La ONU lanzó la mayor alerta sobre el medio ambiente: la crisis climática se aceleró y el planeta se calentará 1,5 grados centígrados en 19 años

Los científicos advirtieron que crece la velocidad y la escala del calentamiento planetario. Y estiman que sus consecuencias se verán a muy corto plazo si no se toman medidas urgentes. En Sudamérica ocasionará sequías y olas de calor.

El IPCC proyecta que se superará un calentamiento global de 1,5°C en el futuro próximo (entre 2021 y 2040) y se mantendrá por encima de esa temperatura hasta el final del siglo

El futuro llegó y es muy poco alentador: la crisis climática, causada por el hombre, que genera en vastas regiones de la Tierra gran inestabilidad hará que la temperatura promedio global suba 1,5ºC en la década de 2030, varios años antes de lo pronosticado hasta el momento. Así lo advierten los principales científicos del mundo, según un informe histórico que se acaba de publicar.

El documento, elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, es la advertencia más dura hasta ahora sobre la velocidad y la escala del calentamiento planetario.

El IPCC proyecta que se superará un calentamiento global de 1,5°C en el futuro próximo (entre 2021 y 2040) y se mantendrá por encima de esa temperatura hasta el final del siglo, en todos los escenarios, excepto en el de emisiones más bajas. En este último, el planeta se mantendrá por debajo de 1,5°C, tras un rebasamiento temporal de menos de 0,1°C, antes de que se elimine el carbono de la atmósfera y las temperaturas vuelvan a bajar.

¿Qué significa esto? Depende del escenario que se analice en términos de alza térmica. Si se toman en cuenta los impactos, la Tierra donde vivirán nuestros hijos y nietos en los próximos años sufrirá mayores sequías, eventos extremos con más frecuencia, alza de los niveles del mar con riesgo para ciudades costeras y graves efectos económicos para actividades como la agricultura y la ganadería. Y ecosistemas frágiles, como los corales, podrían desaparecer.

“El informe del IPCC subraya la importancia de atajar los gases de efecto invernadero, como el metano. El ganado rumiante y los arrozales inundados son fuentes agrícolas clave de estas emisiones. Los esfuerzos de mitigación deben centrarse en la gestión de la demanda, incluyendo el cambio a dietas con más cereales, legumbres y verduras. La producción ganadera debería realizarse mediante sistemas de pastoreo integrados, como los silvopastoriles, que ayudan a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero al capturar el dióxido de carbono en los árboles y el suelo.”, indicó Miguel Taboada, científico del suelo y del clima de la Universidad de Buenos Aires.

El Acuerdo de París establece como objetivo que el aumento de la temperatura para finales de siglo no supere los 2°C y preferiblemente no ascienda por encima de 1,5°C. Pero, en esto, el informe del IPCC es contundente: tanto 1,5°C como 2°C se superarán durante el siglo XXI a menos que se reduzca profundamente la emisión de dióxido de carbono (CO2), junto con otras emisiones de gases de efecto invernadero (GEI, causantes del cambio climático), hasta llegar a un nivel neto cero en torno a 2050 o después.

Para que se comprenda bien: estamos en una situación que no tiene precedentes en la historia de la especie humana. La última vez que la temperatura de la superficie de la Tierra superó los 2,5°C (en comparación con los niveles preindustriales) fue hace más de 3 millones de años.

Según el reporte del Grupo de Trabajo I, denominado AR6, el ritmo de calentamiento se está acelerando: las temperaturas de la superficie del planeta han aumentado más rápido desde 1970 que en cualquier otro período de 50 años durante, al menos, los últimos 2000 años.

En 2019, las concentraciones atmosféricas de CO2 fueron más altas que en cualquier momento en, al menos, 2 millones de años. A su vez, las concentraciones de metano y óxido nitroso, ambos GEI significativos, fueron más altas que en cualquier momento en al menos 800.000 años.

Los responsables políticos ya han visto las conclusiones, que culminaron el sábado por la noche, que han sido objeto de un intenso debate online durante dos semanas por parte de expertos de todo el mundo, y que representan ocho años de trabajo de los principales científicos.

Diann Black-Layne, líder de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS, por sus siglas en inglés) indicó: “Es fundamental actuar a corto plazo para paliar los peores impactos climáticos provocados por el hombre. El principal obstáculo no es el dinero, no es la tecnología, no es la voluntad política: es el resultado del miedo de una industria dominada por los hombres a perder su poder. Se trata de un problema que hay que reconocer y abordar. La industria de los combustibles fósiles es la encarnación de la desigualdad de género y de ingresos, ya que un sector dominado por los hombres recibe cada año subvenciones fáciles por valor de más de 600.000 millones de dólares para destruir nuestro planeta, mientras que, en comparación, los Fondos Climáticos de Naciones Unidas reciben 2400 millones de dólares al año para salvarlo.”

