Estudiantes de la UBA le ganaron por primera vez a EE.UU. en una competencia sobre Derecho Internacional Humanitario

En la final competían con abogados profesionales; el equipo que representó a la universidad pública argentina habló sobre la experiencia

Fueron parte de la Cruz Roja Internacional en medio de un campo de detención, asesores de un Ministro de Defensa que daban la cara ante preguntas incisivas en un show televisivo y abogados especializados en Derechos Humanos que debían justificar una ley de amnistía. Maia Czarny, Candelaria Vito Farrapeira y Santiago Rodríguez Chiantore son los estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires que asumieron esos roles en el marco de una importante competencia internacional que ganaron destronando por primera vez a Estados Unidos.

Durante casi una semana y de manera virtual, -el 13, 14 y 20 de marzo pasados-, Maia (de 22 años), Candelaria (25) y Santiago (22) lograron superar diferentes situaciones en el marco de un supuesto conflicto entre diferentes países y grupos armados ficticios. Así, representando a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), lograron que por primera vez una universidad latina ganara la competencia “Clara Barton” sobre Derecho Internacional Humanitario.

La competencia

Esta competencia regional se desarrolla entre 17 equipos universitarios -principalmente de academias militares y universidades estadounidenses-, y este año es el segundo en el que la UBA logra participar (la primera vez fue en 2018). El certamen cuenta con un jurado de profesionales de la Cruz Roja Internacional, militares, jueces y fiscales que fueron parte de juicios en tribunales internacionales y que se prestan al juego de rol que está dirigido a estudiantes avanzados de derecho, ciencias políticas, relaciones internacionales, academias militares.

Debido a que la competencia se presenta como un juego de rol, Santiago, Candelaria y Maia debían ponerse en el papel de diferentes actores que intervenían en los conflictos internacionales
Debido a que la competencia se presenta como un juego de rol, Santiago, Candelaria y Maia debían ponerse en el papel de diferentes actores que intervenían en los conflictos internacionales

En este tipo de actividad cada equipo debe aplicar sus conocimientos teóricos y prácticos de Derecho Internacional Humanitario (DIH), así como las nociones generales de Derecho Internacional Público, Derecho Internacional Penal y Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

El equipo que representó a la UBA fue seleccionado en octubre de 2020 por el comité de selección de la Facultad, y sus integrantes fueron acompañados por un equipo de docentes y exparticipantes de competencias afines coordinados por el profesor Emiliano Buis en un proceso de preparación que incluyó diversas simulaciones sobre situaciones hipotéticas de conflicto armado.

El triunfo, a lo argentino

“Estamos muy orgullosos de la universidad pública, desde el momento en que quedamos elegidos para competir pensamos que era un honor poder devolverle un poco a la facultad todo lo que hizo por nosotros”, dice Maia a LA NACION, quien se graduó el año pasado, mientras que sus compañeros cursan el último año de la carrera.

Entre las academias militares y universidades de Estados Unidos participantes se encontraban American University Washington College of Law, Georgetown University Law Center, University of California, Los Angeles (UCLA), así como universidades de Brasil y Perú.

“El solo haber sido parte de la competencia ya era un orgullo para nosotros, representar así a la UBA frente a universidades y academias militares importantes de Estados Unidos. Como dos de nosotros somos estudiantes de grado y enfrentamos estudiantes de maestría, como los de Loyola, fue una experiencia muy gratificante”, suma Santiago, cuyo hogar, en Belgrano, fue el lugar desde donde el equipo se conectaban de manera virtual al certamen, sin la presencia de los docentes.

“Todos los años la competencia se realiza en Washington, pero por la pandemia este año fue virtual. Lo positivo es que se pudo invitar a fiscales y jueces internacionales muy importantes de varios países, ya que se conectaban desde sus casas”, explica el joven.

-¿Cómo comenzó la competencia?

-Santiago: Se partió de un conflicto armado entre diferentes estados y grupos armados, todos ficticios, que iba escalando a medida que avanzaban las rondas. Antes de presentarnos, nos llegaba un documento con información que teníamos que preparar en una hora con los datos y las particularidades del conflicto y el rol que íbamos a tener. Fuimos los asesores legales del Ministro de Defensa que evaluaba llevar a cabo ataque armado, también tuvimos que cumplir el rol de abogados de un organismo de derechos humanos, hicimos de delegados de la Cruz Roja que iban a entrevistar a prisioneros de guerra en un campo de detención y evaluar si se cumplía con la legalidad y sus derechos. Nosotros hacíamos un análisis jurídico en base a esa información y entrábamos en la ronda donde éramos evaluados por los jueces.

Así se veía el Zoom en el que interactuaban con los jueces de la competencia y otros estudiantes
Así se veía el Zoom en el que interactuaban con los jueces de la competencia y otros estudiantesGentileza UBA

-¿El que tuvieran que hablar solo en inglés fue un desafío más para ustedes?

