Pruebas PISA: Los estudiantes porteños sacaron las mejores notas a nivel nacional

Los resultados superan el promedio del país en matemática y lectura; participaron 81 escuelas públicas y privadas

Las pruebas PISA no tienen preguntas estrictamente de tipo académico. Tampoco están formuladas bajo el formato de multiple choice. Esta evaluación internacional, que se toma cada tres años a estudiantes de 15 años, busca estimar las capacidades de los alumnos para comprender, resolver y comunicar resultados en situaciones del mundo real, en las áreas de lectura, matemática y ciencia. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó ayer los resultados para la edición 2018, donde la Argentina, a nivel general, obtuvo un pobre desempeño.

En PISA 2018, participaron un total de 79 países y economías independientes. En el caso de la Argentina, se presentaron por primera vez como regiones adjudicadas las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Tucumán. También lo hizo la ciudad de Buenos Aires, que ya había sido evaluada por PISA en 2012 y 2015, aunque en esa ocasión fue excluida por la OCDE porque consideró insuficiente la muestra tomada, y, en consecuencia, no publicó de manera oficial sus resultados.

¿Cuál de las cinco regiones tuvo en esta edición el mejor desempeño? La ciudad lidera el ranking del país. Fue la Capital, que participó con una muestra representativa de 81 establecimientos, 39 de gestión estatal (incluyendo escuelas de la Dirección de Educación Técnica, Media y Formación Docente) y 42 de gestión privada, la que sacó mejores notas en los tres ítems: lectura, matemática y ciencia. Mientras que Tucumán resultó la más desfavorecida, también en todas las áreas.

En cada edición, PISA hace foco en una de las áreas, que se considera de dominio principal. En 2018 fue lectura. Y como sucede en todas las pruebas, los resultados se presentan con un valor numérico y una clasificación en distintos niveles, que van del 1 al 7, con excepción de matemática, en donde el máximo es 6.

La ciudad obtuvo 454 puntos en lectura, por encima de Córdoba, con 427. La provincia de Buenos Aires sacó 413, y Tucumán, 389. También la ciudad tuvo ventaja sobre el promedio nacional, que en este caso fue de 402 puntos, cinco más que en 2012, pero que aun así refleja una situación difícil. Esa nota significa que el 52,1% de los estudiantes de todo el país se encuentran en el nivel uno o por debajo de este, lo que implica que solo han podido realizar las tareas más simples frente a los textos presentados. Que los chicos comprenden todo lo que se desarrolle en el plano de los datos explícitos.

En el caso porteño, los 52 puntos de diferencia con respecto al promedio nacional reflejan un aumento del porcentaje de alumnos que se ubicó en el nivel 2, que representa el umbral mínimo de desempeño suficiente para cada una de las áreas. También hay una mayor cantidad de estudiantes en los niveles 3 al 6. Y solo 3 de cada 10 se quedaron en el piso más bajo.

A nivel nacional, matemática es la asignatura en la que los estudiantes obtuvieron la peor nota, con 379 puntos. También fue matemática el ítem en el que hubo una desmejora significativa en relación con la última medición con la que el país puede comparar sus datos, en 2012. Sin embargo, acá también los resultados de la ciudad son superiores. Muestran una brecha de más de 70 puntos con el puntaje de Tucumán (364), mientras que la distancia entre la Capital y la provincia de Buenos Aires (387), a favor de la primera, es de 47. De acuer do con el análisis realizado por el Ministerio de Educación porteño, el 57% de los alumnos lograron un nivel dos o superior en matemática, lo que refleja que “saben interpretar y reconocer situaciones en contextos que requieren una inferencia directa; extraer información relevante de una fuente y hacer uso de un modo de representación; emplear algoritmos básicos, fórmulas o convenciones para resolver problemas relacionados con números enteros y hacer interpretaciones literales de los resultados”.

Más allá del buen rendimiento que puede observarse en la ciudad, también queda en evidencia en una primera lectura que la desigualdad educativa está instalada entre las provincias. Para Víctor Volman, director técnico del Observatorio Argentinos por la Educación, no puede leerse el resultado de la ciudad sin tener en cuenta la composición socioeconómica de la región, su mercado laboral, su nivel de desempleo, la educación alcanzada por los padres de los alumnos, el acceso a los servicios básicos y el capital cultural que los alumnos traen de sus hogares. “PISA 2018 demuestra que todos estos factores son determinantes en los niveles de aprendizaje que se puedan alcanzar. Forman parte de los factores asociados, y los alumnos también responden sobre todas estas cuestiones”.

Para Volman, este punto es clave. Evidencia que ese mayor peso de la herencia familiar en los resultados es prueba de la ineficacia del sistema educativo para reducir esa inequidad de origen. Podría decirse que el sistema educativo argentino es menos equitativo en la medida en que no puede compensar en la escuela las desigualdades acarreadas desde el hogar.

Fuente: La Nación