La llegada de la tecnología vestible trajo aparejada muchas características que ya están siendo aprovechadas por sus usuarios. Entre las funciones más usadas se destacan la posibilidad de llevar un exhaustivo control de la actividad deportiva realizada, observar las calorías quemadas en el día, la cantidad de pasos dados, pisos que hemos subido y hasta medir el ritmo cardiaco.
Si bien esta información puede ser tabulada y suministrada por nuestro smartphone, la proliferación de los relojes inteligentes y pulseras deportivas ofrecen hoy resultados más acertados y fiscalización en tiempo real.
Algo novedoso que incorporan estos dispositivos es la posibilidad de obtener información acerca de nuestro sueño. Entre otros resultados podremos observar la cantidad de horas dormidas y cuánto tiempo pasamos en cada una de las fases de sueño según el ritmo cardiaco. Tanto estos datos como la calidad de sueño obtenido resultan datos de especial interés a los que debemos prestar gran importancia.
Un estudio entre 18 países
Pero según un estudio realizado en todo el mundo por Fitbit, los argentinos tenemos un puntaje de sueño promedio sólido, pero en comparación con el promedio global de los usuarios de la firma, la Argentina ocupa el número 13 en calidad de sueño entre los 18 países usados en el comparativo. En este ranking, Francia, Nueva Zelanda e Irlanda ocupan los primeros puestos en obtener el mejor descanso. Así, la calificación de sueño promedio global de los usuarios de Fitbit es 75,4, mientras que los usuarios de Fitbit de la Argentina obtuvieron un promedio un poco más bajo con una calificación de 74,71.
Mientras que los usuarios de Fitbit en Nueva Zelanda e Irlanda obtienen la mayor cantidad de sueño en promedio a las 7 horas y 58 minutos por noche, y la mayor cantidad de sueño profundo a 1 hora y 9 minutos por noche, los usuarios de la Argentina obtienen resultados más bajos, pasando una hora y 5 minutos en sueño profundo, 4 horas y 5 minutos en sueño ligero, 1 hora y 23 minutos en sueño REM y 57 minutos despiertos cada noche. Peor que la Argentina y cerrando el ranking sobre 18 países medidos por Fitbit se encuentran Perú, Japón e India como los países en donde los usuarios peor duermen.
Las fases del sueño y su importancia
El Dr. Pablo L. López es Coordinador del Programa cognitivo-conductual para el tratamiento del insomnio de INECO y habló con LA NACION sobre este tema. «El sueño es un proceso esencial para el bienestar emocional, físico y cognitivo. En este sentido, cumple una función reparadora imprescindible para nuestro organismo, permitiendo la consolidación de la memoria y el aprendizaje, el equilibrio del sistema inmunológico, una mejor recuperación de enfermedades y lesiones y la regulación del ánimo. Dormir bien implica un sueño reparador acompañado de una sensación de bienestar y de descanso» indicó.
Consultada por LA NACION, la Dra. Stella Estelles, Médica Especialista en Neurofisiología de INEBA, dijo que «Existen dos grandes fases de sueño: no REM y REM. No REM es donde tenemos las fases de sueño superficial (1 y 2) y la 3 que es donde se da el sueño profundo, donde se produce el reciclado, donde se reacomoda y reactiva el sistema para el día siguiente. La etapa REM es la de los sueños, cuando soñamos. Es necesario tenerla. A veces no se recuerdan pero siempre los tenemos y se pueden dar en dos o tres oportunidades. Lo que sucede con la etapa REM es que, por lo general, nos acordamos solamente del último sueño pero eso no significa que no los hayamos tenido antes en el comienzo o promediando el dormir».
Qué significa descansar bien
«Un buen descanso significa cumplir las horas de sueño -explica la Dra. Estelles-. Lo ideal es dormir entre 7 y 8 horas de sueño nocturno, no diurno. El sueño diurno no sirve para nada. El sueño tiene que ser nocturno por la presencia del ciclo circadiano, que es el que rige las distintas etapas del sueño. Si pasan dos o tres días que uno no duerme bien, no pasa nada; pero si el mal descanso se convierte en un hábito, aparecen síntomas como irritabilidad, desgano, cansancio, falta de atención, cambio en el humor, se altera la parte cognitiva. Las consecuencias de un mal descanso son importantes. Puede haber incremento de la presión arterial (hipertensión) o de la glucemia en sangre, lo que significa que se puede desarrollar diabetes por tener una mala calidad de sueño».
Lograr un buen descanso es de suma importancia para encarar las diferentes actividades del día. «Dormir es tan fisiológico como alimentarse, es una necesidad fisiológica del organismo, es lo que necesita el cuerpo para reciclar y estar al día siguiente con las condiciones óptimas para enfrentar un día o una rutina normal» compartió Estelles.
¿Es bueno que el usuario fiscalice su sueño?
Una pregunta que puede venir aparejada a estos datos es la importancia que le dan los usuarios dedicados a observar diariamente su calidad de sueño mediante la información que arroja estos dispositivos.
Sobre este tema, el Dr. Pablo López asegura que «si bien hay una gran heterogeneidad en la precisión de estos dispositivos, son una forma sencilla y amigable de monitorear el sueño. La importancia radica en el uso que la persona hace de estos dispositivos, dado que cualquier intento de control excesivo del sueño se asocia a una mayor dificultad para dormir. Incluso las estrategias más saludables, como la meditación, suelen generar un efecto paradójico si lo que prevalece es la intención de control del sueño. El sueño es un fenómeno espontáneo y, como tal, cualquier intento por controlarlo es contraproducente».
Fuente: Franco Rivero, La Nación