Cómo es la original obra de teatro por WhatsApp que convierte al público en los actores principales

“Clavemos el Visto” es una propuesta innovadora que comienza en el teatro Metropolitan y luego toma la Calle Corrientes. Infobae Cultura dialogó con sus creadores, Ezequiel Hara Duck y Jony Camiser, para conocer los detalles de esta puesta en la que los espectadores se convierten en protagonistas

El 4 de enero fue la primera cita de Clavemos el Visto, una original obra de teatro en la que el público deja de ser espectador para convertirse en protagonista. La cita es en hall del teatro Metropolitan de la Calle Corrientes. Desconocidos, parejas, grupos de amigos llegan hasta allí sin saber qué sucederá.

Entonces, la magia ocurre: se arma un grupo de WhatsApp en el que sos protagonista con mucha gente que no conocés, que está así como vos, listo para jugar a ser actores, actrices y espectadores de una obra que se propone incorporar el celular para que precisamente dejes de mirarlo. Suena extraño, pero resulta una experiencia en la que el teatro, la audiencia, la tecnología y las ganas de jugar se conjugan en un encuentro que rescata lo mejor de las tablas.

En entrevista con Infobae CulturaEzequiel Hara Duck, creador del proyecto Perfil Bajo y su nuevo compañero de juegos, Jony Camiser, cuentan las reglas de este nuevo proyecto teatral que promete diversión, interacción y, sobre todo, un rato de conexión real con los otros.

-Cuéntenme un poco cómo nace esto de hacer teatro por Whatsapp.

Ezequiel Hara Duck: Primero está Perfil Bajo, que es una obra para un solo espectador en espacios públicos. Esa surgió en 2017 pero el proceso de investigación surgió en el 2013 a partir de que yo voy mucho al teatro y veo que la gente está en continuo movimiento y contacto con el celular. Piden que apaguen los celulares pero la gente los utiliza en la función, los usa cuando maneja, cuando se sube a un avión, le dicen por favor que lo apaguen, puede interferir con el vuelo, y poner el riesgo su vida y lo usan igual, y a partir de esa imposibilidad de los espectadores de desconectarse empecé a pensar cómo hacer una obra que tenga al celular con un uso narrativo y amigarse un poco con eso. A partir de ahí surgió Perfil Bajo, que es para un solo espectador en espacios públicos y después de eso empecé a pensar cómo hacer crecer la propuesta. Y empezamos a pensarlo para más personas y ahí convoqué a Jony que tiene mucha experiencia en manejos de grupos y también como productor. Él trabajó como productor en el Paseo la Plaza, La Feria del Libro, La semana francesa, de un montón de eventos de mucha magnitud de gente y ahí empezamos a pensar cómo hacer la obra para muchos mas espectadores y fue creciendo la infraestructura y a partir de eso surgió la idea de hacer una obra para un espectador más participativo, que tenga un contacto con el juego, con lo lúdico y un espectador que esté en constante movimiento. Y a partir de eso fuimos armando una obra en la cuál el celular esté prendido, no apagado, que el espectador esté en movimiento, no sentado, no pasivo y ahí fue armándose el proyecto este que es Clavemos el visto.

-¿Cuál es la principal diferencia además del público entre una obra para una sola persona y esto nuevo que es grupal?

EHD: No solamente la cantidad de gente, también la narrativa y también el hecho de que la obra es a medida de cada espectador, y acá está hecho a medida de un gran grupo. La obra es flexible y el guion, si bien hay una base, se va adaptando continuamente a lo que está sucediendo en el momento. Las diferencias son notables en lo que tiene que ver con lo lúdico, hay una idea de pensar más en el juego y también hay una idea de site specific, montada específicamente para un lugar y esta está montada específicamente para la calle Corrientes, cosa que la otra estaba montada más para espacios cerrados o públicos como shoppings o paseos comerciales o mercados como el de San Telmo.

