Isabel Allende: «de la sexualidad después de los 70 nadie quiere hablar»

“Me dicen que es obsceno imaginar parejas viejas haciendo el amor; bueno, no lo imaginen, pero sucede”, subraya la destacada escritora chilena quien habló no solo sobre su último libro, “Mujeres del alma mía”, sino también sobre la pandemia, los feminismos, la coyuntura chilena y su vida en los Estados Unidos.

Cada 8 de enero de hace 39 años, Isabel Allende hace lo mismo: empieza a escribir un libro. La cábala le quedó de aquel 8 de enero de 1981 cuando en una cocina de su exilio en Venezuela comenzó a escribirle una carta a su abuelo y dio vida un año después La casa de los espíritus, aquella fascinante novela –la primera de la autora, que hasta el momento trabajaba como periodista– que cosechó millones de lectores en todo el mundo y, desde entonces, convirtió a la escritora chilena en la más leída en lengua española. Mantiene la fecha “para llamar a la suerte”.

El 8 de enero de este año fue doblemente gratificante: terminó de escribir Mujeres del alma mía, un libro de memorias personales por las mujeres que marcaron su vida, de reciente publicación en el mundo hispanohablante, y además comenzó a escribir una nueva novela que ya está terminando y de la que aún no quiere adelantar ni una sola palabra. Sólo una cosa la desvela: qué comenzará a escribir el próximo 8 de enero. “Ya veremos, ya veremos”, dirá en una entrevista telefónica con Clarín, desde su casa de San Francisco, en Estados Unidos, donde vive desde fines de los ‘80.

–¿Cómo sobrellevás la pandemia por coronavirus y las elecciones en Estados Unidos?

–Ha sido una montaña rusa de emociones, antes y durante la elección, y ahora Trump que no se quiere ir: va a haber que sacarlo a patadas a este caballero. La situación es tensa. Comenzó el invierno acá, hay una nueva ola del virus. Estoy en California, donde en el verano pasamos los peores incendios de la historia, con días de puro humo. Ha sido un año difícil, pero para mí no es difícil, porque estoy acostumbrada a estar encerrada, callada y sola, así que fue perfecto para la escritura. Aunque no tengo nada para empezar el próximo año.

–¿La pandemia no inspira como tema?

–Estoy segura de que me va a inspirar a mí y a muchos otros, pero se requiere tiempo, cuando uno está en el hoyo del huracán es difícil crear algo. Creo que hay que verlo con cierta distancia y perspectiva. Siempre he pensado que podría haber escrito “La casa de los espíritus” durante el golpe militar, en 1973. Pero lo hice en 1981, necesité la distancia emocional y el tiempo.

Isabel Allende vive en San Francisco, Estados Unidos, desde fines de los 80. Foto Lori Barra, gentileza.

Isabel Allende vive en San Francisco, Estados Unidos, desde fines de los 80. Foto Lori Barra, gentileza.

–Justamente, ¿se puede trazar un puente entre aquella gran novela, que fue tu primer libro, y estas memorias, por los temas que aparecen, el rol de las mujeres, la dictadura, los feminismos, las crisis económicas?

–No había hecho la relación, lo otro es ficción y esto es un ensayo vivencial, casi una memoria, pero es cierto que hay temas que se repiten. No solo en este libro, se han repetido en varios de mis libros. Como el golpe militar fue una encrucijada que determinó una buena parte de mi vida, ese tema recurrente de estar desplazada, de ser forastera, el golpe militar, de la violencia, del poder con impunidad, vuelve a repetirse con distintas caras en muchos de mis libros. Supongo que uno siempre escribe sobre lo mismo.

–¿Cómo ves la situación actual de Chile con el cambio de la constitución?

