Cómo nació I love NY, el logo copiado por todo el mundo

Impreso en remeras, gorras y tazas, el logotipo de Nueva York es el souvenir más icónico. Sus orígenes en la Gran Manzana.

Un alto índice de criminalidad, con docenas de robos y asaltos diarios, alrededor de 1.700 homicidios anuales, narcotráfico y suciedad y formaban parte de la oscura carta de presentación de la Nueva York​ de mediados de la década de los 70 del siglo pasado. La ciudad, sumida en una profunda crisis entre severos recortes presupuestarios -su deuda ascendía en 1975 a 14.000 millones de dólares- se había convertido en una sombra de lo que había sido.

La negativa del presidente Gerald Ford de salvar las arcas municipales de la bancarrota auguraba un futuro todavía peor. Edificios públicos emblemáticos, como la Grand Central Terminal, reflejaban con su dejadez la decadencia de Manhattan y el turismo, que había abandonado la ciudad, se encontraba en su punto más bajo.

El descontento de los funcionarios locales -entre los que se encontraban bomberos y policías- los llevó a publicar un controvertido folleto en el que bajo el título de Fear City (ciudad del miedo) pretendían mantener a los turistas alejados de localidad.

El Puente de Brookly, el que quieren cruzar hoy todos los turistas (Shutterstock)

El Puente de Brookly, el que quieren cruzar hoy todos los turistas (Shutterstock)

Ilustrados con un cráneo en la portada, los panfletos describían Nueva York en términos apocalípticos y añadían una serie de consejos en los que se recomendaba, entre otras cosas, no salir a la calle más allá de las 6 de la tarde, evitar el transporte público, no dejar objetos de valor en la habitación del hotel, o grabar los números de identificación en todas sus propiedades.

La campaña

Ante tal panorama, las autoridades del estado tomaron la decisión de impulsar una campaña encaminada a elevar la moral de los ciudadanos, combatir la publicidad negativa y limpiar la reputación de la urbe.

Para ello, contrató los servicios de Wells Rich Greene, una agencia cuya tarea inicial se centró en la “venta” de Broadway, acuñando un potente eslogan: I love New York.

Recuerdos para regalar con el logo histórico (Shutterstock)

Recuerdos para regalar con el logo histórico (Shutterstock)

Nadie dudaba de la fuerza del lema, pero, a todas luces, faltaba algo fundamental: un logo que permitiera identificar la campaña. El encargo de crearlo recayó en 1977 en Milton Glaser, un dibujante y diseñador que había triunfado la década anterior con algunas ilustraciones de Bob Dylan. El acierto se confirmó poco después, cuando presentó el boceto de lo que acabaría convirtiéndose en uno de los logotipos más imitados del mundo y todo un anticipo de los emoticones que hoy triunfan en las redes sociales.

Glaser unió la palabra Yo y la imagen de un corazón -en toda una declaración de amor- a las siglas de la Gran Manzana. La limpieza del logo, la claridad del mensaje y el optimismo que desprende lo convirtieron en un éxito total; en el ícono de una ciudad que fue adoptado no sólo por los neoyorquinos, que rápidamente se sintieron cómodos con él, sino también por el resto del mundo.

Los rascacielos iluminados por la noche, postal de la Gran Manzana (Shutterstock)

Los rascacielos iluminados por la noche, postal de la Gran Manzana (Shutterstock)

El más copiado

Prueba de ello es que, hoy, 43 años más tarde, luce como el primer día, identificando sin ningún género de dudas a Nueva York. Impreso en remeras, paraguas, llaveros, buzos, gorras o tazas es en sí mismo el souvenir más vendido de Manhattan, un must para cualquier turista que visite la ciudad.

La popularidad del logo hizo que haya sido utilizado y copiado en todo el mundo, lo que ha llevado al estado de Nueva York, que ostenta la titularidad de los derechos de autor -Milton se los cedió en su día- a emprender centenares de acciones legales.

La remera que compran los turistas en los gift shops (Shutterstock)

La remera que compran los turistas en los gift shops (Shutterstock)

Su papel en la recuperación de la imagen de la Gran Manzana ha sido determinante, y en momentos decisivos de la historia, como tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, ha sido utilizado como un símbolo.

Manhattan, con más de 67 millones de turistas, se ha convertido en una de las ciudades más visitadas de todo el mundo; atrás quedan los años de decadencia. Y es que hoy, más que nunca, el mundo ama Nueva York.

Fuente: Clarín