Precisamente la industria petrolera ha sufrido varios embates este año: la propia Agencia Internacional de Energía recomendó dejar de invertir ya mismo en nuevos pozos petroleros, sean tradicionales o utilizando el fracking, los Estados Unidos acaban de anunciar un impulso a la motorización eléctrica en los próximos años y el mayor responsable señalado por otro reporte internacional es el metano, otro de los GEI.

Este gas rico en carbono, producido a partir de la cría de animales, los pozos de gas de esquisto y la extracción de petróleo y gas convencional mal gestionada, calienta el mundo de forma mucho más eficaz que el dióxido de carbono -tiene un “potencial de calentamiento” más de 80 veces superior al del CO2-, pero tiene una vida más corta en la atmósfera, ya que persiste durante aproximadamente una década antes de degradarse en CO2.

Lo que también deja claro este nuevo reporte es la urgencia de las acciones: cuanto más pasemos de 1,5°C, mayores serán los riesgos imprevisibles y graves que se acumularán en nuestro mundo. Estos puntos de inflexión podrían producirse a escala global y regional, incluso para un calentamiento global dentro del rango muy probable de los escenarios de emisiones considerados. No se pueden descartar respuestas bruscas y puntos de inflexión del sistema climático, como un fuerte aumento del deshielo en la Antártida y el retroceso total de los bosques.

¿Ya llegamos al punto de no retorno? Para los científicos, aún no. Sin embargo, no queda mucho tiempo. Con políticas proactivas para combatir el cambio climático, el CO2 seguirá aumentando y se estabilizará hacia mediados de siglo, para luego empezar a disminuir, con la caída más pronunciada justo antes del final del siglo. El metano y el dióxido de azufre continuarán aumentando y comenzarán a disminuir a mediados de siglo. El óxido nitroso presenta una tendencia al alza y no disminuye hasta bien entrada la segunda mitad del siglo. Con los planes actuales, la mejor estimación es de 2,7°C en 2100.

“El nuevo informe del IPCC muestra las opciones que podemos tomar hoy para que el mañana sea más seguro para todos. En todo el mundo, el reto es cambiar la matriz energética. En Brasil, donde gran parte de la energía ya es limpia, el desafío es eliminar toda la deforestación, la principal razón por la que el país es el sexto mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo. La mejor ciencia del planeta nos está mostrando que el presidente Jair Bolsonaro eligió el camino de la catástrofe y eso es lo que no podemos aceptar: los intereses electorales y sectoriales no pueden prevalecer sobre el bien común de la Nación”, opinó Maurício Voivodic, director ejecutivo de WWF-Brasil.

A fines de noviembre se realizará la postergada cumbre de cambio climático (COP26) en Glasgow, Escocia. Allí deberán terminar de definirse los mecanismos de intercambio que propone el Acuerdo de París. No quedan dudas de que las acciones deben ser tomadas rápidamente. Así lo dice, claramente la ciencia.

La ONU lanzó una alerta porque se aceleró la crisis climática

Algunos efectos de la crisis climática hallados en el reporte:

– La mayor parte del planeta ya está soportando temperaturas extremas (incluyendo olas de calor), desde América del Norte, Europa y Australia hasta grandes partes de América latina, el este y oeste de África del Sur, Siberia, Rusia y toda Asia. Algunos de los recientes extremos cálidos habrían sido extremadamente improbables sin la influencia humana.

– Si bien se sabe menos sobre las sequías, hay pruebas suficientes que demuestran que el noreste de Sudáfrica, el Mediterráneo, el sur de Australia y la costa oeste de América del Norte, en particular, se enfrentan a un aumento de este fenómeno.

– El norte de Europa, algunas zonas de América del Norte y el sur de África están sufriendo un aumento de las precipitaciones, pero se necesitan más datos para conocer la situación en otros lugares.

– Es probable que la proporción global de ciclones tropicales de categoría 3-5 haya aumentado en los últimos 40 años. Existe un alto grado de confianza de que el cambio climático inducido por el hombre significa que los ciclones tropicales traen consigo precipitaciones más pesadas e intensas.