–Lo veo como un momento de gran esperanza. Hay muchas expectativas. Fue una constitución creada e impuesta por Pinochet, sin consulta popular, pero después hubo gobiernos democráticos que le agregaron y le quitaron partes, pero básicamente el neoliberalismo a ultranza que impuso la dictadura permaneció y ha creado en Chile una tremenda desigualdad económica y social. Hay un 1% que tiene demasiado y hay una enorme clase media que vive a crédito. Vas en Santiago o cualquier parte de Chile a comprar las verduras del día y te preguntan si vas a pagar en cuotas. En Chile, todo está privatizado, la educación, la salud, el agua potable que tomas, eso se debe cambiar. Pero lo más importante es que al consultar a la gente para redactar una constitución democrática, todo el mundo tiene voz. Entonces, tiene que ser una constitución incluyente y que estén todos representados, por ejemplo, los pueblos originarios, los indígenas, que nunca han tenido voz y han estado en guerra permanente contra la república y con razón.

“Le doy poca importancia a la fama. Esta vida privada que tengo, en esta casa chiquita, con mi marido y mis dos perros, escribiendo, eso es lo que quiero, no quiero más”.

"Le doy poca importancia a la fama.  Esta vida privada que tengo, en esta casa chiquita, con mi marido y mis dos perros, escribiendo, eso es lo que quiero, no quiero más".

Isabel Allende

ESCRITORA

–Sos chilena, pero naciste en Perú, que también viene de días convulsionados con un poder acéfalo en este momento.

–Hay protestas en todos lados. Aquí, en Estados Unidos, con el #BlackLivesMatter ha habido miles de personas en las calles. Creo que es un problema global, es como una mancha que se va repartiendo por todos lados, porque vivimos con los sistemas políticos, económicos, con las instituciones creadas en el siglo XIX y ya estamos en el siglo XXI y no sirven. Los jóvenes no creen en el sistema político, no creen en la justicia, no creen en el sistema legislativo y por qué van a creer, si no funcionan.

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–Vivís en Estados Unidos y siempre te declaraste “una eterna extranjera”, ¿qué opinás sobre las políticas migratorias en ese país?

–Soy forastera, pero estoy legalmente. Tengo una Fundación que trabaja en la frontera, con gente inmigrante que pide asilo. Al otro lado de la frontera, hay campos de refugiados, porque eso es lo que son, en condiciones subhumanas. Si una familia cruza la frontera, separan a los niños de las madres, los ponen en los centros de detención, hay fotografías de los niños enjaulados, hay 541 niños que llevan más de tres años cuyos padres no los pueden ubicar, porque no llevaron cuenta de a quién se lo quitaban.

–¿Nos deja algo bueno la pandemia?

–Saldrá la vacuna, esto se va a controlar en algún momento y vamos a tener una nueva normalidad. Creo que los resultados de esta experiencia global que hemos tenido los vamos a ver en el tiempo, no se van a ver inmediatamente, pero esta experiencia de que algo que le pasa a una persona en una aldea en China y el mundo entero se ve afectado y paralizado por un virus es algo nuevo. Hemos tenido pandemias, pero nunca con esta sensación de estar conectados. Creo que a la larga esta experiencia nos va a enseñar que somos una sola familia humana y que tenemos que pensar en términos globales cómo vamos a repartirnos nuestra exposición en este planeta, que es un planeta frágil, que no podemos abusarlo más.

–El título del libro es un guiño a Inés del alma mía, otra de tus novelas.

–En realidad, este libro empezaba con Inés del alma mía como una feminista del 1541, una mujer analfabeta, en una época en que las mujeres valían menos que el ganado, sin ninguna libertad, educación, nada, que se viene a conquistar América nada menos. Mientras los demás buscaban oro, ella adquiría tierra, plantaba, compraba vacas, viajó a Chile no por el oro ni la gloria, sino por amor. Empecé este libro pensando en ella como primera feminista, pero después me di cuenta de que no era un buen ejemplo para una feminista de hoy, porque andaba matando indígenas, andaba con armas en las manos, y no es eso lo que queremos. El título original era Qué queremos las mujeres, pero resulta que hay un libro de Erica Jong que se llama así. Finalmente, quedó Mujeres del alma mía y tuve que sacar a Inés.