-S: Fue una dificultad más, sobre todo porque la gran mayoría de los equipos eran estadounidenses. Pero fue algo que practicamos mucho previamente.

-Candelaria: Sí, además nos la pasamos también viendo películas y series sobre conflictos internacionales para habituarnos también al vocabulario. Vimos Reporte clasificadoBlack Earth RisingLa noche más oscuraBeast of no Nation… Nos sirvió además para ver cómo se van armando los conflictos.

-¿Se sentían seguros antes de la competencia?

-C.: Sentimos mucho estrés al principio por todo lo que estudiamos, quienes competían son todas personas de posgrado, gente que le dedicó toda su vida a lo militar, nos sentíamos fuera de nivel y nos preocupaban varias cosas como el idioma que claramente no es nuestra primera lengua, pero la verdad una vez que nos juntamos como equipo en la casa de Santiago ya arrancamos a disfrutar completamente.

-¿Cuán estresante y cuán divertido fue?

-C.: Es estresante porque estas preparada, pero te pueden saltar con cualquier tipo de pregunta. Igual, fue muy divertido todo porque los jueces, que es gente experta en sus campos de trabajo, se sumaban al juego de simular y actuar las situaciones, y te hacían creer el papel que estabas recreando.

-¿Después de las rondas preliminares, cuáles fueron los desafíos que tuvieron que enfrentar?

-Maia: El sábado 20 llegamos a la semifinal y competimos contra una academia militar que se llama a United States Military Academy (West Point) y tuvimos que hacer una asesoría legal en cuanto a la aplicación del derecho humanitario al momento de evaluar los ataques en un caso hipotético de conflicto armado y pudimos llevar casos de la vida real, pudimos nombrar fallos y aplicar el derecho. Una hora más tarde nos avisaron que pasamos a la final y festejamos un montón.

Estudiantes de la Facultad de Derecho de la UBA ganaron una competencia contra profesionales de otra universidad de Estados Unidos
Estudiantes de la Facultad de Derecho de la UBA ganaron una competencia contra profesionales de otra universidad de Estados UnidosGentileza UBA

-¿Y en la final?

-M.: Nos tocó competir con la Universidad de Loyola, de Chicago, que como había tenido un mejor desempeño que nosotros pudo elegir el rol que cada parte tendría en el desafío final. Se trató sobre la aprobación de la Ley de Amnistía para personas que habían cometido crímenes de guerra a lo largo del conflicto armado que veníamos analizando. Loyola eligió el rol de ir en contra de la amnistía y quería juzgar y condenar a estas personas. A nosotros nos tocó lo más difícil, pedir esa amnistía y mantenernos dentro de un marco legal. Entonces fue que en el último minuto fuimos por una solución mucho más creativa y pro derechos humanos. Propusimos, por ejemplo, hacer una Comisión de la Verdad en conjunto con esa Ley de Amnistía, pero que fuera parcial y no total, así podía aplicarse solo a los cargos más bajos y no a los jerarcas responsables de toda esa situación.

– ¿Se valieron de casos o jurisprudencia que haya surgido y ocurrido en la Argentina?

-C.: Mencionamos la Ley de Amnistía argentina, un discurso de [el ex presidente Raúl] Alfonsín al respecto y en una oportunidad también hicimos mención a que en el Juicio a las Juntas se juzgó de manera negativa que no se identificaran correctamente los fallecidos ni los lugares de entierro, lo cual es parte de la práctica internacional que permite alegar que existe una regla de costumbre internacional respecto de la correcta identificación y entierro de las víctimas de los conflictos armados. La verdad es que la Argentina no tiene mucha jurisprudencia o doctrina en el tema, lo que también es una dificultad para nosotros porque es una realidad más lejana que para el resto de los participantes.

– ¿Qué dijeron los jueces ante su propuesta de amnistía?

-M.: Los jueces estaban bastante conformes, pero aun así sabíamos que nuestro rol era bastante distinto a lo convencional. Fue una alegría cuando anunciaron que ganamos y que Loyola quedó en el segundo puesto porque es la primera vez que una universidad latina gana este premio, más frente a jueces que admiramos por sus tareas en el derecho.

-¿Cuál creen que fue la clave para ganar la competencia?

-C.: Siento que lo pudimos dar todo y jugar el rol. Como latinoamericanos, si bien a veces nos juega en contra, somos personas carismáticas y sentí que era algo que a los estudiantes de las otras universidades les faltaba, quizás a la hora de explicarle tu estrategia a los jueces. A veces en el medio de la simulación se daba un evento disruptivo, como le dicen ellos, que cambia toda la situación y te enterás de información nueva. Creo que al ser más descontracturados y estar listos para cualquier cosa, podíamos estar preparados para cambiar alguna estrategia. Por ejemplo, fuimos miembros de un gabinete de ministros en un show de periodismo y te ponían en el foco para contestar preguntas sin un minuto para pensar. Siempre fuimos rápidos y seguimos las consignas.

Fuente: Paula Soler, La Nación