La ONU lanzó la mayor alerta sobre el medio ambiente: la crisis climática  se aceleró y el planeta se calentará 1,5 grados centígrados en 19 años -  Noticias de Bariloche

Sequías y olas de calor extremas: cuáles serán los cambios en Sudamérica con 1,5 grados más de temperatura

La ONU alertó que se acelera el calentamiento global. El fenómeno tendrá efectos devastadores en la región como derretimientos y eventos climáticos más frecuentes

La ONU alertó que el planeta se calentará 1,5 grados en los próximos 19 años. El fenómeno tendrá consecuencias devastadoras para Sudamérica: eventos extremos más frecuentes, suba de la temperatura media en la zona de los Andes centrales y en la Patagonia, derretimiento de la Antártida, mayores sequías y olas de calor más extremas.

Así lo detalla el Grupo I del reporte AR6 elaborado por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) que se conoció hoy y que contiene miles de páginas con proyecciones científicas pasadas y futuras que evalúan el impacto de las actividades humanas en la Tierra.

“El calentamiento que estamos viviendo hoy en día es irreversible. Como resultado de esta influencia en el clima estamos observando cambios generalizados, rápidos, que se están intensificando en todas las regiones del mundo. Hoy no existe región en el planeta en que no estemos observando estos cambios. Hay muchos cambios que son irreversibles. En particular la Antártida. El aumento del nivel del mar es irreversible a escala humana y no humana”, explicó Maisa Rojas Corradi, climatóloga, académica de la Universidad de Chile, directora del Centro de Ciencias del Clima y la Resiliencia (CR)2, autora principal Coordinadora del informe del IPCC (AR6) en diálogo con periodistas de América Latina.

El reporte elaborado por 234 científicos de 66 países advierte que, si bien reducciones fuertes y sostenidas de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero limitarían el cambio climático y beneficiarían rápidamente en la calidad del aire, podrían pasar de 20 a 30 años para que las temperaturas globales se estabilicen.

El futuro ya llegó: el planeta se calentará 1,5 grados centígrados en 19  años - El Miércoles Digital

Los científicos sostienen que deben existir primero políticas públicas para limitar y eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero

“La temperatura global superficial en 1,1ºC también es irreversible en nuestra escala de tiempo, no así en cientos o miles de años. La podemos limitar una vez que lleguemos a emisiones netas cero”, agregó la científica.

Los últimos eventos extremos de calor en el hemisferio Norte, así como las inundaciones de megaciudades como Nueva York, Pekín o Londres, son solo muestras de cómo la crisis climática afecta la biodiversidad en el planeta.

El informe estima que es “prácticamente seguro” que los extremos cálidos (incluidas las olas de calor) se han vuelto más frecuentes e intensos en la mayoría de las regiones terrestres desde la década de 1950. Algunos picos de calor observados durante la última década habrían sido “extremadamente improbables sin la influencia humana en el sistema climático”.

También se estima que la crisis climática provocada por el hombre ha contribuido al aumento de las sequías agrícolas y ecológicas en algunas regiones del planeta debido a la suba de la evapotranspiración de la tierra. Las zonas más afectadas por este fenómeno serán el Mediterráneo, el sur de África, así como partes de Australia, Sudamérica y el suroeste de América del Norte.

Carolina Vera, vicepresidenta del Grupo de Trabajo I del IPCC, directora del Instituto Argentino-Francés de Estudios Climáticos y su Ciencia, investigadora Principal del Consejo Nacional de Ciencias de Argentina (CONICET) indicó: “Las investigaciones indican una combinación de la variabilidad natural con los efectos de la actividad humana. No hay acuerdo en el tipo de cambio en relación a las sequías agrícolas y ecológicas. Los reportes anteriores se refieren sólo a las meteorológicas (déficit de precipitación) pero la realidad es que ese déficit es un conductor de las sequías”.

El nuevo informe internacional revela que la suba global de la temperatura promedio en 1,5ºC se alcanzará antes de lo estimado: entre 2021 y 2040. “A pesar de esto nuestro futuro todavía está en nuestra manos, algunos cambios pueden ser ralentizados y otros limitados

“Para cumplir con el Acuerdo de París tenemos que implementar reducciones de gases de efecto invernadero”, dijo Rojas Corradi.

“También necesitamos la reducción de los otros gases con una especial atención al metano, que tiene un poder calorífico entre 10 y 20 veces más grandes. Por ejemplo tomando medidas como la eficiencia energética o la captura de metano en los residuos sólidos”, agregó Vera.