–Homenajeás a distintas mujeres, desde Michelle Bachelet a Panchita, tu mamá, pero de tus personajes femeninos de ficción, ¿le tenés más cariño a alguno?

–Un personaje que no me abandona porque está basado en mi abuela es Clara de La casa de los espíritus. Pero hay otros que se personajes que se parecen entre sí: Inés del alma mía se parece mucho a Zarité, de La isla bajo el mar, y a Eliza, en La hija de la fortuna, son personas mujeres que nacen con todo en contra, que no tienen nada, que no saben escribir muchas veces, y que se las arreglan, apañan y salen adelante contra viento y marea. Ese personaje con distintas caras y nombres está siempre en mis libros. Es como un demonio recurrente.

–Desde tu columna sobre cómo «civilizar al troglodita» en la revista Paula a la actualidad, ¿qué cambios percibís para las mujeres o los hombres?

–Algo hemos conseguido las mujeres. Hay conciencia de lo que es la masculinidad tóxica, lo que es el machismo y las mujeres jóvenes que se benefician de lo obtenido por sus madres y abuelas ya no aguantan lo que aguantaban nuestras madres y abuelas. De repente suceden cosas, como cuando sucedió lo Anita Hill en los Estados Unidos, la mujer que declaró contra el candidato a la Corte Suprema Clarence Thomas y dijo que él la había acosado sexualmente en el trabajo. Nunca se había hablado del acoso sexual, se daba por sentado que una mujer que trabaja tiene que aguantar que la toquen, que la traten mal, que le falten el respeto y a veces que la violen. Perdió, pero hizo historia. A partir de ese momento el acoso sexual pasó a ser un término, pasó a ser parte de la narrativa feminista y se extendió por el mundo. Años más tarde, hay leyes contra eso. Suceden cosas que marcan hitos y se avanza, pero cuesta.

"Ell feminismo es una sublevación contra la autoridad masculina", dice Allende, de 78 años. Foto Lori Barra, gentileza.

«Ell feminismo es una sublevación contra la autoridad masculina», dice Allende, de 78 años. Foto Lori Barra, gentileza.

–“No exagero al decir que fui feminista desde el kindergarten”, es la frase que da inicio a un libro, ¿por qué molesta tanto el feminismo?

–Porque es un desafío, una sublevación contra la autoridad masculina, contra el patriarcado. El objetivo final del feminismo es derrotar al patriarcado y crear un sistema de gerencia en el mundo en que hombres y mujeres tengan paridad en esa gerencia y tengan el mismo peso. Eso es una sublevación tremenda, nadie cede el poder por las buenas, hay que arrebatárselo.

–En el libro también abordás el tema del amor y la sexualidad a los 78 años, ¿te parece que es un tema tabú que no aparece en las narrativas actuales?

–En mis últimos libros vengo hablando de esto. Debe ser porque ya estoy vieja, tengo 78, pero no me siento vieja, me siento mayor, claro, de lo que era hace 20 años, pero anciana no me siento para nada, siento que tengo la misma energía, la misma curiosidad por el mundo, la misma fuerza para seguir mis proyectos, mis propósitos y para enamorarme. Pero sí me dicen con frecuencia que de eso no se habla, que es un poco obsceno pensar en parejas viejas haciendo el amor, nadie quiere imaginarlo. Bueno, no lo imaginen, pero sucede.

–No en tu caso, pero es un tabú entonces.

–Parece que sí, que la gente no quiere hablar de eso. En el libro menciono a Eva Ensler, cuando sacó los Monólogos de la vagina. Vagina era una palabra que no se mencionaba, era un tabú, era como que uno tenía una zona neutra entre el ombligo y las rodillas que no tenía nombre y que uno ni siquiera sabía lo que había ahí. Y ella lo sacó a la luz y ahora forma parte del discurso normal.

