La mayoría de las mujeres de la Argentina utiliza algún método anticonceptivo. De hecho, ocho de cada diez (78%) se ocupan de cuidar su salud sexual, reproductiva y no reproductiva. Cuatro de cada diez (39%) lo hace con preservativo, que continúa siendo el más utilizado, seguido por tres de cada diez que usan pastillas anticonceptivas. Así lo reveló un estudio que aporta estadísticas sobre un tema aún poco explorado.
Los datos surgen del “Estudio Lucía”, una investigación cuantitativa y cualitativa, que analiza las prácticas, los conocimientos y las creencias sobre anticoncepción y la salud sexual y reproductiva en mujeres de 15 a 49 años en la Argentina. Las autoras fueron Silvina Ramos y Mariana Romero, investigadoras del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes)
A las pastillas anticonceptivas, que son utilizadas por poco más de un tercio de las mujeres encuestadas (34%), les siguen la ligadura tubaria, también conocida como ligadura de trompas, un procedimiento quirúrgico que consiste en cortar, anudar o sellar las trompas de Falopio para bloquear el paso de los óvulos hacia el útero y prevenir el embarazo. Una de cada diez mujeres (13%) optó por este método. Mientras que en las más jóvenes (de 15 a 19 años) apenas un 1% lo eligió, en quienes tienen entre 30 y 39 se incrementa a un 22%, al igual que entre las de 40 a 49.
Por el contrario, el implante subdérmico, que ocupa con un 11% el cuarto lugar de los métodos elegidos, es utilizado en una mayor proporción por las jóvenes, sin diferencias en términos de nivel socioeconómico y nivel educativo. Es el tercer método más reportado entre las mujeres de 15 a 19 años (27% lo usa actualmente) y por las de entre 20 y 29 años (20%).
En tanto, un 15% de las encuestadas contestó no usar actualmente ningún método anticonceptivo durante sus relaciones sexuales y un 9% respondió que jamás utilizó ninguno.
El uso reportado de los métodos anticonceptivos de larga duración –como los inyectables, el DIU de cobre y el DIU hormonal (SIU)– es inferior al 6%.
Pese a que las mujeres en edad fértil representan un tercio de la población, según los datos del último censo, comparada con otros países de América Latina, la Argentina no tiene tradición en relevamientos de este tipo. Solo cuenta con información de la Encuesta Nacional sobre Salud Sexual y Reproductiva, realizada en 2013 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
De acuerdo a esos datos, ocho de cada diez mujeres o varones utilizaban métodos anticonceptivos en aquel año. Los métodos más utilizados, según manifestaron entonces la mitad de las mujeres, eran los hormonales: pastillas, inyectables, parches o implantes. Y le seguían los métodos de barrera como el preservativo y el diafragma, con un 30%. Entre los varones, un 49% utilizaba anticoncepción de barrera, y un 38% anticonceptivos hormonales.
“Hacía muchísimos años que en la Argentina no disponíamos de información confiable sobre un tema que es clave para la generación de políticas. La última y única encuesta es de 2013. Y era una encuesta que no cubría todos los aspectos. Estábamos en un claro déficit”, afirmó Ramos, investigadora titular del Cedes.
“La anticoncepción no es un tema muy complejo. Es un tema simple: se sabe lo que hay, se sabe lo que hay que hacer, los datos ahora están, pero creo que lo que es importante comprender para quienes tienen que tomar decisiones de política pública es que la información está, hace falta voluntad política y sostenimiento”, planteó.
Y remarcó: “La política anticonceptiva no sirve si es espasmódica, si es desigual, sino que sirve para nutrir, resguardar los derechos de las personas y contribuir a la inclusión social de las mujeres, particularmente si es igualitaria, equitativa y sostenida. Esas son las oportunidades por las que debemos velar”.
El estudio, basado en una encuesta realizada de manera online a 2000 mujeres en esa franja etaria de todo el país, fue liderado por el Cedes con la colaboración técnica de la Asociación Médica Argentina de Anticoncepción (Amada) y llevado adelante con el apoyo de Bayer.
