Fatiga Zoom: qué es y por qué afecta más a las mujeres

Expertos identificaron las razones del agotamiento que causan las videoconferencias. Cómo evitar el estrés de las videollamadas.

Las videollamadas permiten compensar el aislamiento social provocado por el coronavirus. Durante los momentos más complicados de la pandemia, estas herramientas ayudan a mantener las relaciones sociales y también mantener reuniones laborales a pesar del trabajo a distancia.

Pero lo cierto es que, aunque a priori pudiese parecer una solución ideal, estos encuentros digitales causan estrés. Es lo que se conoce como “fatiga Zoom”, una extenuación mental derivada de esta nueva forma de comunicarse que pone a tu cerebro al límite.

Un reciente estudio realizado por expertos de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, y la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, reveló que el uso de Zoom no sólo provoca fatiga sino que ésta además afecta más a las mujeres que a los varones.

La investigación marca los mecanismos que la provocan: espejo de la ansiedad; estar físicamente atrapado; la hiper-mirada desde una cuadrícula de caras fijas; y la carga cognitiva de producir e interpretar señales no verbales.

La evaluación de unos 10.591 participantes demostró que el uso diario predice la cantidad de fatiga. ¿Por qué la reportan más las mujeres? Porque ellas tienen más reuniones y pausas más breves entre estos encuentros que los hombres.

Dinámica específica

Durante el último año, miles de millones de conversaciones que de otro modo habrían tenido lugar cara a cara, pasaron a ser virtuales. Dado que es probable que las videoconferencias sigan siendo una parte importante del futuro del trabajo y el estudio, y una forma de mantenerse conectado con amigos y familiares, es importante comprender los factores que pueden conducir a la fatiga Zoom.

También es importante examinar está afectando a diferentes partes de la población más que a otras. Por ejemplo, según el Informe Global de Brecha de Género 2021, la pandemia de Covid-19 afectó a las mujeres más severamente que a los hombres, lo que llevó a la intensificación de inequidades de género en el empleo, la productividad, el cuidado de los niños y la salud mental. Los investigadores encontraron también que las mujeres lucharon más con la ansiedad por la imagen corporal y por regular la dieta y el ejercicio.  

Esta transición masiva de interacciones físicas a digitales planteó preocupaciones sobre los efectos psicológicos por esta sensación de agotamiento asociada con el uso de videoconferencia. «La fatiga del Zoom puede deberse a complejidad de la dinámica espacial específica que tiene lugar en las videoconferencias o por esfuerzo cognitivo adicional para interactuar con otros en este contexto», señala Lucía Crivelli, del Servicio de Neurología Cognitiva de Fleni.

El efecto es más agotador para las mujeres. De las 10.322 personas encuestadas para el estudio, alrededor de 1 de cada 7 mujeres (13,8 por ciento) informó sentirse “muy” o “extremadamente” fatigada después de las llamadas de Zoom, en comparación con alrededor de 1 de cada 20 hombres (5,5 por ciento).

Según Crivelli, «muchísimas personas están sufriendo la fatiga Zoom, debido al uso excesivo de las plataformas digitales» y ésta se produce en parte por «los mecanismos relacionados con el aumento de la carga cognitiva y con el comportamiento no verbal en este nuevo entorno de comunicación».

«La disponibilidad y la proximidad de señales no verbales contribuye a la comunicación interpersonal, el juicio social y al desempeño de tareas. Si bien la comunicación no verbal puede ser inconsciente y espontánea durante las interacciones en persona, las videoconferencias requieren intencional esfuerzo y atención para producir e interpretar la comunicación no verbal. Eso afecta más a las mujeres porque están más pendientes de su propia imagen«, sugiere la experta del Fleni.

Consejos para grandes y chicos 

Para evitar esos síntomas, la especialista dio una serie de consejos:

  • Iluminar la cara y poner la computadora a la altura del rostro.
  • Usar un fondo simple.
  • Usar el mute si no se está hablando.
  • Poner una pausa de diez minutos entre reuniones y que éstas no duren más de 45 minutos.
  • Para los chicos, hacer la escolaridad en un único lugar de la casa.
  • También en los chicos se sugiere usar el modo de galería y ver a todos los compañeros a la vez y no verse a sí mismos.
  • Complementar las reuniones virtuales con presenciales
  • Los padres pueden ponerles algo para garabatear para que no se distraigan.

Fuente: Clarín