Es un nuevo proyecto artístico que reunió, por primera vez, a 23 familias constituidas por reconocidos artistas de nuestro país para interpretar “No tiene olvido el amor”, la canción que Víctor Heredia compuso especialmente, a pedido de la institución, para rendir homenaje a las 85 víctimas fatales de la masacre, y transmitir el compromiso por la justicia y la memoria a las nuevas generaciones.
De manera coral, las familias de artistas que participaron del original proyecto creado y producido por AMIA, pusieron su talento al servicio de un mensaje esencial: la memoria seguirá viva solo si contamos aquello que pasó a quienes, por su edad, no tienen recuerdos, o nacieron después de que sucedieran los distintos hechos que nos marcaron como sociedad, y que conforman nuestra identidad colectiva.
La producción audiovisual, que se difundió a través de las redes sociales de AMIA, recurre a la música como poderoso canal de expresión y herramienta para construir y traspasar legados, especialmente sobre aquellas causas impunes que como sociedad no debemos olvidar.
¿Cómo se transmite la memoria de generación en generación? “La pregunta, que lleva implícita la necesidad y los esfuerzos para luchar contra el olvido, fue central para crear esta iniciativa que procura tender puentes con quienes no tienen memoria vivencial del ataque perpetrado el 18 de julio de 1994, y ayudar a cimentar la memoria colectiva, a partir de la transmisión compartida entre padres, madres, hijos e hijas de distintas generaciones”, destacó Elio Kapszuk, director de Arte y Producción de AMIA y responsable de esta acción.
Para interpretar la canción “No tiene olvido el amor”, la institución convocó a 51 artistas, unidos no solo por los lazos de sangre y la pasión por la música, sino también por el compromiso con la transmisión de la memoria.
Ellos son Víctor, Laura y Daniela Heredia; Teresa y Luciana Parodi; Alejandro Daniel Melingo y Félix Melingo Torre; Susana Rinaldi, Alfredo y Ligia Piro; León y Joana Gieco; Liliana Vitale y Juan Belvis; César y Dylan Lerner; Jairo y Yaco González; Adrián y Ruido Barilari; Marcelo “Corvata” y Juana Corvalán; Lito y Jano Vitale; Julia Zenko, Laura González y Elis García; Javier y Romeo Calamaro; Hilda Lizarazu y Mía Folino; Gladys “La bomba tucumana” y Tyago Griffo; JAF y Virginia Ferreyra; Peteco y Homero Carabajal; Sandra, Vane y Sol Mihanovich; Leo y Luna Sujatovich; Verónica Condomí y Emme; Juan Carlos, Joaquín y Fermín Baglietto; Paz Martínez y Mariano Paz y Ricardo y Vicky Soulé.
“Esta iniciativa artística que unió a padres y madres, hijos e hijas de diferentes generaciones –muchos de los cuales cantaron juntos por primera vez en una presentación pública– es una acción que nos permite sembrar semillas para que la memoria colectiva siga creciendo. También deja un poderoso mensaje porque el recuerdo y el reclamo de justicia siempre estará si la transmisión persiste de generación en generación”, resaltó Kapszuk.
“Toma mi mano con fuerza, acompáñame a mirar / Que aunque mil veces la rompan, sólo existe una verdad.” La poesía de Víctor Heredia, plasmada en cada verso de la canción que escribió especialmente para AMIA, deja de manifiesto que la construcción de la memoria debe ser un hecho activo y compartido.
A continuación, la letra de la canción que rinde homenaje a las 85 personas asesinadas en el atentado terrorista contra la sede de Pasteur 633. “Ochenta y cinco silencios resuenan en mi canción/ Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.”
No tiene olvido el amor
No tiene olvido el amor cuando construye esperanza,
Así es como la memoria funda una estrella sin par.
Pero también el dolor deja escurrir su nostalgia.
En ese espejo del tiempo se mira la humanidad.
En ese espejo del tiempo se mira la humanidad.
Toma mi mano con fuerza, acompáñame a mirar
Que aunque mil veces la rompan, sólo existe una verdad.
Ochenta y cinco silencios resuenan en mi canción
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Sé que mi abuelo soñó porque me contó mi padre,
así soñará algún día mi propia sangre al volar.
Nuestros hijos crecerán al amparo de esa historia.
En este espejo del tiempo se mira la humanidad.
En ese espejo del tiempo se mira la humanidad.
Toma mi mano con fuerza, acompáñame a mirar
Que aunque mil veces la rompan, solo existe una verdad.
Ochenta y cinco silencios resuenan en mi canción
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
No tiene olvido el dolor cuando hieren la esperanza
Por eso los que añoramos nos invitan a soñar
Que un día será el amor el que incline la balanza.
En ese espejo del tiempo se mira la humanidad.
En ese espejo del tiempo se mira la humanidad.
Toma mi mano con fuerza, acompáñame a mirar
Que aunque mil veces la rompan, sólo existe una verdad.
Ochenta y cinco silencios resuenan en mi canción
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Por eso cantamos hoy para que nadie se olvide
Que estamos hechos de historias que muchos quieren borrar
La justicia es una flor que tarda en crecer a veces.
Pero el día que florece marchita a la impunidad.
Pero el día que florece marchita a la impunidad.
Toma mi mano con fuerza, acompáñame a mirar
Que aunque mil veces la rompan, sólo existe una verdad.
Ochenta y cinco silencios… resuenan en mi canción
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Créditos
Idea y producción general: Departamento de Arte y Producción de AMIA
Letra y música: Víctor Heredia
Dirección musical: Lito Vitale
Producción ejecutiva: Virginia Taranto
Realización: Juan Belvis, Luciano Vitale y Agustín Intile
Foto fija: Cleo Bouza