Jony Camiser: Esta pequeña diferencia entre hacerlo para más gente es el universo en el que empiezan los vínculos entre participantes, se abre un universo. Lo que es la conformación de un grupo de personas que no se conocen y que van a vivir una aventura en plena Calle Corrientes. Ese pequeño detalle es el que abre un universo de relacionamiento, de integración y también de una imprevisibilidad hermosa que es como va a ser la personalidad del nuevo grupo que se forma y como en una hora, que es lo que dura la experiencia, se termina de dar una impronta que ni nosotros del lado de la producción nos imaginábamos, porque hay grupos que son más lanzados, otros más tímidos.

La obra comienza en el Teatro Metropolitan
La obra comienza en el Teatro Metropolitan

-Los dos hablan de un guion de base, ¿quién lo escribe?

EHD: Por nosotros dos.

JC: Tenemos un sistema armado de guion. En realidad, una nueva forma de encarar esto, no es una cosa lineal, abrimos el juego del celular y el grupo.

EHD: La gente llega al teatro Metropolitan, compra la entrada por Plateanet o en la boletería del teatro, ingresa al hall del teatro y con un sistema que nosotros diseñamos con un software entran todos al mismo tiempo, en menos de un minuto a un mismo grupo de whatsapp.

JC: 70 personas de una.

EHD: Tenemos a todos los espectadores participantes adentro del grupo de whatsapp y a partir de allí salen del hall del teatro y empiezan a vivir la experiencia por la calle Corrientes y empiezan a desplazarse en movimiento y van viviendo diferentes escenas, van llegando mensajes con cosas para observar, para interactuar, mensajes con indicaciones para hacer diferentes cosas, por ejemplo: “agacharse todos los que hoy comieron una manzana”.

JC : O señalar un techo constantemente para ver la reacción de la gente que camina. 60 personas señalando algo. Todos al mismo techo, o señalar un cartel. Y vos tenés a todos señalando un cartel, o caminando todos como rengos, o hablen todos en chino, y de repente tenés en la calle Corrientes a 70 personas caminando como rengos y hablando como chinos.

-¿Cómo reacciona el público?

JC: Tenemos dos públicos. El participante por un lado, que es protagonista de la obra. Reacciona muy bien, la gente se mata de risa, se divierte mucho y están todo el tiempo sorprendiéndose y animándose a jugar. Conectando con algo que entre los adultos está muy dejado de lado que es la idea de juego.

-Tenés dos públicos, uno que es el propio, mirándose actuar. Es una de las cosas más atractivas que tiene el proyecto

JC: Ese es espectacular. Pero el otro, el que uno nunca piensa también es súper atractivo.

-¿Qué experiencias han tenido con el otro público?

EHD: Eso es genial. Porque la gente se sorprende, se pregunta qué están haciendo todos estos se están divirtiendo. Preguntan a los participantes.

JC: Hay una respuesta que no te la vamos a decir, está preseteada, que cuando le preguntan algo, todo el mundo pregunta, y a partir de eso, los peatones ven que se están divirtiendo, como puedo participar de esto, quiero entrar ahora al grupo de whatsapp.

EHD: Quiero entrar, te lo pago ahora.

JC: La gente se prende mucho con eso y los peatones también pasan a ser actores por un rato.

-¿Les pasó que alguno se vaya?

EHD: Por ahora no.

-¿Alguien volvió a ir?

EHD: Sí, pero tenemos dos partes. Lo hicimos en los bosques de Palermo, en el CC Recoleta con gente que repitió.

-Ustedes cambian el guion, con lo cual va cambiando la experiencia.

EHD: Es una obra viva, el guion, o la trama es la historia del grupo.

-Es lo que se arma en ese momento.

JC: Obviamente tenemos todo el respaldo de producción que se adapta a nuestra intención. Los dos somos locos de pasarla bien, socios de aventuras, de locuras divertidas, de invento. Nuestra adicción es la diversión. Y esa misma adrenalina la transmitimos, el grupo no la pasa mal ni un minuto. Si algo se pincha, se da vuelta, se pone otro módulo, vamos con la próxima escena, un nuevo juego.

-El ritmo lo marca el grupo, es una experiencia única.

EHD: Claro, hay cosas que por ahí en una función tal vez repetimos una dinámica, en una puede durar 1 minuto y medio ó 4.

JC: O ser la obra si quisiéramos.

-¿Ustedes dónde están?

