El hábito diurno que bien realizado mejora la función cognitiva y disminuye la presión arterial

Diversas investigaciones científicas demuestran que tomar un descanso después del almuerzo tiene sus frutos en la salud


Forman parte de la cultura argentina y ayudan a recobrar energía. Las siestas se han convertido en un hábito indispensable para sobrellevar el día a día o para “recargar las pilas” los fines de semana. No obstante, no todos las consideran como un hábito positivo sino que circulan muchas dudas respecto de ellas, entre las que más se destacan: cuánto deberían durar, qué efectividad tienen y cuál es el momento ideal para emprenderlas.

Para pesar de quienes desconfían de su empleo y efecto en el organismo, en la actualidad está comprobado científica y médicamente que este hábito otorga múltiples beneficios para la salud. Un ejemplo es el caso de un grupo de investigadores suizos que en su estudio -publicado en la revista médica British Heart Journal- descubrió que tomar una siesta, al menos una o dos veces por semana, reduce el riesgo de ataque cardíaco. Al final del escrito los estudiosos concluyen en que este breve reposo colabora también con el fortalecimiento del sistema inmune y cardiovascular.

Aliada del bienestar cognitivo

“Me voy a dormir una siesta para ver si se consolidan los conceptos que estudié para el examen de mañana”, son varias las personas que seguramente recuerden haber pronunciado esta frase en su etapa académica o al menos, haberla escuchado. El mito popular sostiene que, cuando uno está cansado/tensionado por tantas horas de estudio y detecta que los conceptos no quedan en la mente, tomar una siesta ayuda a fijar lo leído en el cerebro.

Prueba de ello es un estudio publicado en el British Medical Journal que indica que dormir tan solo cinco minutos por la tarde mejora la memoria y mantiene el cerebro más ágil. Al observar a los participantes de la investigación, los profesionales detectaron que luego de descansar en medio del día, las personas mejoraban la función cognitiva, orientación, lenguaje y podían almacenar una mayor cantidad de información en su memoria.

 El mito popular sostiene que, cuando uno está cansado/tensionado por tantas horas de estudio y detecta que los conceptos no quedan en la mente, tomar una siesta ayuda a fijar lo leído en el cerebro
El mito popular sostiene que, cuando uno está cansado/tensionado por tantas horas de estudio y detecta que los conceptos no quedan en la mente, tomar una siesta ayuda a fijar lo leído en el cerebroJoyseulay – Shutterstock

En cuanto a su proclamado poder de reparación, investigadores de la NASA señalaron que hacer tandas de siestas de 30 minutos en el espacio producía un efecto restaurador en los astronautas ya que en el espacio exterior un descanso profundo de ocho horas es casi imposible de lograr. Esto ocurre por las alteraciones endógenas y ambientales del sueño, la reducción del mismo debido a las exigencias del trabajo y el hecho de que se rodean de pura oscuridad, que hacen en conjunto que sea inviable dormir allí varias horas de corrido.

1- ¿Hace bien dormir la siesta?

Sí, y prueba de esto son los cientos de artículos científicos que ponen en evidencia sus varios beneficios. “Es cierto que para un estudiante dormir la siesta probablemente lo ayude a estar en alerta y asentar los nuevos conocimientos”, reconoce Daniel Pérez Chada (M.N. 47085), director de la Clínica del Sueño del Hospital Universitario Austral (HUA) y profesor adjunto de Medicina de la misma institución. El profesional asegura que “todo momento de descanso es beneficioso para la salud” ya que mientras uno duerme baja la presión arterial y disminuye el ritmo cardiaco. “Está más que comprobado que las siestas cortas son beneficiosas para la salud en general”, enfatiza.

2- ¿Cuánto tiempo debería durar una siesta?

El Dr. Pérez Chada explica que las siestas tienen un lado positivo y otro negativo; “el bueno está vinculado a las siestas que duran entre 20-40 minutos. Con este tiempo de descanso, la persona puede obtener todos los beneficios mencionados anteriormente”, dice. Sin embargo, advierte que, en el lado negativo, si se duerme más de ese intervalo de tiempo se comienza a consolidar el sueño, uno se levanta en las etapas de ensoñación avanzada lo que hace que se altere la arquitectura del sueño. “A esto lo llamamos inercia del sueño y se produce cuando la persona se levanta de golpe y tarda mucho tiempo hasta llegar al estado de alerta. Por eso, se sienten más agotados de lo que estaban antes de acostarse”, dice.

3- ¿Cuál es el mejor momento del día para la siesta?

“Definitivamente debe ser en las primeras horas de la tarde, porque si se duerme cerca del horario nocturno se interfiere con la conciliación del sueño en la noche”, destaca el profesional. Además, explica que existe una excepción a esta regla en los casos de personas que trabajan en horario nocturno; a estos se les recomienda descansar unas horas antes de iniciar su trabajo para tener más energía.

4- ¿Por qué me acuesto y no puedo conciliar el sueño?

En ciertas personas es muy común querer tomar una siesta, poner la alarma, acostarse y no poder dormirse. Minutos más tarde, vuelve a sonar el reloj y la persona termina preguntándose por qué no logró descansar y peor aún, por qué perdió tiempo intentándolo. “Esto tiene que ver con que la persona acumula tensión y estrés entonces le cuesta más dormir. No puede dejar de pensar en los problemas de su vida y eso provoca que no pueda detener la rumia mental”, dice Pérez Chada. Para tratarlo aconseja practicar técnicas de relajación para inducir al sueño o realizar un tratamiento con enfoque en lo cognitivo conductual para resolver el problema en profundidad.

Por último, el especialista hace hincapié en que las personas con hábitos de sueño saludables se acuestan y levantan casi siempre a la misma hora -tanto en el momento de la siesta como en el de sueño nocturno- y evitan tomar bebidas con cafeína o alcohol en las horas previas al momento de descanso.

Es recomendable evitar las bebidas con cafeína o el alcohol en las horas previas al momento de descanso
Es recomendable evitar las bebidas con cafeína o el alcohol en las horas previas al momento de descansoShutterstock. – Shutterstock

10 mandamientos de la higiene del sueño para adultos

Se trata de un conjunto de pautas creadas por los especialistas que conforman la World Sleep Society que tras años de investigación y observación de pacientes sintetizaron las reglas fundamentales para obtener un descanso óptimo, tanto durante el día como de noche.

  • Establecer un horario regular para depertarse e irse a dormir
  • Si se tiene la costumbre de tomar siestas, que no excedan los 40 minutos
  • Evitar la ingestión excesiva de alcohol cuatro horas antes de acostarse y no fumar
  • Evitar la cafeína seis horas antes de acostarse
  • Evitar consumir alimentos pesados, picantes o azucarados cuatro horas antes de dormir
  • Hacer ejercicio regularmente, pero no un rato antes de acostarse
  • Usar ropa de cama cómoda y acogedora
  • Encontrar una configuración de temperatura de sueño cómoda y mantener la habitación bien ventilada
  • Bloquear todo el ruido que distrae y eliminar la mayor cantidad de luz posible
  • Reservar la cama para dormir y el sexo, evitando su uso para el trabajo, las comidas o la recreación en general

Fuente: Victoria Vera Ziccardi, La Nación