Nuevas demandas: las 15 habilidades blandas que buscan las empresas

La capacidad de relacionarse, comunicarse, trabajar en equipo y desempeñarse determinan el entorno laboral

El desarrollo de las habilidades blandas (soft skills) representa beneficios que trascienden el perfil laboral de una persona y sus resultados se reflejan en el incremento de la productividad empresarial.

Basándose en un estudio de Charles Riborg Mann de 1918, una investigación conjunta la Universidad de Harvard, la Carnegie Foundation y el Stamford Research Institute arrojó que el 15% del desempeño laboral de un individuo depende de conocimientos técnicos y de otras competencias educativas. El 85% restante atañe a la actitud, determinación, comunicación asertiva, pensamiento crítico y resolución de conflictos.

Cada vez más, la eficiencia de los procesos y entornos de empleo depende de la dinámica de toda la organización, lo que explica que estos atributos sean tan valorados en el mundo de los negocios. Esta tendencia abarca a todo tipo de firma.

“En los primeros años, las pequeñas y medianas empresas (pymes) se concentran en las competencias duras para sobrevivir. Una vez que aseguraron su subsistencia comienzan a preocuparse también de las habilidades blandas”, afirmó Juan Pablo Mazuoli, director de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica (UCA)

La red social LinkedIn encuestó a 291 gerentes de reclutamiento de Estados Unidos. El 59% de ellos señaló que las aptitudes sociales eran difíciles de encontrar entre los candidatos. Es más, el 58% indicó además que esta carencia limitaba la producción.

Esos atributos están relacionados con la inteligencia emocional. Permiten reconocer, entender y gestionar la propia afectividad. “Sentirse cómodo usando estas habilidades habla de alguien maduro emocionalmente”, puntualizó Maia Martínez Mornaghi, socia & Talente Business Coach de la firma Co.Education. Así, el individuo posee una postura consciente y una mente abierta, es seguro de sí mismo, acepta con facilidad correcciones, sabe cuándo y cómo decir no, y está dispuesto a trabajar en sí mismo.

Duras y blandas

Los especialistas precisan que existen dos tipos de competencias. Unas se aprenden (duras) y otras son innatas o se adquieren a través de la experiencia (blandas o sociales).

Las primeras competencias se pueden cuantificar. Se adquieren por medio de capacitaciones, estudios o a partir de la experiencia profesional.

Las soft skills son la combinación de varios factores como: la afabilidad, la comunicación, el comportamiento y el relacionamiento. Son esenciales en el día a día. “Al tomar decisiones se consideran aspectos como números y cuestiones contables, financieras y económicas. Entran también en juego cuestiones psicológicas y sociales”, explicó el profesor de la UCA.

No se circunscriben solo al entorno de trabajo. Se emplean en cualquier escenario ya que facilitan la integración en la comunidad. “Con este mundo virtual, se fueron diluyendo límites entre la casa (lo personal) y la oficina (el empleo), entre tiempo de trabajo y tiempo libre. En este contexto, las habilidades se mezclaron”, especificó la socia de Co.Education.

Los expertos solo encuentran ventajas en estas cualidades. Pulirlas favorece al trabajador para perfeccionarse y ayudan a generar un ambiente armónico y libre de estrés. “Sus desventajas tienen que ver con el ser humano en sí. Son únicamente herramientas. Entonces, una persona sin valores morales puede utilizar este tipo de habilidades para manipularlas. Mientras una persona con principios las emplea para el bien común”, remarcó Mariano Valverde, socio y director de Marketing de Joy Group Agency.

Las habilidades blandas cobraron relevancia por las necesidades y las exigencias de las propias empresas y también de los empleados que se desempeñan dentro de esas organizaciones.

“En las grandes empresas se plantearon hace unos 30 años. Los primeros en demandar su reconocimiento fueron las personas que hacían tareas no tan rutinarias pues les exigían una mayor cuota de creatividad, compromiso, entre otras cualidades. En cambio, en las pymes se les prestó atención hace una década”, comentó Mazuoli.

Largo camino

Un estudio de la consultora de recursos humanos Addeco explica que los individuos poseen todavía una ventaja competitiva dominante sobre la tecnología: la facultad de entender a otros. Ese es el sustento de las soft skills.

Desarrollar o suavizar aptitudes es un proceso largo y, a veces, incómodo. Las empresas pueden ayudar a sus empleados a comprender cómo adquirir este tipo de competencias que les permitirán mejorar su rendimiento. Y también, pueden explicarle cuán importante son en el escenario empresarial actual. Sin embargo, el desarrollo de estas habilidades también requiere una predisposición del empleado.