Sin embargo, todos los escenarios pasados, presentes y futuros muestran que el gran responsable del efecto invernadero es el dióxido de carbono, generado básicamente por la emisión que generan los combustibles fósiles.

“El informe incluye la evaluación de algunos de los métodos tecnológicos para capturar carbono. Sin embargo, esto no es un sustituto para disminuir y eliminar las emisiones. En los dos escenarios que logran limitar el calentamiento requieren de esta tecnología, sobre todo a final de siglo. Pero es necesario sacar activamente CO2 de la atmósfera para lograr calentamiento cero. Las soluciones tecnológicas incluyen aquellas basadas en la naturaleza, no sólo ingenieriles tecnológicas. Pero debe quedar claro que no son sustitutos sino complementarios. Lo más importante es reducir y eliminar las emisiones de CO2 y de los otros gases de efecto invernadero”, destacó Rojas Corradi.

Las tecnologías a las que hace referencia la científica chilena están relacionadas con el uso de geoingeniería para absorber el carbono de la atmósfera de modo artificial. Sin embargo, los científicos sostienen que deben existir primero políticas públicas para limitar y eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Las soluciones basadas en la naturaleza también tienen un límite: “La Tierra no puede hacer todo, sólo plantar árboles no podría ser la única solución”, indicó Vera.

Estas conclusiones, que incluyen recomendaciones, son aprobadas y enviadas a cada país para su evaluación: “Este es un reporte global con mirada regional, pero no reemplaza las evaluaciones nacionales y subnacionales, sino que lo que hace es poder tener un agregado y describir el cambio de una región en el contexto global”, explicó la científica argentina.

El reporte, que por primera vez incluye un atlas interactivo (https://interactive-atlas.ipcc.ch/) en donde pueden observarse los cambios en los distintos escenarios proyectados, se conoce dos meses antes de que los líderes de los países se reúnan en la cumbre de cambio climático (COP26), que se realizará en Glasgow, Escocia.

“No es que de golpe comenzaron los fenómenos extremos. El IPCC ha venido mostrando que los cambios han sido graduales, esto es un proceso. No es el fin del mundo hoy, pero ofrecemos líneas de tiempo para delinear líneas de trabajo. Yo a los líderes les pediría que por favor lean el informe y actúen pensando que en menos de tres meses nos vamos a la COP26 donde los países tienen que actualizar su ambición para los compromisos del Acuerdo de París.”, dijo Rojas Corradi.

La joven sueca Greta Thunberg expresó que el informe no tiene sorpresas, sino que “confirma lo que ya sabemos, que estamos en una emergencia”. A través de sus redes sociales, dijo: “Es un sólido pero cauteloso resumen. No nos dice qué hacer. Depende de nosotros ser valientes y tomar decisiones basadas en la evidencia científica provista en estos reportes. Todavía podemos evitar las peores consecuencias, pero no si seguimos como hoy, y no sin tratar a esta crisis como una crisis”.

Durante la conferencia de prensa internacional, La coautora del informe Linda Mearns, científica climática del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de EE.UU., agregó que “simplemente está garantizado que irá peor” y que “no veo que ninguna zona esté a salvo (…) No hay ningún lugar al que correr, ningún lugar donde esconderse”.

Los científicos plantearon cinco escenarios posibles, según el grado de reducción de emisiones que se planteen y se consigan. En el peor escenario, el mundo podría calentarse unos 3,3ºC para finales de siglo. Pero, en una señal alentadora, esa situación parece cada vez más improbable, indicó el científico climático y coautor del reporte Zeke Hausfather, director de cambio climático en el Breakthrough Institute. Los dos escenarios extremos se ven cada vez más lejanos, señaló.

Para la vicepresidenta del IPCC, Ko Barret, -quien se desempeña como asesora climática jefe de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA)- este reporte nos dice que los cambios recientes en el clima “son generalizados, rápidos y se están intensificando, sin precedentes en miles de años”. Y estos cambios, agregó, “aumentarán con más calentamiento”.

Así, por ejemplo, las olas de calor que se registraban cada 50 años, ahora podrían ocurrir una vez cada diez años, y si el mundo se calienta en otro grado adicional, ocurrirían dos veces cada siete años.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, reaccionó al informe señalando que es una verdadera “alarma roja” para la humanidad y “debe poner fin” a las energías fósiles “antes que destruyan nuestro planeta”. El dirigente también reclamó que no se construyan más centrales de carbón a partir de 2021 y poner coto a nuevas exploraciones y a la producción de energías fósiles, trasladando sus subvenciones a las energías renovables.

Fuente: Laura Rocha, Infobae.