“Me es muy grato ser best seller. Me ha abierto muchas puertas, significa que escribo un libro sin tener que preocuparme si va a ser publicado o no, porque los mismos editores que publicaron ‘La casa de los espíritus’ en 43 idiomas me van a publicar cualquier cosa que escriba”.

"Me es muy grato ser best seller. Me ha abierto muchas puertas, significa que escribo un libro sin tener que preocuparme si va a ser publicado o no, porque los mismos editores que publicaron 'La casa de los espíritus' en 43 idiomas me van a publicar cualquier cosa que escriba".

Isabel Allende

ESCRITORA

–¿Qué importancia le das a la fama?

–Poca, estoy muy contenta de tener tantas lectoras y de poder llegarles a tantas mujeres. Lo que sucede en círculos externos no tiene nada que ver con la vida privada de uno, sobre todo ahora en la pandemia que estoy encerrada y no tengo que hablar en público. Antes cuando llenaba un teatro, ahí se veía qué es ser popular, pero ahora me doy cuenta que desaparece la popularidad con un pequeño virus y no pasa nada. Esta vida privada que tengo, en esta casa chiquita, con mi marido y mis dos perros, escribiendo, eso es lo que quiero, no quiero más.

–¿Te ha molestado ser best seller?

–No, al contrario, me ha abierto muchas puertas, significa que escribo un libro sin tener que preocuparme si va a ser publicado o no, porque los mismos editores que publicaron La casa de los espíritus en 43 idiomas me van a publicar cualquier cosa que escriba, así que en ese sentido me es muy grato. Todas las mañanas cuando abro mi correo y veo el chorizo de cosas a contestar, me da pánico; por otro lado, pienso estos son mis lectores, me están tendiendo la mano, me están preguntando algo y contesto todo. La primera vez eso sí, no mantengo correspondencia con nadie.

–Pero recordemos que a tu actual marido lo conociste así.

–¡Sí! Me oyó por la radio y me escribió y le contesté y me siguió escribiendo. En general no contesto porque no se puede tener correspondencia con todo el mundo, pero este señor escribió durante cinco meses, todas las mañanas y todas las noches, dime tú, el tipo se las traía.

–¿Que estás leyendo?

–Barack Obama escribió una memoria de los primeros cuatro años de su presidencia y el segundo tomo, que está por salir, son los segundos cuatro años. El libro se va a publicar simultáneamente en muchos idiomas, un lanzamiento internacional esta semana. Para el español, me pidieron que lo entrevistara, leí el libro de 768 páginas en inglés (906 en español). Me pasé la semana entera leyendo eso, tomando nota, apuntando las preguntas. Me entretuve con el libro, me recordó cosas que parecían historia antigua y sucedieron no hace mucho. Y que todavía afectan.

–Un regreso a la Isabel Allende periodista.

–¡Sí! De vez en cuando, de vez en cuando. Es un amor el Obama. Al final de la entrevista le dije que lo hallaba muy chulo, ¡y me dijo que se lo iba a decir a la Michelle!

Allende Básico

Lima, Perú, 1942. Vivió su infancia en Chile y después del golpe a Salvador Allende (primo hermano de su padre), se exilió en Venezuela. Desde 1987, vive en California, Estados Unidos. Inició su carrera como periodista en Chile. En 1982, a los 40 años, publicó su primera novela, La casa de los espíritus, y se convirtió en una de las escritoras más leídas y vendidas de Latinoamérica. Su obra ha sido traducida a 40 idiomas y ha vendido más de 70 millones de ejemplares en todo el mundo. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura de Chile (2010), el Premio Hans Cristian Andersen en Dinamarca (2012) y fue la primera escritora en lengua española en obtener la medalla de honor del National Book Award, en Estados Unidos. Entre sus títulos, se destacan De amor y de sombra (1984), Eva Luna (1987), El plan infinito (1991), Paula (1994), Inés del alma mía (2006), Largo pétalo de mar (2019) y el reciente Mujeres del alma mía (2020).

Fuente: Clarín