“El trabajador debe realizar un proceso de autoconocimiento. Entender cómo está, qué necesita perfeccionar o en quién se puede apoyar para aprender el manejo de ciertos atributos blandos”, marcó Martínez Mornaghi. Según los expertos, lo más positivo es una combinación de autoevaluación y retroalimentación por parte del líder.

En general, esta reconversión es un proceso lento. Requiere de cambios de hábitos y hasta de personalidad. “No obstante, ampliar estas habilidades es una buena ‘inversión’ para ambas partes. Del lado de la compañía puede logra un apalancamiento de su personal. Del de los trabajadores, potenciarse a sí mismos”, agregó Manzuoli.

Con la autoevaluación, cada uno puede detectar las competencias en las cuales ya se es bueno y las que se necesita adquirir o transformar. “Digo y afirmo que todos contamos con posibilidades de desplegar este tipo de habilidades, aunque en muchos casos implique salir de la zona de confort”, explicó Valverde.

Las más buscadas

Quince son las habilidades blandas más buscadas, de acuerdo a los consultores:

1. Adaptabilidad: Es primordial en un contexto de cambio constante como el actual. Consiste en aprender o actualizarse de forma continua. También en adecuarse a las demandas de la compañía, el mercado, o la esfera social. Una persona dispuesta a aprender, es capaz de trabajar en situaciones diversas. Valoran además posturas diferentes a la propia.

2. Iniciativa- proactividad: Se relaciona con la facultad de proponer y adelantarse a los acontecimientos de forma innovadora. “Un individuo que se autogestiona resuelve situaciones agregando valor para sí mismo y para la firma. Por lo común, son empleados más independientes, activos, emprendedores y resolutivos”, añadió el ejecutivo de Joy Group Agency. Esa postura permite tomar decisiones por criterio propio. Incluso de proponer mejoras constantes.

3. Positividad: Es clave para lograr los objetivos. Asimismo contribuye a logar un ambiente amable y más productivo.

4. Pensamiento crítico: Las empresas precisan profesionales que ofrezcan resultados, no complicaciones. Esta competencia ayuda a evaluar y resolver problemas con rapidez. De este modo se evitan que los equipos de trabaja se paralicen. Permite además detectar posibilidades.

5. Organización: Existen profesiones que, por su naturaleza, requieren personas con un alto sentido del orden. Hoy, las firmas buscan personas que puedan organizar bien su tiempo pues repercutirá, tarde o temprano, en el grupo. ”El manejo del tiempo es fundamental para la planificación del trabajo. Incluso, ya es un desafío la gestión del tiempo libre. Ahora la pregunta es qué hacemos con el tiempo si no lo ocupamos tanto en herramientas digitales o no navegamos por redes sociales o por Internet”, declaró Valverde.

6. Tolerancia a las críticas: Aceptar las habilidades blandas es un punto a favor para los reclutadores. Se localizan así debilidades y se busca cómo corregirlas.

7. Resolución de conflictos: Esta capacidad imprime una postura activa en los individuos. Asimismo, explora todas las estrategias y soluciones posibles. De esa manera puede elegir las opciones más convenientes.

8. Trabajo en equipo: La postura colaborativa promueve la cooperación, valora las alternativas de todos y resuelve conflictos.

9. Comunicación: Implica tanto el atributo de hablar como de escribir de manera correcta. El objetivo es que la gente sea capaz de comentar las ideas propias o las de la empresa con detalles y sin equívocos. Es cada vez más importante en tiempos en que muchas cuestiones se resuelven por mail, chats o por Whatsapp.

10. Sociabilidad: Permite que las personas sean amigables, respetuosas y puedan convivir en armonía con el resto de la organización.

11. Creatividad: Ser ingenioso e innovador implica no resignarse a lo dado. Lleva a buscar nuevas perspectivas, a estar abierto al entorno y a ser receptivo. Demanda ser observador e imaginativo. Además, comprender que equivocarse no es fracasar, sino la posibilidad de aprender de los errores.

12. Orientación al logro: Consiste en dirigir todos los esfuerzos hacia el logro de una meta con rapidez, determinación y con estándares de calidad.

13. Negociación: Esta habilidad demanda de personas abiertas y flexibles, con la capacidad de influir y persuadir a los demás, saber argumentar y lograr, sobre todo, llegar a un arreglo.

14. Liderazgo: Es la capacidad de influir, motivar e inspirar al grupo hacia la obtención de un propósito. Es característico de quienes poseen una postura asertiva, buena comunicación, delegan responsabilidades y entienden la forma de pensar de los demás.

15. Puntualidad: Puede parecer algo obvio, pero en muchos casos es una habilidad difícil de lograr.

Fuente: Yanina Mazzia, La Nación.