De Las Toninas a tu Instagram: cómo llega la información al celular

Los cuatro pasos del recorrido de los datos en internet y los cables submarinos que salen desde uno de los balnearios de la costa Atlántica

1. Tu celular transmite a una antena

En la Argentina hay tres empresas que otorgan acceso a telefonía móvil y 443 de internet fijo, 44 de las cuales se encuentran en CABA. Las empresas son dueñas de los cables por los cuales transita la información y cuentan con antenas donde internet se conecta a los dispositivos móviles a través de ondas electromagnéticas.

2. De la antena al centro de distribución de datos

Una red de fibra óptica subterránea conecta las antenas con los centros de datos, en donde se encuentran los servidores que almacenan la información. Allí los datos de una empresa se conectan con los datos de otra a través de nodos de distribución de contenido. Son espacios que funcionan en grandes edificios donde se alojan servidores que almacenan información. Su capacidad depende de cuántos equipos instale cada compañìa.

3. Del centro de datos a Las Toninas

La mayor parte de la información viaja por cables submarinos. Esta información se distribuye desde el centro de amarre en Las Toninas, provincia de Buenos Aires. Este centro tiene 3500 m2, donde se alojan grandes salas con grupos electrógenos, equipos y cables submarinos y terrestres.

4. De Las Toninas al mundo

Ocho cables submarinos transportan la información que se envía desde aplicaciones como Facebook, WhatsApp o Instagram

Un colorido plato de comida. Una salida con amigos. Un paisaje atractivo. Todas son buenas excusas para congelar, al menos por 24 horas, en una story de Instagram. Estamos acostumbrados a compartir una foto en las redes sociales en un solo click sin pensar cómo funciona esa operación pero, para subir una imagen o video, el contenido atravesó una compleja e invisible ruta por donde la información circula a la velocidad de la luz.

Ese acto instintivo es uno de las tantas comodidades que tomamos de manera natural, como parte de nuestra vida en la ciudad. Sin embargo, al igual que la provisión de agua y electricidad, o la recolección de basura, hay todo un sistema que sostiene el servicio. Cuando falla, como ocurrió con la electricidad el último 16 de junio, esa dependencia queda expuesta.

El trayecto se puede resumir en cuatro pasos. Tu celular, utilizando un proveedor de internet, se conecta a una antena a través de ondas electromagnéticas. Desde ahí, se despliega una red de fibra óptica hasta los datacenter, donde se distribuye el contenido. Luego, el recorrido continúa hasta Las Toninas, la estación de amarre desde la que ingresan los cables submarinos que vinculan internet en la Argentina con otros países. Por último se produce el enlace internacional que llevará la información hasta las oficinas de Instagram, o la red social de tu preferencia, en San Francisco.

Internet es una enorme red que conecta otras redes para llevar contenido de un punto a otro. Para movilizar esa información, cada red cumple una función y se comunica con las otras a través del protocolo TCP/IP, una serie de comandos que operan como un lenguaje donde figuran los datos de los usuarios y se indica cuál es el camino por el que se deben conducir hasta llegar al lugar que buscan de la forma más conveniente.

Paso 1

El primer paso es contar con una conexión a internet. En la Argentina hay tres empresas de telefonía móvil -Claro, Movistar, Personal- y 443 de internet fijo. Según cifras de la secretaría de Gobierno de Modernización de la Nación, en el país 62 de cada 100 hogares tienen internet. La cifra es mayor en el territorio porteño, donde 109 de cada 100 hogares cuenta con el servicio (hay más conexiones que hogares).

Las compañías son dueñas de los cables por donde transita la información y cuentan con antenas o radiobases donde internet se conecta a los dispositivos móviles a través de ondas electromagnéticas. En el país hay 21.500 radiobases, de las cuales 2931 se encuentran en Capital Federal. Esas antenas se ubican en edificios o terrazas y deben ser autorizadas por el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) y el gobierno municipal que regula el uso del espacio, aunque el lugar donde instalarlas es decisión de la empresa de telecomunicaciones.

Paso 2

Las radiobases concentran flujos de comunicaciones, pero luego deben enlazarse con centros de datos que cuenten con mayor capacidad de transmisión. Para llegar allí, se desprende una red de fibra óptica por tierra que vincula distintos puntos de las ciudades con los datacenter de las operadoras. Estos espacios funcionan en grandes edificios donde se alojan servidores que almacenan información y su capacidad depende de cuántos equipos instale cada compañìa. Allí hay nodos de distribución del contenido y se conecta la información de una empresa con otra.