JC: En todos lados.

EHD: Estamos testeando, viendo y dirigiendo la obra, en ningún momento perdemos de vista, pero no te podemos decir dónde. Estamos viendo continuamente desde dónde estamos.

JC: Lo único que te podemos decir es que nunca nos ven.

EHD: Es la vida, es hoy, ¿quién te guía como grupo? La gente está haciendo cosas sin saber quién se lo pide. Durante toda la obra le van pasando un montón de cosas. La gente responde y acata.

-Responde a lo que se le pide porque está jugando

EHD: Y también porque hay una cosa de contención, de seguridad y confianza que se arma muy rápidamente. Llegan 70 desconocidos, nadie con nadie, salvo que vayas con amigos, y de repente entran en confianza muy rápidamente con algunas dinámicas que hacemos en los primeros minutos. Y a partir de estar en ese grupo se animan y se permiten cosas que no harían, acciones que no harían si no tuviesen un marco de contención ficcional. Ese grupo les da una licencia y los habilita para hacer cosas

JC: Abrimos la tranquera y el que quiere se puede quedar parado mirando, el tímido se puede comprometer como quiere, y alguien quiere salir corriendo como loco, más todavía.

-¿Qué pasa con el grupo cuando termina la obra?

EHD: Se desarma, último renglón, los eliminamos del grupo o los invitamos a irse, y se terminó el grupo de whatsapp, como un código que está en el texto que es lo que pasa cuando termina.

-¿Les ha pasado que la gente se quede junta, y se pasen los teléfonos?

JC: Te quedas charlando de lo que viviste, y se van a comer algunos. Es inevitable.

-Es totalmente experiencial, performativa

EHD: Es una performance, y lo que tiene es que la gente no se conoce y después de la función que comparten se cometan “a mí me pasó esto, a mí lo otro” se quedan hablando, es una buena experiencia para conocer gente también. Aunque seas recontra tímido, los supuestos tímidos son los que más nos sorprenden. Pero el escenario es la calle.

-Juegan a ser otros.

EHD: Se divierten la pasan bien, y te dicen: “no sabia que me podía divertir con esto”. Pasa mucho eso, y nosotros lo recibimos muy bien.

-Ezequiel, esta experiencia la has llevado a otros lugares y has dado talleres.

EHD: Hay varias cosas. A mi me llaman por los talleres de Perfil Bajo. Porque encontré un sistema narrativo y adaptado que otros directores no tienen en cuenta al celular como extensión del cuerpo humano. Se tiene en cuenta para toda la vida y muchas veces los ves arriba de una escena, pero no se hacen cargo que abajo los espectadores están mirando el celular durante las funciones. Y yo hago mucho hincapié en la lucha contra el aburrimiento, que es un gran desafío, contra el peor capítulo de Game of Thrones, y un espectador que tiene el ojo muy entrenado, y me llaman para ver cómo utilizarlo como herramienta narrativa. Y a partir de esto me parece que hay un mundo, un universo importantísimo con el celular para capitalizarlo, para ponerlo al servicio de producciones artísticas como herramientas y amigarse un poco más. O sea se puede usar para el mal, para el bien, puede romper una obra de cualquier estilo, pero bueno, si uno lo usa bien y puede ser algo muy fructífero para contar historias. También la obra tiene una crítica al celular, en el sentido que invita a levantar la mirada de la pantalla del celular y conectarse con los otros. Nosotros usamos el celular, pero como una carnada para que la gente se conecte con otros. Entre ellos y alrededor.

JC: El celular está igual, ese es el tema. Si queremos aceptarlo o no. Está en los bolsillos. Cuando llegan les pedimos que lo pongan fuerte, es una obra para mirar el celular, usar la pantalla como un medio más para levantar la mirada del celular en mano.

EHD: En los teatros te piden por favor apaguen los celulares, y si tienen que comer un caramelo háganlo ahora, no tosan, no se muevan. Acá es movete, caminá. Hay algo del hecho vivo del teatro, significándolo desde el otro lado, al no ser una sala, y sacarlo de ese lugar de sacralidad del teatro. El teatro es la vida, es la calle, la tendencia escénica hoy es tratar de romper un poco, lo performático, sacar el teatro de las salas y tener a los espectadores.

