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Si Brother Richard Hendrick no fuese un monje, sería un cantautor, y no porque su apellido resuena con el talentoso y atormentando cantante Jimi. A primera vista parece un hipster y su fisonomía es similar al músico Mobi que con su álbum Play tuvo un éxito planetario. Richard está muy lejos de la incandescencia del escenario y las luces que lo iluminan son las que disuaden las nubes de Dublín.

El joven Richard Hendrick es fraile franciscano capuchino, un cura 3.0 que enseña meditación cristiana y mindfulness por redes sociales, mientras oficia de guardián del convento de Ards en Donegal, Irlanda. La forma que elige para transmitir sus mensajes es a través de la poesía. Al igual que el Cántico de la Criaturas de San Francisco de Asís, inspirado en las fuerzas de la naturaleza, Brother Richard llama en la pandemia del COVID-19 a la solidaridad y la empatía entre toda la humanidad a través de su poema Lockdown. En minutos su poesía se hizo viral en todo el mundo, pegó un salto del monasterio de Irlanda a cada rincón de los Estados Unidos.

Este poema llegó a nosotras por un amigo psiquiatra de Brooklyn que practica el budismo tibetano. En su WhatsApp recomendaba prestar atención al lenguaje universal en el que está escrito el poema. Ese mismo día a través de otro amigo recibimos un mail desde Harvard donde un grupo de científicos que investiga la terapéutica de los psicodélicos convocaba a una reunión virtual. Ahí advertimos que el cierre del mail contenía el poema Lockdown de Brother Richard.

Horas después de que Brother Richard pusiera el punto final a este poema, el periodista de la CNN Anderson Cooper lo leyó en vivo para todo Estados Unidos y lo presentaba como un fuerte mensaje de esperanza durante la pandemia.

Al ver la gran repercusión mundial nos pusimos en contacto con Brother Richard, quien nos brindó una entrevista exclusiva para la Argentina.

-¿Cuál cree que fue la clave para llamar la atención de todo el mundo con su poema Lockdown?

-¡No lo sé! ¡Es un misterio para mí! Pero si tuviera que adivinar, diría que de alguna manera toca las ansiedades de tantas personas en el mundo y las nombra sin pestañear. Al mismo tiempo permite que las personas recuerden que lo bueno siempre sale en tiempos difíciles. Aunque nunca elegiríamos enfrentar la crisis de COVID-19, al menos podemos elegir nuestra respuesta y ser más compasivos, más conscientes de la fragilidad de nuestro planeta y de los demás, y más conscientes del Amor Divino.

-¿Cree que efectivamente habrá un cambio social o que volveremos a las viejas costumbres?

-Espero que haya un cambio, pero también sé que la humanidad tiene una memoria muy corta. Casi siempre repetimos los mismos errores. Si queremos un cambio duradero, primero debemos trabajar en lo que tenemos el poder de cambiar, ¡nosotros mismos!Para poder ver un cambio en la sociedad la gente tiene que elegir deliberadamente aprender de esta lección y aplicar esa enseñanza cuando vuelva a una sociedad que será más abierta.

-¿Cómo las potencias mundiales deberían responder ante la situación actual?

-Lo que me preocupa son los países más pobres que deben sufrir esto y que su población no tiene las condiciones para enfrentar el virus. Si las naciones más poderosas quieren ver el mundo realmente libre del virus deberían ayudarlos.

-¿Qué tips puede darnos para superar este aislamiento?

-Primero yo siento que con la meditación nunca estamos solos, estamos rodeados de amor, siempre. Debemos enfocarnos en el momento presente, vivir incluso pequeños momentos de quietud y oración durante el día. Esto puede permitirnos vivir en un estado de amor y compasión que se desborda incluso a quienes nos rodean.

-¿Qué mensaje nos está enviando la naturaleza?

-Creo que cómo nosotros vivimos repercute en todos los seres vivientes del planeta. Nosotros somos administradores de la creación. De hecho el nombre Adán en hebreo significa jardinero, y nosotros nos hemos equivocado grandemente en administrar la creación y ahora estamos frente a las consecuencias de esto.

-¿Qué mensaje tiene para los argentinos?

-Quizás esta vez tenemos que ver esto como un llamado a un cambio real. Tratemos de ver estos días tan dolorosos y terribles como una oportunidad para convertirse en manos y corazón.

Una vista de Broad Street casi desierta y de la Bolsa de Nueva York, en el distrito financiero del bajo Manhattan en Nueva York. 3 de abril de 2020. REUTERS/Mike Segar
Una vista de Broad Street casi desierta y de la Bolsa de Nueva York, en el distrito financiero del bajo Manhattan en Nueva York. 3 de abril de 2020. REUTERS/Mike Segar

Donde más pegaron las palabras del fraile Richard fue en la Gran Manzana. Los neoyorquinos prestaron el oído a este poema pero aprovechando la entrada de la primavera ese fin de semana salieron a correr en el Central Park; una semana después esa metrópoli registraba un récord de muertes a causa del coronavirus. En el día de hoy Estados Unidos es el país con más infectados del mundo.

