmente diverso, alienta relaciones de confianza en la comunidad educativa”, afirma. Desde esta mirada, se suman dos preguntas centrales. ¿Cuán diverso es el grupo de alumnos? ¿Esta escuela nos inspira confianza?

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Prioridades de hoy. </span> La política respecto al uso de pantallas se convirtió en un aspecto central para la evaluación de los padres que buscan un colegio para sus hijos
Prioridades de hoy. La política respecto al uso de pantallas se convirtió en un aspecto central para la evaluación de los padres que buscan un colegio para sus hijos

El valor de las cuotas, un factor que apremia

Desde la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de Argentina (Aiepa), Martín Zurita señala que «en el universo de la educación de gestión privada hay una enorme heterogeneidad». Uno de los factores que en tiempos de crisis inevitablemente vuelve al centro del análisis es el valor de la cuota. No es solo un número a revisar antes de la escolarización, también es la razón por la que no pocos padres deben cambiar a sus hijos de colegio cuando los montos se tornan impagables. Para tener una referencia de valores, Zurita comparte las últimas normativas de cara a octubre del Ministerio de Educación de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires, que concentran más de la mitad de los colegios privados del país. Para los subvencionados, los montos tope que pueden aplicarse dependen del porcentaje que reciben por parte del Estado. Así, por ejemplo, la cuota para una institución inicial o primaria de jornada simple, con un 50% de subvención estatal, será de $125.000 y $158.467 respectivamente, mientras que si es de jornada extendida o completa, el incremento podría ser de hasta el doble de estos montos. En cambio, para una escuela con 100 % de aporte estatal, los valores oscilan entre $30.000 y $37.000 por mes, aunque llegan a duplicarse en el caso de que el colegio tenga una propuesta curricular extendida. “Estas tablas pueden modificarse y eso dependerá de las paritarias que los gremios arreglen con los gobiernos”, explica Zurita. En el caso de los colegios privados sin subvención, los valores pueden ser mucho más altos y heterogéneos, con cuotas que van de los $400.000 hasta instituciones que superan $1.000.000. “La cantidad de escuelas que forman parte de este grupo es menor y, en estos casos, deben informar a las familias cuál es el aumento que van a tener para el año que viene, que se calcula en promedio del 15%”, señala Zurita. Junto con el valor de la cuota, la organización del hogar también se convierte en un condicionante. “Hay razones que tienen que ver con la vida cotidiana de la familia, como la cercanía a la escuela o la jornada extendida para compatibilizar con el trabajo de ambos padres”, agrega el secretario ejecutivo de Aiepa. Por último, resalta una inquietud que está cada vez más presente en los padres y se replica en las entrevistas con los directivos: la garantía de clases regulares.

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Condiciones cruciales para evaluar. </span> Los colegios social y culturalmente diversos producen más y mejores aprendizajes, de acuerdo a los expertos
Condiciones cruciales para evaluar. Los colegios social y culturalmente diversos producen más y mejores aprendizajes, de acuerdo a los expertos

“No hay preguntas prohibidas”

Más que buscar referencias de conocidos o recomendaciones de otros padres, los expertos consultados sugieren, en la medida que se pueda, concertar entrevistas con las escuelas preseleccionadas. Esos encuentros constituyen un momento fundamental del proceso y los padres deben ir preparados para “sacarles el jugo”, en palabras de Iturriaga. “Aunque la información en la web sea exhaustiva, nada puede sustituir el valor de la entrevista personal. Las redes y folletos nos informan, pero es la interacción humana directa la que nos proporciona una sensación y una conexión imposible de replicar. No se trata solo de los datos que nos den, sino de la experiencia que nos transmiten”, dice la experta. Y agrega: “Si uno va a confiar la formación de un hijo a una institución, no hay preguntas prohibidas”. Consultar sobre el nivel de rotación de maestros o sobre el currículum de los directores es válido. También resulta pertinente indagar sobre los recursos del colegio y la dedicación. ¿Cuál es la cantidad de personal docente por alumno? O sobre las expectativas. ¿Qué espera la institución del alumno y de su familia para que el proyecto funcione? El planteo pedagógico de cada escuela no pierde fuerza a la hora de pensar la educación y la formación de un hijo. “De parte de la institución, es necesario visibilizar los proyectos, las acciones de la propuesta pedagógica. Saber si tiene una línea tradicional o si es una institución con metodología Waldorf o Montessori. Y pedir explicaciones sobre lo que significa cada enfoque o método”, aporta María Victoria Alfieri, profesora en Ciencias de la Educación. Respecto a la instancia de la entrevista con las autoridades, refuerza: “Es un diálogo necesario y un momento oportuno para recorrer el espacio, sentir lo que se percibe y entender que ese lugar va a ser donde un hijo aprenderá con otros”. A modo de síntesis, Alfieri -representante de la Red Solare Argentina, que difunde la filosofía educativa Reggio Emilia, enfocada en relaciones potentes y creativas para profundizar los procesos de conocimiento- subraya la importancia de un lugar que ofrezca un ambiente de aprendizaje seguro, inclusivo y estimulante. Una buena escuela, según Alfieri, “debe brindar herramientas para fortalecer un pensamiento reflexivo, crítico y creativo, donde lo artesanal y lo tecnológico convivan con el fin de preparar a los alumnos para un mundo que aún no conocemos”.

Fuente: La Nación