Algo está pasando con las nuevas opciones nocturnas en Buenos Aires y alrededores y es que la música está tomando centralidad en varias de las propuestas. El abanico de posibilidades va de la multiplicación de los listening bars (espacios donde se puede escuchar música en alta definición o en formatos analógicos como el vinilo) a ciclos matutinos en cafeterías como las coffee raves, hasta llegar a los piano bar, una especie de actualización de los “cantobares” de antaño –guiño para los +40–. Básicamente, son lugares donde la gente se reúne a tomar algo, conocer a otros, pasar un buen rato y cantar al pie un piano, por supuesto.
“Conocí el concepto de piano bar en Nueva York, yo volví después de seis años, me vine a Buenos Aires, me junté con mi socio que es un amigo de la infancia y me dijo que quería hacer algo con música. Le dije: ‘Hagamos un piano bar, que no hay más, se extinguieron y en Buenos Aires vendría bien que la gente pueda ir a cantar y volver a conectarse’. Entonces lo armamos, ya van a ser tres años pronto. Estamos en Retiro, en el centro, que es una zona que había muerto básicamente después de la pandemia. Nos la jugamos y abrimos ahí, después empezaron a abrir más lugarcitos nuevos en la zona”, cuenta Marcos Arévalo, músico y uno de los dueños de El Legado (Paraguay 374), pionero en aggiornar y recuperar el legado del piano bar en Buenos Aires (abre todas las noches como un piano bar, no como un ciclo).
Además, el local está emplazado en una zona del centro que se está revitalizando con la apertura de nuevos restaurantes y galerías de arte. Allí también se puede comer y beber, y no es necesario reservar.
“Se llama así porque justamente de lo que se trata es de la unión de la gente que viene a ser protagonista del show, no a escuchar callados, se trata de ese recuerdo nostálgico. A mí me gusta decir que El Legado es una máquina del tiempo en la cual la gente viene y viaja a los mejores momentos de su vida, los mejores recuerdos, es una máquina que tracciona nostalgia y el corazón del lugar es el piano; el público es esa nafta que hace que funcione y que bombee”. ¿Qué es lo más se puede escuchar? “Canciones de la Argentina, del rock nacional, internacionales, de todo un poco, con alguna que otra cara conocida: estuvo Ciro [Andrés Ciro Martínez] que cayó de sorpresa hace poco, y también tocó Beats Modernos, banda tributo a Charly integrada por Rosario Ortega, Zorrito Von Quintiero y Fernando Samalea”.
Público y artistas
Mientras tanto, en la otra punta de la ciudad, en el barrio de Chacarita, la energía de cantar junto a otros en vivo también se contagia con Sandwich Piano Bar. Un evento que se hace en la vinoteca Lucrecia Vinos (Av. Jorge Newbery 3519), únicamente los miércoles, donde se juntan músicos profesionales y gente que simplemente ama la música en una experiencia colectiva donde se borran los límites entre público y artistas. “Nos juntamos a tocar y cantar canciones que amamos. Cada miércoles programamos a cuatro o cinco artistas. Algunos tocan y cantan, algunos vienen con pianista. Y algunos, también, dejan el micrófono para que lo agarre alguno de los asistentes. De cualquier modo, lo que se impone en este evento es una forma de canto colectivo por sobre cualquier individualidad, e incluso cuando vienen músicos de cierta popularidad o renombre, lo que más disfrutan es cantar con todos, una situación de horizontalidad bastante atípica para ellos. La clave del éxito de este tipo de propuestas es la posibilidad que dan de compartir una experiencia de encuentro real a través de la música”, explica Hernán Siseles, organizador del ciclo, periodista, realizador y productor audiovisual.

Si bien la propuesta es relativamente nueva –comenzó hace solo dos meses– ya se ha vuelto un programa popular los miércoles en la zona, con distintos músicos de diversos perfiles que han acompañado, como Joaco Burgos, Indios, Potra, Alina Gandini, Marina Wil, Julia Varela, Rodrigo Soler, Guilo Villar, Odín Schwartz, Martín Ameconi, Tom Apkiewicz y bastante repercusión en redes sociales.
El evento es de entrada gratuita y sin reserva. ¿Cómo suena Sandwich Piano Bar? “Lo que más se escucha es rock nacional, pero también hay lugar para el tango, el folclore, la cumbia, los Beatles, Queen, Bowie… Vale todo lo que la gente tenga ganas de tocar y cantar”, dice Siseles.
Finalmente, en Palermo, el restaurante Aldo’s (Arévalo 2032) también tiene su espacio de piano y open mic de la mano de sus dueños, Aldo Graziani y Migue Cuberos, los días viernes. Allí, la música, el vino y cantar “esas que sabemos todos” generan un ámbito de encuentro, entretenimiento y diversión.
La movida de la cava
¿Alguien se imagina cantando dentro de una cava? La Cava Elisabeth Checa, con más de 600 etiquetas seleccionadas, es el spot elegido para crear el nuevo concepto que impulsan desde Aldo’s: el Cava Piano Bar. “Todos tenemos necesidad de juntarnos, cantar y brindar, quizás más aún en los tiempos de individualismo que corren”, comenta Graziani, el empresario gastronómico con más de tres décadas de experiencia en el negocio de la hospitalidad y el vino, pero también experto en combinar música y gastronomía (está al frente de Bebop Club, un espacio que según la opinión de varios músicos, está a la altura de los mejores clubes de jazz del mundo).
Con poco más de un mes organizándose, el Cava Piano Bar funciona como complemento de Aldo’s Restaurante, ofreciendo un tapeo especial para acompañar la extensa selección de vinos y tragos. “El open mic provoca que cada uno se sienta y pueda ser protagonista, disfrutando no solo con sus amigos sino con todo aquel que participe del encuentro, eligiendo qué cantar acompañado por un piano y un entorno de calidad, de excelente servicio y calidez. Así, la fiesta en Cava Piano Bar tiene tres componentes: el vino, cantar y relacionarse cara a cara en un mundo de extrema virtualidad”, concluye Graziani.
Fuente: La Nación