Despegó la misión Juice a Júpiter y a sus tres grandes lunas oceánicas

Su objetivo es explorar en búsqueda de ambientes habitables para formas de vida extraterrestre.

El cohete Ariane 5, que transporta la misión europea Juice a Júpiter y a sus tres grandes lunas oceánicas, despegó este viernes desde el puerto espacial en Kurú, en Guayana Francesa, a las 12:14 GMT.

Después del retraso sufrido por meteorología adversa, Juice, equipada con diez instrumentos de última generación, emprende un largo y difícil viaje de ocho años hasta llegar al gigante gaseoso Júpiter y a sus satélites Calisto, Europa y Ganímedes para estudiar si reúnen condiciones de habitabilidad

La sonda espacial buscará determinar si, tal como las pruebas hasta ahora existentes así lo indican, los océanos tanto de Júpiter como de sus tres grandes lunas oceánicas –(Calisto, Europa y  Ganímedes)-, son potencialmente habitables, tendrá lugar mañana, viernes 14, a las 13:40 hora local (08:30 hora de la Argentina).

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El horario de despegue fue elegido especialmente por los responsables de la misión con el objetivo de que la sonda de 6 toneladas de peso que fue construida por la compañía Airbus en la ciudad francesa de Toulouse optimice al máximo el combustible, realizando una compleja coreografía interplanetaria en la que ganará velocidad usando la fuerza de gravedad de la Tierra, de la Luna y de Venus, en un total de cuatro sobrevuelos y ocho años de viaje por el espacio, ya que su llegada a Júpiter está prevista para mediados de 2031.

“La presencia de agua salada dentro de la capa de la luna Europa de Júpiter podría estar transportando oxígeno a un océano de agua líquida que está cubierto de hielo y podría ayudar a sustentar la vida humana”, explicaron desde ESA, acerca de esta misión que demandará una inversión nada menos que de 1.600 millones de euros y que involucra a unas 2.000 personas.

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Hace unos años hubiera dicho que era impensable encontrar seres vivos en este entorno, pero ahora sé que estamos cerca de conseguirlo”, afirmó la astrofísica española Luis María Lara, al diario El País de España.

Dotada con una decena de instrumentos científicos de última tecnología que fueron construidos especialmente para estudiar en profundidad los océanos, JUICE también cuenta con un radar que le permitirá explorar las capas exteriores de hielo sólido y detectar la presencia de pequeñas bolsas de agua líquida en el hielo.

Además, JUICE cuenta con varios magnetómetros que le permitirán a los científicos estudiar, con mucha profundidad, los campos magnéticos secundarios que son originados por la interacción de los océanos conductores, con el campo de Júpiter, al tiempo que también podrán suministrarles información muy importante acerca de la salinidad y de los volúmenes de los océanos.

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Los descubrimientos que pueda hacer esta sonda en las lunas galileana pueden cambiar la forma de pensar sobre estos mundos y la posibilidad de que haya vida en ellos”, señaló el científico francés Nicolás Altobelli, jefe de las actividades científicas de la misión.

Uno de los requisitos habituales es que haya oxígeno, pero ese gas no fue necesario para la aparición de vida en la Tierra primitiva. Otra cosa es que necesitas oxígeno para que aparezca vida compleja como la hay en la Tierra en la actualidad”, concluyó el especialista.

Por último, según explicó la ESA, más allá de los resultados que pueda llegar a obtener JUICE, una vez cumplida y finalizada su misión, en 2035 se dirigirá hacia la superficie de Ganimedes, donde se estrellará y se autodestruirá.

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La sonda de más de seis toneladas está instalada, con sus paneles solares replegados, en la parte superior del lanzador. Se separará del cohete 28 minutos después del despegue, a 1.500 km de altura, precisó el presidente de Arianespace, Stéphane Israël.

Juice iniciará su largo crucero rumbo a Júpiter, el mayor planeta del sistema solar, situado a 628 millones de kilómetros de la Tierra.

«Es uno de los objetos espaciales más complejos jamás enviados hacia el sistema solar externo», subrayó el director general de la ESA, Josef Aschbacher.

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Concebida por Airbus, Juice lleva diez instrumentos científicos (cámara óptica, espectrómetro de imaginería, radar, altímetro, magnetómetro…), protegidos de las temperaturas extremas por una cobertura de aislamiento de múltiples capas.

La sonda está también equipada con inmensos paneles solares de 85 metros cuadrados, para conservar la potencia en un ambiente donde la luz del sol es 25 veces más débil que en la Tierra.

La llegada está prevista para julio de 2031. El viaje se anuncia sinuoso porque no es posible alcanzar Júpiter a través de una trayectoria directa.

Una nave parte hoy hacia Júpiter para investigar si puede haber vida bajo sus  lunas heladas

La sonda tendrá que realizar complejas maniobras de asistencia gravitacional, que consisten en utilizar la fuerza de atracción de otros planetas como una catapulta.

Primero realizará un sobrevuelo Luna-Tierra, luego irá hacia Venus (2025), después regresará a la Tierra (2029), antes de tomar su impulso hacia el mastodonte del sistema solar y sus más grandes lunas, descubiertas por Galileo hace 400 años: Io, la volcánica, y sus tres compañeras heladas Europa, Ganimedes y Calisto.

El sistema de Júpiter tiene «todos los ingredientes de un minisistema solar», dijo Carole Mundell, directora de ciencias para la ESA. Su exploración «facilitará estudiar cómo funciona nuestro sistema solar y cómo se forman los planetas. Y tratará de responder finalmente a la pregunta «¿Estamos solos en el universo?», añadió la astrofísica.

El objetivo principal de Juice no es encontrar directamente la vida, sino medioambientes propicios para su aparición. Aunque Júpiter, planeta gaseoso, es inhabitable, sus lunas Europa y Ganimedes son candidatas ideales: bajo su superficie de hielo, hay océanos de agua líquida y solo el agua en estado líquido hace posible la aparición de la vida.

La sonda Juice debe llegar en 2034 a la órbita de Ganimedes, el mayor satélite del sistema solar y también el único que dispone de su propio campo magnético para protegerlo de las radiaciones.

La futura misión de la Nasa, Europa Clipper, tendrá como objetivo Europa.

Anteriores misiones espaciales sugieren la presencia, entre dos espesas capas de la banquisa de un gigantesco océano, «de varias decenas de kilómetros, mucho más profundo que los océanos terrestres», dice Josef Aschbacher.

Una de las preguntas es saber si el agua líquida allí presente interactúa con la superficie para poder absorber los componentes, que podrían entonces disolverse en nutrimentos, una de las condiciones para el desarrollo de un ecosistema.

Con un costo total de 1.600 millones de euros, Juice es la primera misión europea que explorará un planeta del sistema solar externo, que comienza más allá de Marte. «Es la misión de una década», subraya Aschbacher.

Su lanzamiento ocurre en plena crisis de los lanzadores en Europa, casi privada de acceso autónomo al espacio después de la salida de los cohetes rusos Soyuz de Kourou, los retrasos acumulados de Ariane 6 y el fracaso del primer vuelo comercial de Vega C.