En los datacenter puede intercambiarse parte del contenido que luego se volcará en las pantallas de los celulares, sin necesidad de viajar hasta las oficinas del proveedor, pero eso dependerá de la demanda y el tráfico en ese momento. «Los nuevos hábitos de consumo de entretenimiento impulsan el incremento sostenido del volumen de tráfico y generan la necesidad de acercar el contenido al usuario final en las ciudades, entregándolo con mejor calidad y mayor velocidad, a través de puntos de intercambio de tráfico (IXP por sus siglas en inglés de internet Exchange Point) y caches de los principales generadores de contenido para evitar una latencia -tiempo de retardo de los datos entre un punto y otro- innecesaria. La latencia de un usuario en Argentina contra Estados Unidos es diez veces superior que resolviendo el tráfico localmente», sostuvo Ariel Graizer, presidente de la Cámara Argentina de internet (CABASE).

Según explicó Natalia Zuazo en su libro Guerras de Internet, la red tiene dueños que sostienen el funcionamiento de la infraestructura, los estándares (es decir, las reglas y los protocolos para que circule el contenido) y los recursos intermedios los dispositivos y los usuarios.Se estima que el 97% de las conexiones globales se realizan mediante cables submarinos de fibra óptica

Los dueños de la red se dividen en dos grupos: los proveedores de tránsito y los proveedores de contenidos. Los primeros son las empresas que instalan los cables de cables, fibra óptica, centros de datos, entre otras cosas, llamados ISP (Internet Service Providers por sus siglas en inglés). Estas son las firmas proveedoras de los servicios de internet o televisión por cable. Hay operadores que conectan enlaces entre los distintos países, como Century Link, que cuenta con más del 70% de la participación del mercado mundial. También existen operadores neutrales en red que son propietarios de la infraestructura y las alquilan a los prestadores del servicio.

Los proveedores de contenido son los programas de los dispositivos, las aplicaciones que se utilizan, las redes sociales o las plataformas, como puede ser Facebook, Instagram o Whatsapp.

«Se pueden conectar los servidores de un proveedor de tránsito de internet, como Iplan, Speedy o Fibertel, con un proveedor de contenidos como Facebook o Netflix. Cuando hablamos de redes, también hablamos de estas conexiones cruzadas que suceden, justamente, en los centros de datos. Y son tan importantes que a veces hay espacios destinados solamente a ellas. Las interconexiones se negocian en acuerdos llamados peering y también se hacen con empresas que ofrecen contenidos como Google o Facebook», señaló Zuazo en su libro.

Paso 3

Los cables que conectan los datacenter pueden desplegarse por tierra o de forma submarina, pero se estima que el 97% de las conexiones globales se realizan mediante cables submarinos de fibra óptica que luego llega a las ciudades por un cableado terrestre.

Para llegar desde cualquier punto de la Argentina a las oficinas de Instagram, en Estados Unidos, la información se debe conectar a un servidor de la red social y para eso transitará a través de cables hasta el centro de amarre de Las Toninas -el punto que Natalia Zuazo denominó el «kilómetro cero de internet en la Argentina».

La ubicación exacta del centro de Las Toninas se desconoce, principalmente por cuestiones de seguridad, pero sí se sabe que es un edificio de una planta, de aproximadamente 3500 metros cuadrados cubiertos donde se alojan grandes salas con grupos electrógenos, equipos y cables submarinos y terrestres.

Paso 4

De Las Toninas salen ocho cables que tienen un diámetro entre tres y siete centímetros. Dentro de ellos, hay fibras -se estima que son ocho aproximadamente por cada cable- del grosor de un pelo y su extensión es de entre 10.000 y 20.000 kilómetros. Desde ese punto se tomará una ruta internacional hasta las oficinas de Instagram, en San Francisco. Por ejemplo, uno de los cables, llamado SAC, que opera la empresa Centuty Link cruza Argentina, pasa a Chile, luego sube por el Pacífico hasta a Los Ángeles y toma la red terrestre hasta San Francisco. Entonces, además de tomar la vía desde Las Toninas, otro camino posible es circular por los enlaces internacionales que se conectan por la vía de Chile y Brasil, según explicaron fuentes de la secretaría de Gobierno de Modernización de la Nación.

«Los cableados están diseñados para que exista redundancia: el sistema tiene forma de anillo y cada salida terrestre cuente con otras vías de entrada y caminos alternativos» explicó Ernesto Curci, VP de servicios y gestión de redes de CenturyLink. La ruta que tome la información dependerá del lugar donde se encuentren los servidores y de la demanda que haya en ese momento.

El tiempo de viaje dependerá del ancho de banda que tenga el usuario y el tamaño del contenido a compartir. Por ejemplo, para un usuario con 1Mbps de ancho de banda y una foto de 100kB, el tiempo será de 0,8 segundos. En el país, el promedio de velocidad es de 17,38 Mbps, mientras que en la Ciudad esa estimación sube a 24,72 Mbps.

Según el índice global que elabora la empresa Speedtest sobre 140 países en relación con la velocidad de telefonía móvil, la Argentina se encuentra en el puesto 80, por debajo de Uruguay (60), Perú (66) y Brasil (78); y por encima de Chile (93), Bolivia (96) y Paraguay (109).

Fuente: Julia D’Arrisso, La Nación