Los restos del Titanic, el trasatlántico que se hundió en 1912, fueron golpeados en julio del año pasado por un submarino de una empresa británica. Si bien la expedición fue mundialmente conocida, el accidente no trascendió hasta enero de este año. El periódico británico The Telegraph asegura que el Gobierno de EE.UU. contaba con la información desde el primer momento y decidió no difundirla.
En declaraciones a la prensa, Rob McCallum, líder de la expedición, admitió que el sumergible Triton de última generación chocó con el Titanic en julio cuando «corrientes intensas y altamente impredecibles» causaron que el piloto perdiera el control. De todas formas, señaló que los daños fueron menores.
«Intentamos mantenernos alejados del Titanic, pero tuvimos que acercarnos para depositar dos muestras científicas. Accidentalmente hicimos contacto una vez mientras estábamos cerca de la brecha del casco de estribor, una gran parte del casco que sobresale», agregó.
La expedición fue organizada por EYOS Expeditions, una empresa de aventuras con sede en la Isla de Man. Científicos de la Universidad de Newcastle fueron parte del equipo que integró la primera inmersión en el Titanic en casi 15 años.
Al regresar, la expedición tuvo una masiva difusión al revelar que la bañera del famoso capitán, Edward Smith, había desaparecido dentro de los restos del trasatlántico.
Disputa judicial
La difusión del accidente ocurre en un contexto en el cual la empresa RMS Titanic Inc le pedirá permiso a un juez para recuperar objetos preciosos ocultos dentro del Titanic. Si bien la compañía invoca derechos legales para tomar esa acción, su plan se contrapone con los intereses de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), la agencia meteorológica del gobierno de EEUU, que tiene competencia sobre los fondos marinos.
De esta forma, RMS Titanic Inc realizará una presentación ante el Tribunal de Distrito de Easten Virginia, planteando que la agencia meteorológica del gobierno de EE.UU. estaba al tanto de lo sucedido con el submarino británico, ya que un observador de ese organismo estaba a bordo de la nave de superficie al momento del accidente y tardó más de cinco meses en admitir la colisión en un informe oficial.
La empresa exige que la agencia norteamericana aporte los videos del hecho y exige que se expliquen «las razones por las cuales el Tribunal y RMS no fueron informados antes, así como la causa y el efecto de las colisiones».
Por su parte, un portavoz de la agencia meteorológica de EE.UU. afirmó que se enteraron del accidente una vez que accedieron al informe de la empresa organizadora de la expedición y manifestaron que le recordaron a la compañía que debía proporcionar una copia del informe al Tribunal y a RMS, lo que hicieron el 8 de enero de 2020.
Fuente: La Nación