El estado de Nueva York lidera el ranking de muertos en Norteamérica. En la ciudad, el temor se apoderó de la gente ya que las morgues están colapsadas y se revive el estrago del atentado del 11 de septiembre. El gobernador de ese estado, Andrew Cuomo, en una conferencia de prensa muy acongojado contó que su hermano Chris dio positivo en el test del COVID-19 y expresó: “Estamos hablando de mi hermanito, es mi mejor amigo, hablo con él varias veces por día. He pasado toda mi vida con él. Estoy muy preocupado porque no hay nada que pueda hacer”.

Frente a la impotencia del gobernador cobra más importancia el mensaje resiliente de Brother Richard, e impacta masivamente ya que está escrito de tal manera que sensibiliza el corazón de todos, y demuestra nuestra finitud.

Es desoladora la imagen de la isla de Hart que lo largo del Bronx se convirtió en la isla de la muerte. Desde 1980 un sector de la isla cavado con mayor profundidad se destinó para 70.000 muertos de SIDA, que ninguna funeraria en aquella época quería inhumar. Hoy esta fosa común recibe a los muertos de la pandemia pero no solo a quienes no tienen recursos, sino que también a los “indigentes de amor”, aquellos a los que nadie reclama. No hay más pobres que los pobres de amor. Brother Richard en su escrito dice que a pesar de la muerte siempre puede haber un renacimiento del amor.

Esta fosa común recibe a los muertos de la pandemia pero no solo a quienes no tienen recursos, sino también a aquellos a los que nadie reclama (REUTERS/Lucas Jackson)
Esta fosa común recibe a los muertos de la pandemia pero no solo a quienes no tienen recursos, sino también a aquellos a los que nadie reclama (REUTERS/Lucas Jackson)

En la Argentina nuestra cuarentena se sigue extendiendo. Mientras redactamos esta nota, sorpresivamente resuena de fondo “Imagine” de John Lennon, que al día de hoy parece un visionario cuando junto a su esposa Yoko Ono escribían las letras de este himno inmortal y atemporal. “Imagina a todo el mundo viviendo el día a día, imagina que no hay países, una hermandad de hombres, y el mundo será como uno solo”.

En este día de Pascuas y de Pésaj recordamos este paso de oscuridad a la luz, de la muerte a la vida y que sea para todos un nuevo comienzo.

El poema completo, en español.

Sí, hay miedo.

Sí, hay aislamiento.

Sí, hay pánico comprando.

Sí, hay enfermedad.

Sí, incluso hay muerte.

Pero,

Dicen que en Wuhan después de tantos años de ruido

Puedes escuchar los pájaros otra vez.

Dicen que después de solo unas semanas de silencio

El cielo ya no está lleno de humo

Pero azul y gris y claro.

Dicen que en las calles de Asís

La gente se está cantando el uno al otro

a través de las plazas vacías,

manteniendo sus ventanas abiertas

para que los que están solos

Puede escuchar los sonidos de la familia alrededor de ellos.

Dicen que un hotel en el oeste de Irlanda

Ofrece comidas gratis y entrega a la casa.

Hoy una mujer joven que conozco

Está ocupada difundiendo folletos con su número

a través del barrio

Para que los ancianos puedan tener a alguien a quien llamar.

Hoy iglesias, sinagogas, mezquitas y templos

se están preparando para dar la bienvenida

y refugio a los sin hogar, los enfermos, los cansados.

En todo el mundo la gente está ralentizando y reflexionando.

En todo el mundo la gente está mirando a sus vecinos de una nueva manera.

En todo el mundo la gente está despertando con una nueva realidad.

Por lo grandes que somos realmente.

A lo poco control que realmente tenemos.

A lo que realmente importa.

Para amar.

Así que oramos y recordamos eso.

Sí, hay miedo.

Pero no tiene que haber odio.

Sí, hay aislamiento.

Pero no tiene que haber soledad.

Sí, hay pánico comprando.

Pero no tiene que haber mezquindad.

Sí, hay enfermedad.

Pero no tiene que haber enfermedad del alma.

Sí, incluso hay muerte.

Pero siempre puede haber un renacimiento del amor.

Despierta con las decisiones que tomas en cuanto a cómo vivir ahora.

Hoy, respira.

Escucha, detrás de los ruidos de la fábrica de tu pánico.

Los pájaros están cantando de nuevo,

El cielo se está despejando,

La primavera está llegando,

Y siempre estamos abarcados por el amor.

Abre las ventanas de tu alma

Y aunque no seas capaz

para tocar a través de la plaza vacía,

Canta.

Fuente: Infobae