Cómo los eligen
Un 93% de las mujeres afirma que el método que utilizan actualmente es el de su preferencia. Un 39% elige junto a la persona con quien tiene relaciones sexuales qué método anticonceptivo utiliza, mientras que un 37% lo hace de forma individual. Ramos marcó este como uno de los datos interesantes que reveló el estudio. “El hecho de que ‘empataban’ la cantidad de mujeres, cuatro de cada 10, que decidían solas con aquellas que lo hacían con la pareja sexual nos permite al menos hipotetizar y debatir de si esto está expresando de alguna manera un cambio cultural respecto a la autonomía de las mujeres. Permite pensar que hay algo que está pasando en la sociedad argentina que merece nuestra consideración”, analizó.
El 50% de las encuestadas recibió asesoramiento sobre anticonceptivos en el último año, y, de ellas, siete de cada 10 lo recibió a través del sistema de salud y a través de un profesional en el marco de una consulta médica solicitada.
El estudio demuestra que las mujeres van a buscar información y prefieren obtenerla por profesionales de la salud. Cuando tienen una duda en primer lugar prefieren sacar turno con un especialista (59%), seguido por la búsqueda en internet (54%) y en tercer lugar, asistir al hospital o una guardia (26%). En ese sentido, las especialistas destacaron la aparición de nuevos canales de información como las redes sociales y cuentas de influencers o especialistas que se ubicaron en cuarto lugar con un 20% de las mujeres que suelen utilizar ese recurso cuando quieren informarse.
“Quieren información de los médicos, pero a veces es difícil ese acceso y es nuestra responsabilidad también tomarnos el tiempo para hacer esa asesoría. Tenemos que saber qué, cómo y a quién para ayudarlos mejor”, señaló Marisa Labovsky, médica ginecóloga y presidenta de la Federación Internacional de Ginecología Infanto Juvenil.
Y consideró que los médicos también deben aprovechar e involucrarse en estos nuevos canales. “Las adolescentes nacieron en la tecnología, pero las grandes también. Casi todos aunque no tengan dinero tienen acceso a un celular, a la tecnología, entonces todos googlean la información. Ahí tenemos que aprovechar y usar buenas instagrammers, tiktokers. Recomendar los médicos y quienes atendemos a adolescentes y adultas jóvenes buenos sitios de información porque ese es un problema, cuando reciben información no científicamente validada e información que es para todas por igual cuando cada cuerpo es distinto”, apuntó.
En ese sentido, el estudio cita como principales referentes destacadas a la Lic. Cecilia Ce, psicóloga, sexóloga clínica y escritora; la médica ginecóloga Carolina Milito y la médica tocoginecóoga feminista Fabiana Taul.
A la vez, las especialistas también apuntaron que no observaron diferencias significativas en el acceso a la información y destacaron el rol de la Educación Sexual Integral (ESI). “Ha sido un gran igualador de las posibilidades de acceso a la información que tienen las personas, sobre todo las personas más jóvenes. No vimos grandes disparidades por nivel socioeconómico respecto de la información, a veces lo hay respecto de la cobertura de salud, porque sabemos que hay métodos que las obras sociales son más reticentes a cubrir a pesar de que están en el Plan Médico Obligatorio, entonces las personas terminan yendo al hospital público, pero no vimos grandes diferencias en torno al conocimiento”, señaló Romero, investigadora titular CEDES-Conicet.
La ESI fue instrumentada mediante la ley N° 26.150, sancionada en 2006, para garantizar el acceso a la educación sexual de niñas, niños y adolescentes en todas las escuelas del país. Actualmente, es una de las iniciativas cuestionada por el presidente Javier Milei y otros referentes libertarios que consideran que sirve para adoctrinar jóvenes y podría ser desfinanciada en 2025.
Fuente: Lucila Marin, La Nación