-Cuando dicen “volvemos al guion básico” ¿Cuál es el proceso creativo con el guion?

EHD: Somos amigos, y vamos escribiendo todo el tiempo. Tenemos el guion base, pero es flexible y se va adaptando todo el tiempo a la situación. Estamos hablando continuamente, ahora usemos tal módulo, lo vamos rotando continuamente, tenemos un stock de recursos en la mochila que los vamos adaptando y moviendo según el estado de ánimo tanto de la calle como del grupo. Si vemos que en la calle aparece determinada situación, como un artista callejero, o un montón de personas, o pasó algo que fue muy divertido vamos viendo de equilibrarlo para que haya un balance, que no sea todo el tiempo uniforme y monótono.

-Para que no sea siempre improvisación…

JC: Así como la experiencia es un juego, el laburo de fondo también es un juego. Imaginate como una especie de Lego, donde uno tiene diferentes modulitos que los podes intercalar según las emociones que quieras ir transmitiendo y las dinámicas que quieras generar. Según la cantidad que tengamos, según como esté la calle. Hay una cosa que nosotros vamos, preparamos cada función de una manera, después la calle es la calle y manda, el grupo manda y las cosas van en función de eso. No es un guion que se repite a lo largo de las funciones. Cada día hay un guion base, puede variar o no, según el éxito. Llevamos una partitura pero hay mucho jazz, mucha improvisación. Nunca nos vamos de la partitura, y si queremos irnos, sabemos cómo irnos.

-Hay una estructura, es un juego y como tal tiene reglas

JC: Jugamos en serio

EHD: Tenemos muchas reglas y todo el tiempo estamos discutiendo sobre criterios, sobre filosofía de la obra, conceptos, no irnos afuera del concepto, todo el tiempo estamos conversando sobre un marco teórico del proyecto. En qué aporta la formación de cada uno de ustedes dos en esto que están haciendo.

JC: Es un flash en realidad. La mía es súper ecléctica. Me crié entre teatros y estudios de radio desde los 6 años, por el laburo de mi vieja, Susana Jarabroviski, así que desde siempre. Ella fue productora muchísimos años del Paseo la Plaza, de la Feria del libro y, sin darme cuenta, empecé a laburar al lado de ella. Desde que era chiquito ya conducía radio, estudié música desde chico, me dediqué muchos años a la recreación, formando líderes en tiempo libre y juegos en un club, y viajé e hice un montón de cosas, producción de grandes eventos, grandes homenajes a Tato bores, Jorge Guinzburg, Hugo Midón. Para mí esto es una extensión de nuestra mente porque encima Ezequiel también tiene una experiencia enorme en teatro, prensa, radio. Nos gusta divertirnos seriamente. Somos profesionales de la diversión.

EHD: Yo estudié cine, estudié radio, trabajé en radio en televisión y cine. Veo 70 obras de teatro por año, porque hago prensa, veo cosas buenas y no tanto. Y muchas veces veo el comportamiento de las audiencias. Soy fóbico a sentarme adelante; me siento atrás y me permite ver el público. Y muchas veces veo a las parejas, cuando veo que una pareja apoya la cabeza en el hombro de su chico o chica ya sé que se fue de la obra. Analizo mucho eso, soy muy obsesivo de la tecnología y trato de ver cómo usarla para el bien a través de mi amor por el teatro y voy mucho a todo tipo de espectáculos, tradicionales, participativos. Trato de hacer espectáculos y obras que no están, que me gustarían que estén e ir yo como participante. Hay un espectáculo que me gustaría hacer, lo hago yo mismo. Esa es mi formación y se cruza con los recursos de la radio, del tratar con personas, de producción, cosas creativas y todo se mezcla y confluye y se retroalimenta para todo.

*”Clavemos el visto. Experiencia teatral interactiva por WhatsApp”, en Teatro Metropolitan Sura (Av. Corrientes 1343). Funciones: Sábados a las 19 y 20:45 hs. Localidades: $450 en Plateanet.com o en la puerta del teatro.

Fuente: Infobae